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Sociedad|Jueves, 26 de noviembre de 2009
En la provincia, sólo el 4 por ciento de los delitos fueron cometidos por menores de 18

Se agranda algo que es menor

De acuerdo con cifras de la Procuración General bonaerense, la participación de los adolescentes en el delito es baja, a contramano de la sensación creada por algunos medios y voceros policiales

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“Se generó un fenómeno de victimización (de los adolescentes) por parte de las clases medias.”

No importan sus historias previas repletas de derechos vulnerados: un día los medios de comunicación o la policía le ponen un apodo y un adolescente se transforma en el máximo escollo para terminar con la “inseguridad”. Sin embargo, los informes de la Procuración General de la provincia de Buenos Aires sobre las causas iniciadas en el primer semestre de 2009 indican que los menores de 18 años cometieron sólo el 4 por ciento de los delitos registrados en el nivel provincial, mientras que dentro de ese porcentaje sólo el 0,10 por ciento de los casos se trató de homicidios en ocasión de robo. “Antes de que los chicos empuñaran un arma hubo una ausencia del Estado social para acompañarlos en su desarrollo”, advirtió Claudia Cesaroni, del Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos.

Al comparar los documentos que relevan la cantidad de Investigaciones Penales Preparatorias (IPP) iniciadas por los fueros de Responsabilidad Penal Juvenil bonaerenses y las fiscalías regulares, se obtiene que el total de delitos cometidos por menores de edad representan sólo un 4,06 por ciento. Entre los delitos graves cometidos por niños y adolescentes se registraron 127 causas por homicidio y sólo 14 por homicidio en ocasión de robo. Ambos tipos de homicidios sumados representan el 8,6 por ciento del total de crímenes cometidos en la provincia. Mientras que sobre el total de delitos, los registrados por homicidio en los fueros juveniles sólo representan un 0,04 por ciento.

“La tasa continúa siendo baja en relación con la tasa de homicidios cometidos por los adultos. Además, los casos no están relacionados al crimen de tipo organizado sino que, en su mayoría, son riñas y hechos de violencia entre personas de las clases sociales bajas por la falta de contención social”, resaltó Julián Axat, defensor oficial del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil platense. En relación con el tratamiento mediático de este tipo de delitos indicó que “se generó un fenómeno de victimización por parte de las clases medias” a partir de los resonantes casos del futbolista Fernando Cáceres y la arquitecta Renata Toscano.

Si se contempla el total de delitos contra las personas como lesiones culposas –198 casos– y leves, las causas iniciadas por participación de menores de edad alcanzan el 0,6 por ciento del total de delitos.

En un documento reciente elaborado por todos los defensores juveniles de los fueros provinciales, tomando como base los datos de la Procuración General, en el que se oponen al proyecto para aumentar las horas de detención en comisaría de los menores, indican que “la reforma se asienta sobre un panorama estadístico con cifras sin incidencia delictiva a nivel general” y agregan que se basa “más en el efecto e impacto que otorgan los medios de comunicación que sobre la incidencia delictiva real”.

El último gran “delincuente precoz” presentado por los medios es “El Angel”, un chico de 14 años que según se informaba tenía 60 causas iniciadas, cuando –como informó Página/12 la semana pasada– sólo once causas en su contra se habían iniciado ante la Justicia. Otro caso es el de “Josecito”, de 15 años, a quien le atribuían 43 detenciones, muchas de “dudosa legalidad”, según denunció Axat.

En diálogo con Página/12 el defensor indicó que el tratamiento mediático “generó un fenómeno de victimización” a partir de los resonantes casos del futbolista Fernando Cáceres y la arquitecta de Wilde, Toscano.

¿En qué medida participan los pibes en robos? Según las causas iniciadas por delitos contra la propiedad, los delitos simples como hurto y robo son los más numerosos cometidos por niños y adolescentes, con un 31 por ciento del total de las registradas por los fueros juveniles bonaerenses. Sin embargo, si se amplía al total de los casos de ése tipo delictivo a nivel provincial, en los primeros seis meses de 2009 los pibes estuvieron implicados en sólo el cinco por ciento de los casos. También se destaca que en sólo el diez por ciento de los casos en los que los menores de edad participaron de un hecho delictivo portaban armas.

“Lo que hay que analizar es qué hace que un pibe esté inserto en una situación de violencia. Para atacar las cadenas delictivas hay que buscar cuál es el adulto que lo mandó a robar, un tema que se aborda poco. Detrás de los grandes cadenas delictivas no hay pibes de 14 años; antes de que ellos empuñaran un arma hubo una ausencia del Estado social para acompañarlos en su desarrollo”, apuntó Cesaroni.

En ese sentido, el abogado integrante del Foro por los Derechos de la Niñez bonaerense, Marcelo Ponce Núñez, aseguró que “la violencia nace de la exclusión” e ironizó: “Las pistolas no se compran en la juguetería. Son los adultos los que compran y venden en un mercado negro, pero no se investiga y siempre el hilo se corta por la parte más delgada. Los mayores hacen el negocio y los chicos pagan las consecuencias”.

Los números del documento muestran que mientras se iniciaron 13.728 investigaciones contra menores de edad, los adultos participaron en un total de 324.249 casos, es decir, el 4 por ciento. Según datos del Ministerio de Justicia difundidos la semana pasada, en Argentina, el promedio de homicidios dolosos se ubica en el 5,3 cada 100 mil habitantes, mientras que el promedio en la región alcanza el 25 cada 100 mil.

Informe: Nahuel Lag.

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