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Sociedad|Domingo, 16 de mayo de 2010
COMO ES EL SISTEMA DE SUSTITUCION DE LA HEROINA

“Reducir los riesgos”

Por Emilio Ruchansky

Las salitas de consumo de heroína y cocaína generaron una enorme polémica en Suiza. Sobre todo entre los vecinos de estas salas, donde no puede entrar la policía. Sin embargo, desde que existe esta iniciativa y la sustitución de heroína del mercado negro por heroína de laboratorios legales, hubo un gran cambio. “De 600 muertes anuales por sobredosis en un país que tiene menos de 8 millones de habitantes, pasamos a tener 200”, asegura Feldman.

–¿Qué impacto tuvo el programa de sustitución de heroína en la población usuaria?

–El programa es similar a los programas de metadona, el hecho de que un paciente esté en tratamiento, y esto está comprobado, reduce los riesgos de mortalidad y morbilidad. El tratamiento en sí tiene un efecto protector en la sustitución. En Suiza había escenas abiertas de consumo de la droga en los ’80, en algunas plazas, y mostraron que había una importante cantidad de personas que usaban heroína, que no eran suficientemente contenidas por la red asistencial existente, como el parque Pitz en Zurich. A partir de eso, surgió un debate a nivel político, social, sanitario y jurídico también. Que la gente viera a los usuarios como víctimas y la tasa elevada de contagio de sida y hepatitis entre los toxicómanos crearon una visión de las personas que se inyectaban como alguien extremadamente frágil, con problemas de salud.

–No como alguien peligroso.

–No en ese momento, eso pasa ahora, no tanto en los años ’90, cuando había una visión social y sanitaria que impregnó más el debate en Suiza. Esto creó conciencia, se dieron cuenta de que ésta era una población de alto riesgo, si se los dejaba así iban a terminar de una forma dramática. A partir de ahí, hubo un debate sobre cómo crear nuevas puertas de entrada al sistema sanitario y social de esta población. Fue el punto de partida a una apertura de los modelos terapéuticos.

–¿En qué sentido?

–Se pasó de un modelo basado en la abstinencia a un modelo donde se podía proponer, además de abstinencia, tratamientos de sustitución, con tratamiento psicosocial asociado con la metadona y a partir del ’94 los programas de prescripción de heroína, dentro de un encuentre medio psicosocial, o sea, en este caso se trata de una prescripción médica de heroína sintetizada en un laboratorio, para toxicómanos, para quienes no correspondían los tratamientos habituales de metadona o abstinencia, y si les correspondía, era una pequeña franja. Estos tratamientos tienen un seguimiento regular desde el centro médico, regular e intensivo.

–No compran heroína en la calle.

–No. Está prescripta, el enfermero la prepara, el paciente se la aplica a sí mismo en el centro, donde hay material estéril, y si no puede es ayudado por el enfermero. Es heroína fabricada por laboratorio, pura y con una dosis calculada. Incluso el seguro cubre este tratamiento desde el año 2000.

–¿Cuáles son los requisitos?

–Mínimo dos años de consumo de heroína inyectable, dos fracasos terapéuticos y una situación de salud física, social y mental preocupante. El criterio es de gravedad. En general los pacientes que trato tienen 15 o 16 años de uso de heroína inyectable detrás. Es para mostrar que se trata de personas que no han respondido a los otros tratamientos, casos severos.

–¿Cuántas personas hay “beneficiadas”?

–Son 200 personas. Con metadona, 15.000.

–¿Cómo los definiría, socialmente hablando?

–Hay todo tipo de situaciones, gente que tiene su familia, parejas, profesionales, que trabajan. Otros que no, pero el programa los ayuda a encontrar una estabilidad, casa, menos problemas judiciales y de delincuencia. Hay estudios que demuestran que cayó la delincuencia un 70 por ciento en pacientes que ingresaron al programa. Es todo un dispositivo médico-social que favorece el cambio en la vida cotidiana del paciente y esos cambios que acompañan a la prescripción son esenciales. El paciente que está con metadona o heroína no va a buscar dinero para comprarla en la estación. Ya eso, de por sí, es un cambio enorme. El paciente tiene tiempo para ocuparse de sí mismo, de sus problemas, que los tiene, a veces son problemas de salud mental, de alojamiento, profesionales, familiares.

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