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Sociedad|Domingo, 21 de julio de 2002
VEINTE LLAMADOS A COMERCIANTES DE GERLI CERCANOS AL SUPERMERCADO

Amenazas después de los rehenes

Con los jóvenes asaltantes que tomaron rehenes el viernes a la noche detenidos, hubo una ola de amenazas telefónicas a los comerciantes de la cuadra. Tres muertos en otros asaltos.

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Los pibes serán interrogados mañana por la jueza de menores y el que es mayor, por el fiscal.
Después de ser los protagonistas de una noche movida, los tres chicos que tomaron 18 rehenes en el supermercado Eki de Lanús seguían detenidos en la comisaría primera y mañana serán indagados por la Justicia. Los comerciantes de la avenida Pavón al 2300 denunciaron ayer que recibieron cerca de 20 amenazas telefónicas que fuentes policiales adjudicaron, sin aportar ninguna prueba, a supuestos “allegados a los ladrones”. Los negocios, de todos modos, abrieron sus puertas, aunque el tema de la inseguridad siguió en el tapete, porque en tres asaltos hubo otros tantos muertos, dos de los cuales eran miembros de la policía bonaerense. Uno de los policías era de la Bonaerense, el otro de la Federal y la tercera víctima un adolescente de 14 años asesinado durante el asalto a un comercio en la localidad bonaerense de General Rodríguez (ver aparte).
Sobre las llamadas telefónicas, el secretario de Seguridad bonaerense, Juan Pablo Cafiero, aseguró en diálogo con una vecina, de nombre Mónica, que tenían registrados “todos los llamados que se hicieron” y que ahora se tratará de determinar su procedencia. Sobre los sucesos del viernes por la noche, Cafiero admitió que “la violencia se viene expresando en delitos que antes nunca tenían esta carga de agresividad”. Estimó que una de las razones sería “la situación de crisis general, la situación de desquicio que existe en algunos niveles barriales o la falta de contención” de los sectores más afectados por el desempleo y la marginalidad.
Como intentando dejar atrás su pasado reciente en la cartera de Acción Social, el secretario de Seguridad recordó que desde su actual cargo no trabaja “sobre las causas que provocan estas situaciones de violencia” sino “sobre los efectos, porque la tarea es la de dar protección a la población, la de brindar seguridad”. Cafiero mantuvo ayer un diálogo telefónico con Mónica Martínez, dueña de una remisería que el viernes, durante la crisis de los rehenes, fue utilizada por el Grupo Halcón como centro de operaciones. La mujer aseguró que en la remisería se recibieron “unos 18 llamados amenazantes diciendo que íbamos a ser boleta”.
Según la mujer, esas comunicaciones quedaron registradas en los aparatos identificadores de llamadas y los datos fueron enviados a la comisaría primera de Lanús. La dueña de la remisería interpretó que las amenazas “deberían estar destinadas a la policía” y no a los propietarios del comercio, pero igual acotó que “después de la angustia que pasamos, los llamados fueron como una pesadilla”. En la medianoche del viernes, luego de que los tres chicos se entregaran a la policía, en los alrededores se produjeron reacciones de todo tipo.
Los familiares de los rehenes dividieron sus críticas entre los ladrones, por lo que habían hecho, y los policías, por algunas decisiones que demoraron la solución del problema y por haber retenido un tiempo a los rehenes, en la citada remisería, demorando el reencuentro con sus seres queridos. También estaban allí las madres de los ladrones, que mantuvieron una disputa verbal tanto con los vecinos como con los policías. Ayer se dijo que los chicos detenidos viven en la zona conocida como Villa Tranquila, muy cerca del lugar de los acontecimientos.
A pesar de la reacción de sus propios parientes, algunos rehenes coincidieron en decir que los ladrones los habían tratado “bastante bien” y que incluso el chico de 14 años, que era el que parecía estar en un peligroso estado de nerviosismo, se despidió de algunos de ellos “con un abrazo”. En cambio, Mario Gómez, padre de Gisella, la joven cajera del supermercado, sostuvo que el más chico de los asaltantes “quiso matar a un rehén, pero no le salió el tiro de la 9 milímetros”. El titular de la comisaría primera de Lanús, Eduardo Buró, insistió en que los chicos “tienen antecedentes” y que “el más chiquito” sería el más peligroso. Esa información no fue confirmada por las fuentes judiciales consultadas.
Los dos menores detenidos serán interrogados mañana por la jueza Marta Pascual, mientras que el mayor deberá comparecer ante el fiscal Darío Belucci, de la Fiscalía 4 de Lomas de Zamora. Los tres están acusados por los delitos de “tentativa de robo en poblado y en banda” y “privaciónilegal de la libertad reiterada en 18 oportunidades”. Según la policía, una vez que terminó la toma de rehenes, en el interior del supermercado se encontró un revólver Astra que habría sido robado a un policía.

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