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Sociedad|Viernes, 9 de febrero de 2007
LA HERMANA DE LETIZIA SE SUICIDO CON PASTILLAS

La Casa Real española, de luto

La autopsia practicada al cadáver de Erika Ortiz Rocasolano, de 31 años, la hermana menor de la princesa de Asturias, reveló que la muerte le sobrevino tras ingerir pastillas, posiblemente tranquilizantes. El cadáver de la mujer fue incinerado a las dos de la tarde de ayer, en una ceremonia breve y familiar, a la que sólo tuvieron acceso los más cercanos. Acompañaron a Letizia y a Felipe, el rey Juan Carlos, los duques de Lugo y los de Palma de Mallorca. La reina, tras suspender su viaje por Indonesia, no llegó a tiempo, ni tampoco la otra hermana de Erika, Telma, que volvía de Manila.

El estudio post mortem le fue practicado la noche del pasado miércoles en el Instituto Anatómico Forense de Madrid, en la Ciudad Universitaria. En un principio, la autopsia le iba a ser efectuada en la mañana del día siguiente, el jueves, como es lo habitual. Pero a última hora, la Casa del Rey pidió que la necropsia fuera hecha esa misma tarde. El forense comenzó su trabajo pasadas las ocho de la noche y duró aproximadamente una hora y media. El primer análisis determinó que murió por una ingesta masiva de pastillas. De hecho, la policía halló envases de plástico de medicamentos en la basura del domicilio de Erika Ortiz.

“Gracias a todas las personas que se han sentido apenadas por la muerte de mi hermana pequeña.” La princesa de Asturias no pudo continuar la frase. Las lágrimas le impedían articular palabra. Con un pañuelo blanco en su mano izquierda se secaba los ojos, mientras que con la derecha se aferraba al brazo del príncipe, que continuó el mensaje que su esposa no pudo concluir ante los periodistas, al término de la ceremonia de incineración: “Gracias en nombre de toda la familia por el trato recibido”.

A esa hora, 14.40, llovía en Madrid, como todos los días señalados en la vida de Letizia Ortiz. Llovió a cantaros el día de su boda y en el que nació su hija Leonor. Ayer, la princesa vivió sus horas más tristes: se despedía de Erika, su hermana menor, hallada muerta el pasado miércoles en el dormitorio de su casa, tras meses en los que la depresión no la abandonó.

La familia Ortiz Rocasolano marcó el protocolo del adiós. Quiso que fuera íntimo y reducido. No se permitió el acceso de los medios de comunicación al responso. Tampoco se acercaron políticos y representantes de la sociedad española, por deseo expreso de Letizia. Querían una ceremonia familiar y por eso sólo estaban los más allegados. Todos los que estaban cerca. La familia optó por no esperar la llegada de la reina Sofía y Telma Ortiz porque quería que no se prolongara la despedida.

A última hora de la tarde de ayer, las cenizas de Erika Ortiz fueron recogidas por un miembro de la Guardia Real. La familia Ortiz Rocasolano quiere que sean esparcidas en Asturias, la tierra en la que dicen Erika fue más feliz que nunca, una felicidad que en los últimos meses de su vida no la acompañó.

De El País, de Madrid. Especial para Página/12.

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