Página/12 :: Sociedad :: Rebeldía nada adolescente

Los adultos mayores al menos llegan a la playa bien temprano, cuando ya se van retirando casi todos los adolescentes que estiraron la madrugada hasta un after hour sobre la arena. Porque llegan temprano, con ganas de hacer algo y quizás encontrarse con amigos o desconocidos pero ante todo pares. Esa es la tendencia en la Playa Deportiva (entre 112 y 113), de la Municipalidad de Villa Gesell. “A la gimnasia y la caminata para la tercera edad, de 8 a 10, se prende bastante gente. En las acitividades deportivas para chicos, como fútbol, tenis y vóley, también nos va bien. Igual que en la gimnasia aeróbica femenina”, explica Carlos Churrupit, director municipal de deportes. Por lo general, es “gente que viene a veranear, ve la playa, se arrima y va a las actividades”, un número que suele rondar las 150 personas diarias.

Porque muchas veces “son grupos que vienen armados para competir”, las preferencias se inclinan por “disciplinas de conjunto”, vale decir, deportes de equipo que impliquen algún tipo de competición, más que el desarrollo de una actividad por sí misma. Por ese gusto se inclina mayormente la “concurrencia infantil y juvenil, ponele de hasta 19, 20 años”. Los problemas empiezan un poco después. Dice Churrupit, literalmente, que hay “una brecha”: “De los 30 en adelante, no responden a la convocatoria”.

Aunque, como en el resto de los casos, profesores de la playa van recorriendo la orilla con el anuncio de las actividades por venir, la respuesta de estos grupos es cuanto menos remolona. Treintañeras y treintañeros, al parecer, “prefieren hacer otra cosa: quedarse en la playa, ir a la carpa, quedarse con amigos”. “No se motivan, están en otra. Distinto es el veterano, claro.”