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Desde las áreas dedicadas a la prevención de los consumos problemáticos de los ministerios de Educación, Seguridad, Salud y Desarrollo Social se está trabajando en un protocolo para los docentes. La idea es que puedan afrontar situaciones de uso de drogas en el colegio, sin acudir inncesariamente a la policía ni a la Justicia y en el marco del respeto jurídico a las leyes de Salud Mental, Educación Nacional y de Protección de los Derechos del Niño, entre otras normas. La idea principal es que se actúe prematura y preventivamente con escuelas, que los docentes “miren” a los jóvenes y conseguir que los alumnos “se miren”, que interpelen sus concepciones y sus prácticas, ofreciendo espacios amigables y saludables desde una postura comprensiva y respetuosa, que permita que los chicos puedan expresar lo que les pasa.
Algunos de los conceptos para el protocolo:
- Es fundamental intentar mantener el lazo que el joven conserva todavía con la escuela, no hay que olvidar que este lazo puede llegar a ser el único con el que un alumno cuenta en este crítico momento.
- Brindar la más rápida atención médica, previo relevamiento institucional de la guía de recursos que ya trabajen con el tema a nivel local.
- Comunicarse con los adultos más cercanos al joven, invitándolos a acompañar un momento complejo que necesita ser respaldado y contenido.
- Orientar a la familia o al joven sobre las posibilidades de escolaridades, ofrecerle alternativas extracurriculares escolares u otras opciones locales.
- Tratar siempre de que el problema sea resuelto por los adultos de la escuela y los adultos que acompañen al chico.
- En el caso de que aparezca la venta de drogas ilegales en la escuela, recordar que en el caso de menores siempre se informará en primera instancia a los padres y al organismo local de protección y promoción de derechos de niños, niñas y adolescentes.
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