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Sociedad|Jueves, 2 de agosto de 2007
DAN POR MUERTO A UN HOMBRE Y LO LLEVAN A LA MORGUE

“Mirá, esa bolsa se mueve”

Los médicos del sanatorio Urquiza, de Quilmes, decretaron la muerte de un paciente de 80 años. Cuando la familia preparaba el velorio, el empleado de una funeraria descubrió el error.

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El director del sanatorio Urquiza, Marcelo Yanguas, reconoció que se trató de “una confusión”.

–¿Señora, usted tiene un familiar internado en el Sanatorio Urquiza?

–Tenía a mi papá, falleció esta tarde.

–No, su padre está vivo. Venga urgente al sanatorio, ya sé que le dijeron que había muerto, pero no es así, lo encontré vivo adentro de la bolsa mortuoria.

El diálogo se produjo durante la tarde del pasado martes, luego de que se descubriera que en ese centro privado de salud de Quilmes se había dado por fallecido, y hasta ingresado en la morgue, a un hombre de 80 años que en realidad estaba vivo. La familia del paciente ya realizó la denuncia y prepara una demanda contra el establecimiento, mientras que la Justicia ya inició una causa penal por “presunta mala praxis”.

Tras el incidente, el paciente, llamado Juan Schandor, quedó internado en la terapia intensiva del establecimiento, donde permanece inconsciente. Su hija, Ana María Schandor, explicó que “obviamente pedimos el traslado a otro lugar, pero por lo delicado de su estado, los médicos lo desaconsejaron”.

A las 15.30 del martes, las autoridades del Urquiza, un sanatorio que trabaja para el PAMI, registraron la muerte de Schandor, y pocos minutos después avisaron a la familia. La primera en acercarse al lugar fue la esposa de Schandor, Ana María Francisca Pitloun, quien –según el relato de los parientes– observó conmocionada cuando se llevaban el cuerpo ya dentro de la bolsa mortuoria, hacia la morgue del establecimiento.

Con toda la tristeza encima, la familia Schandor comenzó a realizar los trámites para el entierro de Juan. Su hija contó que en medio de esa dura situación recibió “un llamado en mi casa a las 18, en el que un hombre me decía que en realidad mi padre estaba vivo, me decía que fuera urgente para el sanatorio y me daba su teléfono por si no le creía”.

Quien estaba al otro lado del teléfono era Claudio González, de una casa funeraria de Quilmes. El había descubierto que Juan estaba vivo, mientras trabajaba en la morgue del sanatorio. “Había ido a buscar un cuerpo, que tenía que trasladar. Como la bolsa en la que estaba este hombre (por Juan) me dificultaba para levantar la que yo tenía que llevarme, la corrí. Y en ese momento, un muchacho de otra funeraria que estaba ahí conmigo me gritó: ‘Mirá, esa bolsa se mueve’”, relató a Página/12.

Incrédulo, González abrió la bolsa y comprobó que Juan respiraba. “En ese momento agarramos una camilla que había ahí y llevamos a este hombre para el hall principal del sanatorio. A los gritos pedimos un médico, le contamos la situación y se llevaron a este señor para la zona de terapia”, señaló.

Enseguida, el empleado pidió a los empleados del centro médico que le avisaran de la situación a la familia Schandor, pero –según aseveró– no le prestaron atención. Como había leído el apellido de Juan en la bolsa mortuoria, cruzó a un locutorio que hay enfrente del sanatorio y buscó el teléfono de la familia en la guía. Así pudo transmitir la insólita noticia.

Todavía intranquila, ayer Ana María mostró su disconformidad con la conducta de las autoridades del Urquiza, donde “en todo el día de ayer (por el martes) nadie me dijo nada, ni siquiera intentaron tranquilizarme”. Según cuenta, esa situación recién se modificó ayer al mediodía, cuando “el director del establecimiento me pidió que nos reuniéramos y, en el encuentro, calificó lo que pasó como ‘un terrible accidente’”.

En un comunicado, el sanatorio explicó el episodio como “un incidente de confusión sobre el anticipo de la muerte del mismo” motivado por su “estado de gravedad terminal”. En la misma línea, señaló que la situación “de ninguna manera influyó en el estado y/o atención” de Schandor. Frente a esto, la hija de Juan sostuvo: “Nosotros somos conscientes de que mi papá va a fallecer, porque está en un período terminal de su enfermedad, pero ellos lo dieron por muerto cuando todavía respiraba”.

El sanatorio en cuestión fue inspeccionado ayer por una delegación del Ministerio de Salud bonaerense, que informó que “está habilitado y con una buena calidad de atención”. Mario Disipio, director de Fiscalización Sanitaria bonaerense, aseguró que el lugar está “en condiciones adecuadas de infraestructura, y cumple con las condiciones de categoría 4, que es la de mayor complejidad”, aunque no descartó una sanción administrativa para el establecimiento por este incidente. De todas formas, explicó que, como ya había intervenido la Justicia, “no fue demasiado lo que pudimos analizar sobre esta situación en particular”.

Informe: Eugenio Martínez Ruhl.

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