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El reloj indicaba las 23 cuando el pueblo rionegrino de Fernández Oro quedó a oscuras. En silencio, y en penumbras, amigos, vecinos y familiares recordaron a Otoño Uriarte, al cumplirse un año de su desaparición y asesinato. El apagón fue el cierre de una jornada de protesta que tuvo como momento más conmovedor la marcha por la ciudad. Partieron desde la Plazoleta Otoño, ubicada a pocos metros del lugar donde se la vio por última vez, y recorrieron la ciudad reclamando justicia por el asesinato de la adolescente.
La jornada arrancó con una radio abierta, donde compañeros del colegio, vecinos e integrantes de la asociación “Otoño por la vida y la libertad” recordaron a la chica y exigieron castigo a sus asesinos. Por el momento, la comisión policial que trabaja en el caso no encontró pistas que den con los responsables. La protesta continuó con la movilización por el pueblo. Los manifestantes recorrieron las calles hasta la plaza central, donde imágenes y videos de la chica alumbraron la noche.
La joven desapareció el 23 de octubre de 2006. Había salido de una práctica de voley y regresaba caminando rumbo a su casa, una chacra ubicada a 700 metros del lugar, pero nunca llegó a destino. Su cuerpo apareció el 25 de abril de este año en la entrada de la usina eléctrica, cerca de Cipolletti. Hasta el día anterior al hallazgo del cuerpo, la familia recorrió prostíbulos y burdeles de Río Negro y provincias limítrofes en busca de la chica. Se creía que era una víctima más de las redes de trata de personas para la prostitución que operan en el país.
Los familiares pusieron bajo sospecha a la policía y a la Justicia local. Se descubrió, a través de una escucha telefónica, que una comisaría de Choele Choel se encargada de blanquear a jóvenes raptadas y obligadas a prostituirse.
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