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Si durante la primera etapa del caso, en el juicio de 2007, la defensa de Carlos Carrascosa había demostrado las ventajas de contar con una avanzada en la otra vereda, la recordada querella que defiende (los tres fiscales adosados a Diego Molina Pico) y la no menos importante defensa que acusa (María Luisa Luz Galoup Lanús de Hurtig, madre de María Marta y esposa de Constantino Hurtig), en esta segunda etapa se vislumbra que la contraparte aprendió la lección: Ribas, representante de Pachelo (ubicable, de intentarlo, en la vereda más opuesta de “la familia”), ahora es representante de Michelini, entre los imputados, lo que sugiere una reedición de los roles móviles. En cambio, Galoup de Hurtig, que había anunciado su presencia como querellante (que defiende), desistió de estar presente por un motivo sencillo: “No tenemos nada que querellar porque en la sala los únicos acusados son los que consideramos inocentes”.
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