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El 26 de junio pasado, la calle Paysandú, o Guatemala, o La Plata, o cualquiera de las calles del barrio La Perlita, en Moreno, que fueron escenario del secuestro de Lucas Ivarrola, olían a quemado. Se sabe: parte del vecindario y familiares del chico habían decidido por su propia cuenta tomar venganza contra los hermanos Romero, quienes, a su vez, habían decidido recuperar el televisor o tomar venganza, por su propia cuenta o por cuenta de la otra parte del vecindario que los apoyaba. Tres años y ocho meses antes, el mismo olor a quemado se pegaba a la piel en Las Catonas, también Moreno. El barrio se había levantado en pie de guerra para prender fuego al aguantadero de los Vargas, desarmadores de autos con anuencia policial. No había justicia que detuviera a los Vargas y tampoco a los vecinos desairados. “En Moreno, la única justicia que existe es por mano propia”, explicó Eduardo Sreider, ex presidente de la Asociación de Abogados de Moreno, a Página/12. El dato que revela Sreider no surge de ningún estado emocional ni crítico. Es físico y geográfico. El medio millón de habitantes de Moreno tiene que recorrer como mínimo 150 kilómetros, 75 de ida y 75 de vuelta, hasta Mercedes, con una población de 70 mil habitantes, pero donde se asientan los tribunales. ¿Por qué la diferencia? Porque en Mercedes hay lo que en Moreno falta: billetes.
En todo caso, el asesinato de Lucas pero también las cenizas del aguantadero de los Vargas y de la casa de los Romero parecen dibujar el mapa de las diferencias sociales. Mercedes es cabecera del distrito judicial que lleva su nombre. El partido de Mercedes, con la ciudad como cabecera, se fundó en 1848. Su jurisdicción, hasta 1970, llegaba hasta la General Paz. En 1971 se desprendieron de Mercedes los actuales partidos de Morón y La Matanza. Moreno sigue dependiendo, igual que General Rodríguez. Para esa fecha podría encontrarse justificación por la amplia zona rural que cubrían. Hoy, Moreno es parte del inmenso conglomerado urbano que rodea la Capital. Pero la cabecera judicial sigue siendo Mercedes.
“Es el único caso en el país –dijo Sreider a este diario– donde la ciudad más importante del departamento judicial (Moreno) no es asiento de los tribunales. Y eso se nota porque no hay justicia en términos reales.”
¿Qué quiere decir Sreider? Que los 500 mil habitantes de Moreno no tienen un solo juzgado de Garantías, porque los juzgados que imparten justicia en Moreno tienen sede en Mercedes. “La Corte Suprema dispuso crear tres juzgados más –sostuvo Sreider– y dijo que al menos uno tuviera sede en Moreno, pero todavía no existen porque ni siquiera tienen presupuesto.”
Si bien la justicia en Moreno es impartida por jueces de Mercedes, desde el 17 de diciembre de 2004 funcionan en Moreno tres fiscalías, con tres fiscales y tres adjuntos. “Son de Mercedes. Todos los días se suben a una combi que los trae a Moreno y vuelta”, describe el abogado. Su competencia originaria era la jurisdicción territorial de la comisaría 1ª de Moreno (Moreno Centro). “El resto de las causas de todo el partido, salvo cuestiones de menor importancia, siguen tramitando en Mercedes –asegura Sreider–. Recientemente, se agregó a las fiscalías de Moreno el territorio de las comisarías de Trujui y Las Catonas.”
Mercedes tiene tres juzgados de menores, de los cuales el número 3, a cargo de la jueza Mirta Guarino, que intervino en primera instancia en el crimen de Lucas, es el único que tiene sede en Moreno. Y desde hace poco tiempo: fue inaugurado el 24 de febrero de 2005. Según datos estadísticos del año 2003, la población de Moreno menor de 18 años era el 50 por ciento, o sea que el juzgado de Guarino debe atender alrededor de 250 mil jóvenes.
En términos de justicia civil, Mercedes cuenta con diez juzgados que atienden a 70 mil personas, mientras que las 500 mil personas de Moreno deben pasar por el único juzgado, el de paz. “Prácticamente toda la justicia civil pasa por ahí –dijo Sreider–: los divorcios, alimentos, tenencias, contravenciones. Es el juzgado de paz más grande del país: tiene tres pisos, 43 empleados y está atiborrado de expedientes, porque el único juez no da abasto. Tiene más causas que las que suman los diez juzgados civiles de Mercedes.”
Si un obrero de Moreno es despedido, debe pagarse un colectivo que lo lleve 75 kilómetros hasta Mercedes para presentarse ante la Justicia laboral. “Esto demora la justicia, y si la Justicia laboral demora no es ecuánime”, agrega Sreider.
Como parte de la cadena de la justicia por mano propia, Moreno no tiene colegio de abogados, entidad que sólo está reservada a ciudades cabecera. Por eso, la Asociación de Abogados de Moreno depende del Colegio de Mercedes, que reserva una vocalía de entre sus 12 asientos para un representante de Moreno. En Mercedes hay alrededor de 600 abogados y una buena cantidad de estudios grandes para atender a 70 mil personas. En Moreno son 400 los abogados para atender a 500 mil, de los cuales 120 están adscriptos al partido cabecera y el resto pertenece a Morón. Una de las obligaciones de los abogados es la de atender consultas gratuitas a la población no pudiente, que en Moreno es una amplísima mayoría. “Fue una lucha para que el Colegio de Mercedes aceptara abrir un local en Moreno, para atención gratuita, que debemos repartirnos en cumplir nosotros, los 120 de Moreno –explica Sreider–. Cuando vienen a hacer consultas, nosotros asesoramos a la gente, les explicamos, evacuamos las preguntas, pero después tienen que costearse hasta Mercedes porque el director de Atención Gratuita del Colegio ordenó que antes de la adjudicación de un abogado el interesado tiene que entrevistarse con él. En Mercedes.” A todo esto, el local de Moreno no tiene teléfono, no tiene fax, ni Internet, hay un solo empleado y ni siquiera cuenta con estufas.
Existe un proyecto con media sanción del Senado bonaerense que transforma a Moreno en cabecera judicial. Está frenado en Diputados desde fin del año pasado.
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