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Sociedad|Sábado, 3 de agosto de 2002
ES SOSPECHOSO DE HACER LOS LLAMADOS EN EL CASO PERALTA

Detuvieron a la voz en el teléfono

El detenido, de 22 años, habría sido quien mantuvo contactos telefónicos con la familia Peralta para negociar el rescate de Diego. La policía espera novedades del caso en las próximas horas.

Por Carlos Rodríguez
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El padre de Diego Peralta, quien recibió nuevos llamados.
Un hombre, que podría ser integrante de la banda que el 5 de julio secuestró a Diego Alberto Peralta, de 17 años, fue detenido e indagado por el juez de la causa, pero a pesar de la novedad seguía sin resolverse la angustiosa situación de la familia del chico, que estaba anoche a la espera del resultado de una serie de medidas que se estaban realizando para tratar de establecer el paradero del joven. José Paulo García, de 22 años, fue detenido bajo la sospecha de haber sido la persona que mantuvo los contactos telefónicos con la familia Peralta durante las negociaciones que se desarrollaron entre el 5 y el 20 de julio, hasta acordar el pago del rescate, que consistió en 9.000 pesos y 2.000 dólares en efectivo. Anoche, al cierre de esta edición, el juez Carlos Ferreiro Pella y el jefe del Grupo Especial Antisecuestro (GEA), comisario Angel Casafús, se encontraban trabajando en Lomas de Zamora sobre una nueva pista que anunciaba una supuesta “inminente aparición del joven secuestrado”.
“Está todo muy confuso porque volvieron las llamadas a la familia y son contradictorias entre sí”, admitió a Página/12 una fuente policial, quien eludió dar más precisiones “porque la situación es delicada y sobre todo confusa”. Desde las 8 de ayer, tanto el comisario Casafús como Luis Alberto Peralta, el papá de Diego, se instalaron en la sede del juzgado de Ferreiro Pella, en Laprida 662 de Lomas. El motivo de la convocatoria fue la detención, en la noche del jueves, de José Paulo García, un joven que según la policía tiene antecedentes penales y que hasta hace poco vivía en El Jagüel, donde los Peralta están asentados desde hace 25 años.
El jueves, después de varios días de silencio, se produjeron nuevos contactos con los supuestos secuestradores, aunque llamó la atención que insistieran en pedir un nuevo rescate. Al rastrear los llamados, la policía determinó que uno de ellos se había realizado desde un teléfono público ubicado en la calle El Ceibo 211, frente a un comercio. A las 22 del jueves se produjo la detención de García, quien habría admitido ayer ante el juez Ferreiro Pella que hizo el llamado, pero con la única intención de “aprovecharse de la situación”, negando de ese modo una relación directa con el secuestro.
Siempre según la policía, García estaría involucrado en algunas causas “pesadas”, por su presunta participación en homicidios. Fuentes de la investigación señalaron que “en principio, existe una similitud entre la voz que hizo los llamados este jueves y la del hombre que había mantenido antes entre ocho y nueve contactos con la familia”. Esto indica que García está sospechado de ser integrante de la banda autora del hecho y no un simple “oportunista” que trataba de ganar algún dinero ofreciendo datos a una familia que está desesperada por la situación que está viviendo desde el 5 de julio, cuando se produjo el secuestro de Diego.
Durante un breve contacto con la prensa, en la puerta del juzgado, Luis Peralta, el papá de Diego, y Horacio Pizzi, tío abuelo del joven, dijeron que todavía “no está muy claro si el detenido participó o no en el secuestro”. Para aumentar la confusión, cerca del mediodía de ayer, cuando García era indagado por el juez, los policías de la Brigada de Investigaciones Complejas y Narcocriminalidad de Lomas recibieron una nueva llamada telefónica anónima. Un supuesto portavoz de la organización
se limitó a decir que el joven “estaba por ser liberado”, según reconoció una fuente policial consultada por este diario. El vocero recordó que durante los contactos con la familia se advirtió la presencia de “dos voces bien diferenciadas”.
Al declarar ayer ante el juez Ferreiro Pella, el joven García fue asistido por un defensor oficial y negó toda participación en el secuestro. Después de la indagatoria, el comisario Casafús siguió reunido con el juez y con el secretario del juzgado, José Luis D’Abondio. Horas después, en medio de un gran despliegue de hombres y vehículos, una comitiva policial salió a realizar una serie de procedimientos ordenadospor Ferreiro Pella, pero se mantuvo estricta reserva acerca de los objetivos. Si bien no está confirmado que García haya formado parte de la banda, se supone que aportó datos que podría llevar a la detención de algunos de sus integrantes. Esa era la misión que tenía el Grupo Antisecuestros. “Es todo muy confuso, no se sabe si tendrán resultados positivos las nuevas diligencias”, advirtió uno de los investigadores.
Entre las hipótesis que se fueron consolidando con el correr de las horas, la policía manejaba la de la participación en el secuestro de una persona conocida de la familia. Anoche, en la casa de los Peralta, se advertía una gran ansiedad por el resultado de los operativos que se estaban realizando por orden del juez. “Puede ser una noche decisiva”, anticipó el vocero policial.

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