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Sociedad|Sábado, 15 de julio de 2006
INVESTIGAN UNA RED CLANDESTINA DE DISTRIBUCION DEL ALISADO CANCERIGENO

El gran negocio del planchado tóxico

Por Mariana Carbajal

La Justicia porteña investiga la existencia de una red clandestina de fabricación y comercialización de alisadores de pelo tóxicos en el ámbito de la ciudad de Buenos Aires. Y está tras los pasos de un empresario que podría estar vinculado con la elaboración y venta de algunos de los productos, cuyos análisis en la Anmat determinaron que contenían elevadas concentraciones de formol, muy superiores a las permitidas por la legislación y que por esa razón resultarían peligrosos para la salud. La pesquisa se extendió al conurbano, donde una fiscalía de Lomas de Zamora también abrió una actuación, a partir de la publicación de un artículo sobre el tema en este diario. Mientras tanto, continuaron las consultas en el Centro Nacional de Toxicología, de mujeres que probaron el riesgoso tratamiento y peluqueros que lo están realizando.

Uno de los domicilios allanados en las últimas horas en el marco de la investigación pertenece a Adolfo Nicolás Benítez. Su nombre y la dirección de su casa, en Villa Crespo, figuran en las etiquetas de dos alisadores que se están vendiendo en el mercado local bajo el nombre “Sin Rulos”, en dos versiones, una de 500 centímetros cúbicos y otra de 100 centímetros cúbicos. La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) analizó su contenido y determinó que tienen proporciones de formol que rondan el 30 por ciento, cuando el límite máximo es de 0,5 por ciento y sólo para endurecedores de uñas. El organismo informó que Benítez desconoció ser su real elaborador. Sin embargo, una persona denunció ante la Anmat que esa misma persona le había pedido fabricar el alisador con formol para su comercialización y que él no había aceptado la propuesta. A partir de este testimonio, incorporado a la causa, la Justicia está tratando de localizar a Benítez. Según pudo saber este diario, habría sido propietario de una peluquería.

Ayer, el fiscal Marcelo Munilla Lacasa evaluaba los resultados de los cuatro allanamientos realizados el jueves para determinar los pasos a seguir. Los procedimientos fueron ordenados por el juez porteño Gustavo Pierretti y tuvieron lugar en el domicilio de Benítez, en Serrano 1079, Villa Crespo; en el salón de belleza de Rubén Orlando ubicado en el shopping Solar de la Abadía, barrio de Belgrano; en un local de venta de productos de perfumería y belleza de Córdoba al 4600; y en el Centro Técnica de Alisado, una peluquería de Corrientes al 5700.

La fiscalía de Nueva Pompeya y Parque de los Patricios, especializada en irregularidades sobre medicamentos y productos que pueden afectar la salud, investiga la posible comisión del delito previsto en el artículo 201 del Código Penal, que castiga con prisión de tres a diez años la venta y distribución de mercaderías peligrosas para la salud.

La producción y comercialización de alisadores con formol prohibidos por la Anmat –revelada el lunes por Página/12– generó también la apertura de otra causa en el ámbito del departamento judicial de Lomas de Zamora, donde tomó intervención la UFI Nº 3 a cargo del fiscal Héctor Tonegozo, según confirmaron a este diario fuentes de la comisaría Nº 1 de Adrogué.

Entre tanto, continuaron las consultas en el Centro Nacional de Toxicología, que funciona en el Hospital Posadas, de Haedo. Al menos una veintena de mujeres se presentaron en el centro de salud para averiguar sobre las consecuencias de este tipo de alisadores en la salud. “Ninguna de ellas presentaban cuadros agudos de intoxicación, pero tenían dudas sobre los posibles efectos que podrían sufrir”, informó el director del centro, Osvaldo Curci.

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