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Los miles de aborígenes que llegaron de toda la provincia de Chaco a la capital provincial para reclamar por sus derechos se instalaron en carpas frente a la casa de gobierno luego de que fracasara una reunión de sus representantes con el gobernador Roy Nikisch. A Resistencia también viajó el subsecretario de Tierras del gobierno nacional, Luis D’Elía, para intentar interceder en el conflicto. Como tampoco logró ser recibido por el gobernador, dejó la mediación a un lado: “Lo único que existe en la provincia gobernada por Nikisch para con los pueblos aborígenes es el autoritarismo, la xenofobia y el desprecio”, denunció.
“Los indígenas decidieron acampar por tiempo indeterminado. Vinieron alrededor de 5 mil personas de distintos puntos de la provincia, desde 400 y 600 kilómetros de distancia. Lo que pasó es que fracasó el diálogo, el gobernador negó la presencia de varios delegados aborígenes, sólo recibieron al Instituto Aborigen de Chaco (Idach) y nosotros consideramos que los delegados, alrededor de 20, tenían que estar”, señaló a Página/12 el titular del Idach, Orlando Charole.
Por su parte, el gobernador de Chaco consideró que el diálogo sigue abierto “en forma permanente” y sostuvo que vio en Charole “predisposición para que las cuestiones se encarrilen. Pero no sé lo que pasa después de que ellos salen ante la presión que reciben. Se ha comprobado hoy (por ayer) que participan personas que no son del sector aborigen”.
Charole relató que “no se llegaron a tratar los temas del petitorio, donde el de las tierras era el fundamental”, advirtió. En contraste, el viceministro de Gobierno chaqueño, Luis Peche, señaló que “el principal pedido de las comunidades era la renuncia del intendente de la localidad de Villa Río Bermejito, y es un punto que no se discute porque se deben respetar los canales institucionales”.
El titular del Equipo Nacional de Pastoral Aborigen (Endepa), Germán Bournissen, señaló a este diario que “la gente está muy pacífica, aunque lo que hoy primaba era una especie de sentimiento de desazón porque la gente está cansada y tenían la expectativa de ser escuchados. Sienten que a pesar de las leyes que existen y los protegen no son respetados como pueblo”.
En cuanto al problema de las tierras, el titular del Idach señaló que son “alrededor de un millón de hectáreas en cuestión, algunas se convirtieron en reservas ecológicas, otras fueron vendidas en forma irregular por el Instituto de Colonización”, y sostuvo que “nosotros tenemos documentos que certifican, mostrarlos era el objetivo de la audiencia. Son decretos dictados que reconocen la existencia de reservas indígenas que no están siendo mensuradas, sobre los que no se efectúan los relevamientos y hay leyes que se evadieron. La Cámara de Diputados provincial declaró reservas ecológicas dentro de las mismas reservas indígenas, pero no se puede hacer eso porque la Constitución no lo admite”.
Informe: M. Sol Wasylyk.
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