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Sociedad|Miércoles, 12 de julio de 2006
LOS ANALISIS DE LA ANMAT CONFIRMARON EL PELIGRO DE LOS ALISANTES

Sin rulos pero con graves riesgos

La Justicia ya investiga el origen de los productos, tras la denuncia de Página/12. Avalancha de consultas en Toxicología.

Por Mariana Carbajal
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Cientos de mujeres que se hicieron el “planchado brasileño” consultaron en el Centro de Toxicología.

El Centro Nacional de Toxicología recibió ayer una avalancha de consultas de mujeres que se sometieron al planchado brasileño con formol y de peluqueros que lo están realizando, preocupados por las consecuencias en la salud del tratamiento, luego de que Página/12 publicara sus posibles riesgos. Las llamadas se multiplicaron en la Anmat. El organismo fiscalizador reveló que encontró altas concentraciones de la sustancia cancerígena, muy superiores a las permitidas, en las muestras analizadas de varios de los productos que están aplicándose en salones de belleza. Y con esos resultados radicó una denuncia en la fiscalía de los barrios de Nueva Pompeya y Parque de los Patricios, especializada en irregularidades vinculadas con medicamentos. “Estos alisantes no pueden usarse, porque no están autorizados y pueden ser peligrosos”, reiteró el director de la Anmat, Manuel Limeres, en declaraciones a este diario.

Los alisantes con formol analizados fueron retirados de salones de belleza por inspectores del Instituto Nacional de Medicamentos (Iname, dependiente de la Anmat) o entregados al organismo por algunos peluqueros. Las concentraciones detectadas van desde 15 por ciento a 29,7 por ciento. El máximo permitido en cosméticos, de acuerdo con la legislación, es de 5 por ciento y sólo para su uso como endurecedor de uñas. Según informó Limeres, se analizaron tres productos con los siguientes nombres: “Sin rulos”, en dos versiones distintas, e “Hidrobrushing Progresivo Cauterizante”. Además de las altas concentraciones de formol, se determinó que los envases no cumplían con la normativa vigente para rotulados de productos cosméticos “por no presentar datos de lote, vencimiento y fórmula del producto en cuestión”, detalló la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica en un comunicado de prensa. En los tres casos, informó la Anmat, los laboratorios que figuraban en sus etiquetas declararon ante el organismo no ser sus fabricantes.

“Se recomienda a la población abstenerse de utilizar los productos antes mencionados dados los resultados obtenidos y ante cualquier duda consultar a su médico dermatólogo”, volvió a aconsejar ayer la Anmat. El organismo fiscalizador continuó recibiendo decenas de llamadas de peluqueros y mujeres que han probado el planchado “milagroso” de origen brasileño y se han enterado de sus riesgos, luego de que Página/12 publicara en forma exclusiva el lunes que se está realizando ese tratamiento en forma clandestina en salones de belleza y en domicilios particulares, con máscaras antigases, en lugares ventilados e incluso al aire libre.

“Ya son más de 250 las consultas”, confirmó Limeres. También hubo ayer una avalancha de llamadas en el Centro Nacional de Toxicología, que funciona en el Hospital Posadas y dirige Osvaldo Curci. “Millones de consultas recibimos”, exageró una telefonista y después precisó que rondaron el centenar. Incluso, en el centro de atención se presentó en persona una mujer que se había hecho el planchado con formol en varias oportunidades. “No tenía ningún síntoma agudo, pero estaba preocupada por la información que circuló en las últimas horas. A los que llaman les decimos que no es conveniente que vuelvan a hacerse el tratamiento porque el formol es una sustancia cancerígena y es riesgosa una exposición de 3 o 4 horas como demanda este tratamiento para el pelo. De todas formas, deben saber que el problema surge por la exposición crónica al formol”, explicó Curci a este diario.

El planchado brasileño llegó al país el año pasado y empezó a promocionarse boca a boca por los buenos resultados que consigue: en una primera aplicación el pelo queda lacio, brillante y sedoso como no lo ha logrado hasta ahora ningún otro procedimiento de alisado fabricado por los grandes laboratorios multinacionales que se reparten el mercado de la belleza capilar. Pero el tratamiento no sólo está prohibido en el país. También en Brasil donde, como publicó este diario, ya se están viendo sus consecuencias. Según informa en su sitio web la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria brasileña (Anvisa), ya hay casos de caída de cabello “en función del uso de formol”.

El secreto del “milagroso” alisante es el formol que contiene su fórmula. El formol es una solución acuosa a 37 por ciento de formaldehído, un gas incoloro de olor sofocante. Tiene propiedades como conservante, por eso se utiliza en laboratorios de anatomía. En 2004 la Organización Mundial de la Salud lo reclasificó: de considerarlo “probablemente cancerígeno” pasó a catalogarlo como “cancerígeno” sin dudas. Llegó a esa conclusión luego de que un grupo de expertos de diez países reunidos en el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer estimó que ahora se dispone de indicaciones suficientes que demuestran que el “formaldehído provoca cáncer rinofaríngeo en el hombre”.

Según ha determinado la Anvisa, donde han estudiado el tema en profundidad, el uso de formol en alisantes “implica graves riesgos para la salud como irritación, dolor y quemaduras de pelo, irritación de vías respiratorias y daños irreversibles en ojos y cabellos”. Las sucesivas aplicaciones de estos alisadores pueden causar resquebrajamiento y caída del cabello y el riesgo aumenta cuanto mayor es la concentración de formol en el producto. El peligro de intoxicación es tanto para quien lo aplica como para quien lo recibe.

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