Mirta Palese es otra de las mujeres que participa del proyecto de huertas comunitarias de Rosario premiado por la ONU. “Saco unos 50 pesos por semana”, cuenta a este diario. Vive en el barrio Avellaneda Oeste, su marido cobra un Plan Jefas y Jefes de Hogar y ella, una pensión por ser madre de siete hijas. Su parcela es de uno por seis metros. Cultiva acelga, rúcula, rabanitos, arvejas, habas, lechuga, cilantro, rabo, radicheta, achicoria y escarola. Ella vende su producción en bandejitas: junto a otros horticultores procesa las verduras y hortalizas en un predio del municipio, donde las seleccionan, lavan y secan. Comparte la huerta con otros vecinos desocupados que cobran planes sociales. “Además, hacemos panificación en casa y la vendemos en la feria”, detalla.