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Sociedad|Jueves, 21 de junio de 2007

Contra la teoría del otro derrame

Una petroquímica de Dock Sud fue clausurada por registrar pérdidas de fueloil. Ya son 25 las sancionadas por contaminar el Riachuelo.

Por Pedro Lipcovich
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PetroRío SA fue clausurada por la Secretaría de Ambiente.

La Secretaría de Ambiente clausuró preventivamente una empresa petroquímica en Dock Sud –una de las 44 denunciadas ante la Corte Suprema por contaminar el Riachuelo–, porque en ella “se registran derrames de fueloil que pueden llegar a contaminar las napas”. La medida es temporaria, hasta tanto la firma involucrada contrate una auditoría ambiental. La secretaría lleva efectuadas 25 clausuras a empresas en la cuenca del Riachuelo “y va en camino de efectuar muchas más”, según el director de Control y Fiscalización del área, quien anticipó también que hoy mismo serán clausuradas dos curtiembres en Lanús. También se anunció que ya todas las empresas de depósitos químicos de Dock Sud aceptaron trasladarse. “En poco tiempo, la Autoridad de Cuenca intervino en todos los sectores donde había denuncias”, afirmó el mismo funcionario. Sin embargo, un representante del flamante Espacio Intercuencas –que reúne a ONG referidas al Riachuelo, el Reconquista y el Río de la Plata– sostuvo que “las clausuras son una simple puesta en escena; una película que siempre vimos en épocas preelectorales”.

La clausura recayó sobre la firma PetroRío SA, en la calle Génova 1440, Dock Sud, partido de Avellaneda, junto al Riachuelo. “Es la clausura más importante que hemos efectuado en el rubro petroquímico –anunció Raúl Vidable, titular de Control y Fiscalización de la Secretaría de Ambiente–. La empresa tiene varios tanques de fueloil, de diez mil metros cúbicos cada uno: el 25 de abril, una inspección de la Autoridad de Cuenca (a cargo de Romina Picolotti, secretaria de Ambiente) encontró un derrame que, si bien era pequeño, demostraba que los tanques no tienen garantía de hermeticidad: un eventual derrame mayor contaminaría no sólo el suelo, sino el agua subterránea, ya que es una zona de napas altas”. La clausura “es preventiva. Para que se levante, la empresa deberá contratar, con un auditor registrado ante esta Secretaría, una auditoría ambiental, de la cual surgirá con certeza qué adecuaciones debe efectuar para cumplir con las normativas”, precisó el funcionario.

Vidable anticipó también que “mañana (por hoy) vamos a clausurar dos curtiembres en Lanús. Las curtiembres son uno de los cuatro sectores industriales más contaminantes de la cuenca, junto con los frigoríficos, las galvanoplastias y la petroquímica. Las dos clausuras de mañana serán las primeras en el rubro curtiembres; en galvanoplastia ya efectuamos varias. En cuanto a frigoríficos –recordó– se clausuraron varios, entre ellos dos de propiedad del empresario Alberto Samid; estas clausuras ya se levantaron, en cuanto el empresario firmó el convenio de reconversión de sus instalaciones”.

Además, Florencia Roitstein –subsecretaria de Desarrollo Sustentable de la Secretaría de Ambiente– anunció que “todas las empresas de almacenaje de productos químicos que operaban en Dock Sud presentaron sus planes de relocalización. Las últimas fueron Orvol y Tagsa, que lo hicieron llegar la semana pasada. Dow Chemical ya hizo efectivo su retiro, otras dos empresas dejaron de operar por motivos propios y las nueve que siguen deberán irse en 2008”.

–Se amplía así el plazo original –observó Página/12 (tal como informó este diario en su edición del 23 de octubre de 2006, el plazo fijado por la Secretaría de Ambiente vencía en julio de 2007).

–Relativamente –contestó Roitstein–. La fecha límite que tenían para presentar sus planes de relocalización era el 20 de junio de 2007.

Según Alfredo Alberti –titular de la Asociación Vecinos de La Boca y representante del Espacio Intercuencas RRR, formado por organizaciones de la sociedad civil que trabajan el Riachuelo, el Reconquista y el Río de la Plata–, “las clausuras son una mera puesta en escena que dura una semana o 15 días. Es una película que siempre vimos en épocas preelectorales, y después no pasa nada. Por supuesto, no queremos que se cierren fuentes de trabajo, pero ¿por qué no dejan que la sociedad civil monitoree lo que está pasando? Nos quieren tan alejados de la situación, que estamos incrédulos”.

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