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Sociedad|Jueves, 1 de noviembre de 2007
DECLARO EL PRINCIPAL ACUSADO POR EL DOBLE CRIMEN DE SANTIAGO

Un ventilador contra los Juárez

El comisario Musa Azar, jefe de Inteligencia del ex caudillo santiagueño, dijo ayer que fue la entonces gobernadora Nina Juárez la que ordenó encarcelarlo por el doble crimen de La Dársena. Según declaró, lo hizo porque él se negó a imputar por el caso al vicegobernador.

Por Carlos Rodríguez
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Musa Azar fue nombrado comisario por Juárez en 1975 y trabajó en Inteligencia durante la dictadura.

El comisario retirado Musa Azar, señalado como el jefe de la “asociación ilícita” que cometió el doble crimen de La Dársena, prendió ayer el ventilador, y luego de declararse inocente en este hecho –al igual que su hijo, Musa Antonio Azar Cejas–, aseguró que los dos están presos “por orden” de la ex gobernadora de Santiago del Estero Mercedes Nina Aragonés, esposa del cinco veces ex mandatario peronista Carlos Juárez. Musa Azar sorprendió con su enfrentamiento frontal con los Juárez, de la mano de quienes llegó en 1975 al grado de comisario y fue ratificado al frente de la Inteligencia policial en 1995. Musa había ostentado cargos similares en 1975, con Juárez, y también luego del golpe militar de marzo de 1976. Ayer aseguró que rompió lanzas con los Juárez cuando éstos le pidieron, después del doble crimen ocurrido en febrero de 2003, que “inculpara y detuviera por el hecho al ex vicegobernador Darío Moreno y a su hijo”. El policía sostuvo que Nina lo inculpó porque él se negó a cumplir la orden de imputar a Moreno. También habló de un plan para asesinarlo, tramado supuestamente por los Juárez.

Al prestar declaración indagatoria en el juicio oral por el crimen de Leyla Bshier Nazar y Patricia Villalba, el comisario Musa Azar repitió una versión que ya había mencionado en otro caso por el que fue juzgado, el asesinato del ganadero Oscar Seggiaro, ocurrido también en 2003. Precisó esta vez que Nina Aragonés lo citó en su despacho y en presencia del empresario Gustavo Ick le pidió que, en su condición de subsecretario de Informaciones, acusara por el doble crimen al ex vicegobernador Moreno y a su hijo Juan Felipe. El vicegobernador fue obligado a renunciar el 4 de junio de 2003. Antes lo había buscado la policía en Termas de Río Hondo, de donde se lo llevaron en patrullero a la Casa de Gobierno.

Con posterioridad, el fiscal del Superior Tribunal de Justicia Alejandro Smoris acusó a los Juárez de “sedición, coacción y privación ilegítima de la libertad” en perjuicio del ex vicegobernador. Al compás del escándalo por el doble crimen y sus derivaciones, los Juárez tuvieron que dejar el gobierno, se designó una intervención federal y el radicalismo ganó las elecciones conducido por el actual gobernador, Gerardo Zamora.

“El entonces juez federal (Angel) Toledo me dijo que los Juárez habían ordenado matarme, que ofrecían 200 mil pesos (por ese crimen), que ya tenían la persona y hasta el arma elegida.” Musa declaró ante los jueces que “hasta la abogada (Raquel) Llobet se ofreció para sacarme en tres horas del país”. En la sala estaba presente Llobet, que en el juicio representa a la familia Bshier Nazar. El comisario Musa se colocó en el rol de “chivo expiatorio” y habló de sí mismo en tercera persona: “Acá se han unido las denuncias de los derechos humanos por la década del setenta (lo acusan por crímenes en la dictadura) y el doble crimen de La Dársena, porque con Musa Azar muerto se salvaba el poder político (de los Juárez) y el gobierno de la intervención” federal, a cargo de Pablo Lanusse.

Musa afirmó que nunca investigó el doble crimen de Leyla y Patricia, a la vez que citó a otro abogado, Alejandro Gelid, como la persona que le había anticipado que querían involucrarlo en el doble homicidio a él y a su hijo “Musita” Azar. Gelid, quien era fiscal de la Cámara del Crimen, murió en un accidente de tránsito ocurrido en la ruta de acceso a la provincia de Tucumán. El hecho fue considerado dudoso, como otras muertes o accidentes sufridos por personas vinculadas al doble crimen.

Musa siguió cuestionando la hipótesis llevada al juicio oral, que lo pone como jefe de la banda que asesinó a las dos chicas. En ese sentido recordó la investigación que hizo, por pedido de los Juárez, el ex jefe de la policía santiagueña Tomás “Coco” Lezcano. “Yo lo fui a buscar a Lezcano (por orden de los Juárez), a quien contrataron por 3 mil pesos mensuales para investigar el doble crimen”, aunque después “Juárez lo echó porque no le había gustado el informe (de Lezcano) sobre quiénes eran los presuntos asesinos”. La versión de Lezcano, según se supo, señalaba que a Leyla la habrían asesinado durante una “fiesta de sexo y drogas” realizada supuestamente en el piso 12 del hotel Carlos V, el más lujoso de Santiago del Estero, ubicado frente a la céntrica plaza Libertad.

El hotel es propiedad de Néstor Carlos Ick, padre de Gustavo Ick, la persona que, según dijo ayer Musa, estaba presente en la reunión en la cual fue presionado por los Juárez para inculpar al ex vicegobernador Moreno y a su hijo. La familia Ick es una de las más poderosas de la provincia y es concesionaria de la mayoría de las empresas estatales que fueron privatizadas. Más allá de que hay muchos que no descartan la teoría del Carlos V, Musa y otros de los dieciséis imputados en el doble crimen están tratando de reflotar esa hipótesis porque eso los dejaría libres de la acusación que hoy pesa sobre ellos.

Sobre Lezcano, Musa recordó, además, que después de investigar el doble crimen “fue detenido y cuando estábamos en la sede de la Gendarmería me dijo que tenía miedo de que lo maten. Más tarde lo atropelló un auto y le produjo diecisiete fracturas en el cuerpo”. Ese fue otro extraño accidente, y quienes conocen al “Coco” Lezcano aseguraron a Página/12 que “hoy vive con miedo y no sale de su casa”. Olga Díaz, la mamá de Patricia Villalba, quien no pudo presenciar la declaración de Musa porque será testigo del juicio en los próximos días, le aseguró a este diario que Musa “sabe todo lo que pasó y los jueces tienen que investigar lo que él dice, porque en el juicio no están todos los acusados que deberían estar”. Además de Musa, ayer declaró su hijo, Musa Antonio Azar Cejas, “Musita”, quien aseguró que la acusación contra él y su padre “es una mentira total”.

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