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Sociedad|Jueves, 13 de julio de 2006
EL EX COMISARIO SCHETTINO DECLARO EN EL JUICIO DE BLUMBERG

Echándole toda la culpa al fiscal

El investigador acusado de ocultar pruebas se defendió, aunque no aceptó preguntas. Declaró el imputado de cobrar el rescate.

Por Horacio Cecchi
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Juan Carlos Blumberg finalmente no declaró ayer y todo indica que lo hará hoy.

Cuando el último de los quince imputados en el caso Blumberg abandonó la sala de audiencias, Gerardo Carmona comenzó a hablar desde el banquillo y frente a los jueces Daniel Cisneros, Luis Nieves y Víctor Bianco. Carmona, el decimosexto de los acusados y detenido por su conexión con la banda que secuestró y asesinó a Axel, declaró ayer que fue él quien dio los detalles que permitieron detener al Oso Peralta y a los restantes integrantes de la banda. También declaró el comisario Juan José Schettino, ex jefe de la Unidad de Investigaciones de Secuestros Extorsivos de la Federal, procesado por el fiscal federal Jorge Sica por ocultamiento de pruebas. Schettino declaró durante casi una hora y acusó a Sica de haber cometido “gravísimas irregularidades” que derivaron en la muerte del joven Axel. El resto de los procesados se negó a declarar, por lo que se leyeron sus declaraciones previas. Hoy, Juan Carlos Blumberg primero y María Elena Usonis –la madre de Axel– después declararán como testigos ante el tribunal.

La segunda audiencia se inició como una continuación de los chisporroteos que tuvieron lugar ayer entre el presidente del Tribunal Federal 2 de San Martín, Cisneros, los abogados de la defensa y de la querella. La audiencia, que estaba prevista para iniciar a las 9.30, comenzó con demora: los defensores oficiales Aníbal Gilardenghi y Guillermo Endi llegaron con 11 y 42 minutos de retraso. Acusaron sendos accidentes en la Panamericana y en la autopista La Plata-Buenos Aires. De todos modos, fueron reconvenidos por el juez Cisneros. Mientras se abría el cuarto intermedio de espera, Juan Carlos Blumberg protagonizó otro incidente, tal como había ocurrido el primer día –cuando tomó el micrófono durante el debate y retó a los acusados por reírse, lo que provocó que Cisneros notificara que su actitud resultaba inconveniente–. El tribunal había ordenado que no se tomaran fotos ni grabación de imágenes de los acusados. Un funcionario de la Corte Suprema, enviado para colaborar con el tribunal en las cuestiones operativas del juicio, indicaba la orden a los periodistas presentes. Hasta que Blumberg intervino: “¿Quién es usted?”, preguntó el padre de Axel y, acto seguido, dijo: “¿Y la Corte qué tiene que ver? ¿Lo mandó Zaffaroni?”, soltó. “Si no dejan fotografiar voy a declarar a la calle.”

Pasado el incidente, finalmente se inició el debate. En la sala de 11 por 11, se encontraban en ese momento acompañando el juicio Viviam Perrone, de las Madres del Dolor; Hugo Iraizoz, padre de Nahuel, asesinado en agosto de 2004 por policías disfrazados de ladrones, además de María Elena Usonis. Comenzaba la oportunidad de declarar de cada uno de los acusados, que sólo aceptaron Carmona y Schettino. Carmona eligió responder preguntas y Schettino, sólo hacer un largo descargo de 51 minutos.

Carmona empezó a dar respuestas después de un prólogo de unos minutos en el que Cisneros transmutó en sonidista, preocupado por lo que ya en la segunda sesión amanece como una obsesión: la grabación de las voces, único registro en lugar de actas. Carmona fue detenido en el momento del cobro del rescate que Blumberg pagó por su hijo, en el que el Oso Peralta logró fugar con José Nápoli, José Díaz y el dinero. Previamente había entregado su celular al Oso para negociar el rescate. Luego de ser detenido, aportó datos a los investigadores para detectar y detener a la banda. Reconoció la voz del Oso en las negociaciones y marcó el lugar donde, en La Falda, Martín Peralta había instalado un lavadero de autos. Pero a cambio de esos datos, Carmona denunció que su familia y él recibieron amenazas y ninguna protección y que como resultado de esas amenazas su mujer lo abandonó y su madre murió.

No fue el único que presentó denuncias. También lo hizo José Nápoli, aunque ayer no declaró. En la lectura de sus declaraciones anteriores (en 2004) había dicho que “fui golpeado por la brigada de San Miguel. Me salvé de que me revienten hasta los testículos. Me iban a dar picana. Me dijeronque no me daban picana porque el comisario era un concha”, señaló en aquella ocasión. Nápoli fue sindicado por Carmona como uno de los que participó en el cobro del rescate.

Después de Carmona declaró Schettini. No aceptó que le hicieran preguntas y después de un decoroso lavado de imagen en el que resaltó su curriculum en investigaciones, comenzó a descargar responsabilidades para cargárselas al propio Sica. “Comprendí que el señor fiscal trabajaba en la misma línea de hipótesis nuestra”, dijo. También recordó que el fiscal estaba “altamente cuestionado públicamente” y que él cometió el error de declarar ante Sica y no ante el juez del caso, ya que, según sostuvo, “había desavenencias operativas con el fiscal” y que “el fiscal no le aceptó pruebas”.

El tribunal leyó, además, las declaraciones indagatorias realizadas en 2004 de parte del resto de los acusados. Entre ellos, las del Oso Peralta y José Díaz, señalado como quien asesinó a Axel. Durante todo ese pasaje, los declarantes habían descripto alrededor de cuatro o cinco veces el momento en que fue asesinado Axel, mientras María Elena Usonis se deshacía en dolor, contenida por una amiga. Hoy será el demorado turno de testimoniar de Juan Carlos Blumberg y de la madre de Axel.

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