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Pablo y sus compañeros empezaron con tiempo a organizar el viaje de egresados. El contrato estaba firmado y buena parte de las cuotas habían sido pagadas por sus padres cuando se enteraron por los diarios de que la empresa que los iba a llevar había quebrado. La decepción los invadió cuando supieron que no viajarían a Bariloche. Historias de estafas y decepción como ésta se repitieron en los últimos años y, para evitar que vuelvan a ocurrir, se presentó ayer la nueva reglamentación para las agencias dedicadas al turismo estudiantil: se crea un fideicomiso para garantizar los viajes en caso de quiebra de una empresa y, con el mismo fin, se obliga a las compañías a contratar un seguro por el 30 por ciento del valor de cada contrato colectivo. También endurece las condiciones para ser coordinador y hace cesar las licencias de todas las compañías, que deben inscribirse de nuevo.
La nueva normativa, confeccionada y lanzada por la Secretaría de Turismo, apunta a lograr “previsibilidad y transparencia” en un sistema en el que reina la zozobra hasta el día previo al viaje. La resolución dispone que cada integrante del contingente que contrata el tour deberá pagar una primera cuota adicional –denominada cuota cero– que representará el 6 por ciento del precio total de viaje y estará destinada a formar un fondo especial que controlará el Banco Nación.
Como complemento, cada compañía turística que realice viajes de egresados estará obligada a presentar avales por el 30 por ciento del precio del viaje de cada contingente. Lo podrán hacer contratando un seguro de caución o un aval bancario. De esto quedan exentas las empresas que sólo realicen tours de estudio, que cumplirán con sus obligaciones en este sentido con el pago del 6 por ciento para el fideicomiso.
El subsecretario de Turismo, Daniel Aguilera, aseveró que la combinación de esos dos mecanismos permitirá que el Estado “pueda asegurarle el viaje a cada uno de los chicos en el caso de que, por ejemplo, la empresa quiebre”, ya que, en ese supuesto, “la Secretaría utilizaría fondos del fideicomiso y ejecutaría los avales presentados por la firma para cubrir todos los tours” pendientes. Esa cobertura alcanza al transporte y la hotelería, pero no a las actividades nocturnas.
De esa manera, luego de firmar el contrato, los padres de los chicos recibirán de la empresa un talón para el pago de la “cuota cero”, que se realizará directamente a una cuenta especial del Banco Nación. En ese sentido, Aguilera fue lapidario: “Si no está paga la cuota cero, no está garantizado el viaje, que queda fuera del sistema”. Los clientes podrán verificar que ese pago pasó a integrar el fideicomiso, a través de una página de Internet y un teléfono 0800 que se difundirán a partir de hoy. Como ese pago adicional no pasa por la empresa, de hecho, significará un aumento en los costos de los viajes estudiantiles. “Lo primero que el usuario verá impactado es su bolsillo, porque esto redundará en un aumento del precio del tour. Es dinero que no pasa por la empresa, sino que va directo al Estado. Nosotros le vamos a explicar a la gente que es como una especie de timbrado, que tiene que abonar pero en el que nosotros no tenemos nada que ver”, señalaron en ese sentido desde la compañía Grupal, que organiza viajes de egresados.
Por otro lado, la reglamentación endurece las condiciones necesarias para trabajar como coordinador, que es el empleado de la empresa que está a cargo del contingente durante el viaje y la estadía en el lugar del tour. Según la resolución (la 237/07 de la Secretaría de Turismo), deberán ser mayores de 21 años, tener estudios secundarios completos, presentar un certificado expedido por el Ministerio de Justicia que demuestre que no tiene antecedentes penales, y otro de buena conducta sellado por la autoridad policial de su domicilio.
El subsecretario de Turismo informó además la caducidad de las licencias de todas las empresas, las que deberán, a partir de esta reglamentación, volver a tramitarlas. Para hacerlo, tienen que presentar los mismos certificados y documentos que se les exigían hasta ahora, más las garantías ya explicadas y una póliza de responsabilidad civil que contemple los riesgos de las actividades programadas para los alumnos. Ese trámite, aseguró el funcionario, no llevaría más de quince días.
Informe: Eugenio Martínez Ruhl.
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