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Sociedad|Miércoles, 4 de octubre de 2006
CRECE LA HUELGA DE PRESOS Y SE PLEGO LA CARCEL DE VILLA DEVOTO

En Devoto, a pura batucada de hambre

Por Horacio Cecchi

Ayer, a las siete de la tarde, los presos concluyeron la asamblea y se lanzaron a una batucada anticipatoria: hoy, a las siete de la mañana, 1300 de los 1600 internos de Devoto iniciaban una huelga de hambre en adhesión a la multitudinaria huelga de los Dinosaurios bonaerenses. Adhesión que amaga con independizarse luego de la elaboración de un petitorio de reclamos semejantes a los que presentaron los Dinosaurios: celeridad en los procesos, plazos razonables de preventiva, morigeración de penas y demás. En la provincia, la huelga sigue creciendo mientras la jueza Garmendia rechazó un hábeas corpus presentado por el Comité contra la Tortura para las cárceles platenses, con los mismos argumentos que utilizó Pilatos: le preguntó al SPB si controlaba la salud de los presos. Adivine qué le respondieron.

De los 1600 internos de la cárcel de Devoto, dependiente del Servicio Penitenciario Federal, 1300 están en huelga. “Siguen la modalidad de la dieta líquida”, aseguró una fuente de la Subsecretaría de Asuntos Penitenciarios. A la pregunta de si había control sobre el estado de salud, la misma fuente respondió que “no hay posibilidad de que colapse el sistema sanitario”. Los presos de Devoto decidieron que no debían adherir los presos más viejos y los enfermos de sida y tuberculosis. En total, son 1300 presos que desde hoy serán un dolor de estómago visible para las autoridades. Desde la administración federal, igual que desde la bonaerense, se fogonea todo el tiempo la idea de que “ojo, el reclamo no es contra nosotros, es contra los jueces”.

En la provincia, el viernes pasado, el Comité contra la Tortura había presentado un hábeas corpus pidiendo que los jueces se constituyeran en las unidades para verificar el estado de salud de los huelguistas. La fecha no fue casual: llevaban 9 días sin comer, límite clínico del soporte físico. Después, según aseguran los especialistas, se desatan problemas cardíacos, se potencian enfermedades como el sida y la tuberculosis. La presentación se realizó en cada juzgado de turno en zonas de cárceles. En La Plata tocó a la jueza María Garmendia, 4 de Garantías. La jueza rechazó el pedido con fundamentos particularísimos: en lugar de ir a las cárceles, preguntó a la Dirección de Salud penitenciaria si estaba en condiciones de controlar la salud. Le respondieron lo obvio. Pero, además, con una interpretación muy propia, Garmendia dijo que el hábeas corpus era inaplicable porque la huelga es voluntaria, y no por presión del Estado. Si los presos no quieren comer, es cosa de ellos.

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