Es el fascismo puro. Esta idea de establecer un sistema de colimba educativa en la provincia de Buenos Aires es un modo más de profundizar la brecha entre ricos y pobres. Entre las capas medias de la población que tendrán derecho a continuar con el secundario y los sectores pobres a los que se les da, a cambio, un oficio cuando la formación de oficios quedó superada en todo el mundo. Y para entender la profundidad de una iniciativa de estas dimensiones, tomo algo de Figueroa Alcorta de 1909. Hablaba de los pobres y la educación: “Es un hecho establecido por los especialistas –decía– que la instrucción primaria actúa fuera de los cauces naturales: es una fiebre maligna que se apodera de los hijos de las clases trabajadoras, quienes salen de la escuela desdeñando el trabajo y apreciando la vida de superior nivel, a la cual no están preparados”. Esto para Alcorta era una desviación, pero ahora está funcionando bajo esta iniciativa. Se está entendiendo la educación como disciplinamiento y no como un proceso de formación que les dé herramientas”.
* Profesora de Políticas educativas argentina y comparada en la Universidad Nacional de Luján