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Uno de los tres detenidos por el crimen del contador Adolfo Herro, ocurrido el año pasado en Cariló, indicó dónde estaba enterrada el arma homicida pero culpó a otro. Bruno David Báez declaró que Cristián Segura, otro de los detenidos, había disparado contra Herro cuando éste se resistió a un robo ante su casa en Cariló, el 25 de julio de 2005. Báez indicó un baldío de Villa Gesell como el sitio donde habían sido enterradas cuatro armas cortas, una de las cuales sería la homicida. Herro había ocupado cargos en el gobierno bonaerense; el mismo Báez había declarado primero que se trataba de un “crimen por encargo”.
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