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El concierto de rock para colaborar con los damnificados por el desastre de Tartagal tuvo que suspenderse a causa de los desmanes que causó una parte del público en protesta por no poder ingresar. Todo empezó a las 17, cuando una multitud se concentró frente a la puerta de El Teatro, en el barrio de Colegiales. Tras conocerse que no cabía nadie más en la sala, se desató una escalada de violencia que obligó a parar el espectáculo en el que iban a actuar La Mancha de Rolando y León Gieco, entre otros.
El evento, pésimamente organizado por un colectivo de instituciones y empresas, había empezado puntual. Pero ni el respeto por los horarios ni la recolección efectiva de alimentos no perecederos, ropa y colchones impidieron que el clima se fuera enrareciendo en la vereda, con botellas de vidrio volando y amenazas de toda laya. A las 18.20, la presión venció a la seguridad, haciendo que un grupo enfervorizado ingresara en el recinto que a todas luces comenzaba a volverse chico y peligroso. Los artistas comunicaron que se suspendía todo.
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