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Sociedad|Jueves, 5 de abril de 2007
UN PARO LATENTE Y CONFUSION POR LOS DESPEGUES EN AEROPARQUE

Equilibrio inestable en las alturas

Los aeronáuticos acataron la conciliación, pero pueden dejar de cumplir las tareas imprevistamente. Los pilotos se rebelan.

Por Eduardo Videla
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El arranque de la Semana Santa puede traer inconvenientes en el tráfico aéreo del país.

Ya está claro que el sistema aerocomercial local está en un equilibrio inestable. Ayer tuvo que intervenir el Ministerio de Trabajo para evitar –conciliación obligatoria mediante– un paro de los empleados de mostrador y maleteros de las líneas aéreas, quienes habían decidido protestar por las agresiones que han sufrido por parte de algunos pasajeros. El gremio acatará la conciliación, y se supone que los vuelos saldrían hoy, en el inicio del fin de semana largo, en forma normal, si no fuera por la decisión de los pilotos de todas las líneas aéreas de “no aceptar una frecuencia menor a los diez minutos entre despegues, tal como aconsejan los controladores ante el no funcionamiento del radar de Ezeiza”. Hoy es el día crítico de este fin de semana, ya que se concentran todas las partidas. El famoso radar de Ezeiza, en tanto, sigue sin funcionar: en las planillas que reciben los pilotos (notam) se asegura que estará fuera de servicio por los menos “hasta el martes 10 a las 23.59”.

Los trabajadores nucleados en la Asociación del Personal Aeronáutico (APA) habían anunciado ayer que hoy realizarían un paro de actividades en reclamo de “garantías de seguridad laboral” ante “repetidas agresiones y violencia física de los pasajeros” hacia los empleados de atención al público en el aeropuerto. Los trabajadores reclamaban la intervención de las empresas y de la Policía de Seguridad Aeroportuaria “ante las repetidas agresiones y violencia física de los pasajeros”.

“No podemos seguir tolerando golpes, insultos, violencia desmedida de los pasajeros que atacan de forma intempestiva a los trabajadores que no son los responsables por los problemas operativos de las compañías aéreas o bien por el no funcionamiento del radar”, argumentó Edgardo Llano, secretario general de APA.

Por la tarde, el Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria, que en la práctica obliga al gremio a suspender la medida de fuerza. El ministerio intervino ante un reclamo de la empresa Aerolíneas Argentinas. El gremio resolvió acatar la medida, con lo cual la prestación del servicio de transporte aéreo estaría garantizada. Sin embargo, Rafael Mella, secretario adjunto de APA, aclaró que “en caso de existir un solo hecho de violencia o agresión, todo el personal será retirado de los mostradores y de la atención al público, porque se debe garantizar la integridad de los trabajadores”.

Por otra parte, los dos gremios que nuclean a los pilotos de todas las compañías de cabotaje coincidieron en recomendar a sus afiliados “asegurarse la separación mínima de 10 minutos” entre vuelos. La Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), el gremio de los pilotos de Aerolíneas y LAN, informó que la medida abarcará tanto a los vuelos que partan del Aeroparque Jorge Newbery como del Aeropuerto Internacional de Ezeiza. Por esa razón, reclamó a las empresas aéreas una reprogramación de los servicios. En tanto, la Unión de Aviadores de Líneas Aéreas (UALA), que nuclea a los pilotos de Austral, ratificó que “en pos de garantizar la seguridad y la vida de pasajeros y tripulantes, operarán bajo el control manual, hasta tanto se certifique el correcto funcionamiento de los radares”.

Por toda respuesta, el Comando de Regiones Aéreas –por ahora, la autoridad aeronáutica del país– se limitó a informar que se había acordado con las empresas aéreas, Aeropuertos Argentina 2000 y un sector de los controladores “un intervalo de cinco minutos para el despegue, pudiendo extenderse por razones operativas a diez minutos”.

Toda esta situación, vale recordar, fue producida por el desperfecto del radar Baires, en Ezeiza, que salió de servicio el 1º de marzo último, como consecuencia de un rayo, y nunca más volvió a funcionar con normalidad. Por esa razón, los controladores aéreos efectúan la asistencia para despegues y aterrizajes en forma manual, es decir, a través de comunicaciones de radio. Al menos un sector de ese gremio sostiene que, para mayor seguridad, los vuelos deben espaciarse con una frecuencia de diez minutos.

El vocero de Aerolíneas Argentinas, Jorge Molina, dijo a Página/12 que “no habrá reprogramaciones, ya que los vuelos previstos para mañana (por hoy) son menos que los programados para el viernes pasado, cuando se produjo un caos en el aeroparque”. Según Molina, para hoy están previstos 153 vuelos hacia distintos puntos del país, contra 167 que se habían programado el viernes 31.

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