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Sociedad|Sábado, 11 de marzo de 2006
EL CONTINENTE PIERDE 152 KILOMETROS CUBICOS AL AÑO

El deshielo en la Antártida

Por Alicia Rivera *

La capa helada de la Antártida se está reduciendo en unos 152 kilómetros cúbicos de hielo al año desde 2002. Según las proyecciones, elaboradas mediante modelos climáticos avanzados, el continente blanco podría ganar masa de hielo en el siglo XXI, debido al aumento de las precipitaciones en un mundo de temperaturas medias globales cada vez más templadas. Por ello, la pérdida de hielo, medida en una investigación que se presentó en la revista Science, es inesperada. El trabajo se basa en medidas tomadas desde satélites.

El Continente Blanco acumula en la superficie aproximadamente el 90 por ciento del hielo de la Tierra y el 70 por ciento de los recursos de agua dulce, recuerdan los científicos de la Universidad de Colorado en Boulder (Estados Unidos) y de la Agencia Nacional del Océano y de la Atmósfera (NOAA), que han hecho la reciente investigación.

“El saldo global del hielo antártico depende de cambios regionales en el interior y en las zonas costeras de ese continente”, explica Isabella Velicogna, una de las autoras del trabajo. “Los cambios que estamos observando son, probablemente, un buen indicador del cambio climático allí (en la Antártida).”

El Continente Blanco presenta dificultades específicas en los modelos globales de predicción climática, por lo que el estudio de un factor tan determinante como el hielo es de gran importancia para el estudio del calentamiento global, su dinámica y sus efectos.

La masa de hielo de la Antártida que se precipita al mar anualmente, afirman los científicos de Colorado, equivale a 0,4 milímetros de aumento del nivel del océano a escala global. Ellos analizaron en profundidad los datos tomados entre abril de 2002 y agosto de 2005 por los dos satélites Grace (Gravity Recovery and Climate Experiment), lanzados en 2002 por Alemania y Estados Unidos. Estos artefactos en órbita barren la Tierra constantemente, midiendo mínimas variaciones de la masa y de la atracción gravitatoria causadas por cambios regionales, incluidos los registrados en las capas heladas y en los acuíferos.

La estimación de 152 kilómetros cúbicos de hielo perdidos al año en el Continente Blanco, sobre todo en la capa de la Antártida occidental, es aproximada, con un margen de error aún considerable. La llegada de más datos tomados por los satélites deben reducir dicho error, subrayan los investigadores.

“La capa helada de la Antártida es ya mayor que la reserva de agua dulce de la Tierra”, recuerdan en Science Velicogna y su colega John Wahr. “La variabilidad de la masa antártica es difícil de medir debido al tamaño de la capa helada y a su complejidad. Estimaciones previas han utilizado diferentes técnicas, cada una con limitaciones e incertidumbres intrínsecas, pero un problema común a todas ellas es la dificultad de vigilar toda la capa helada.” Por ello, resultan útiles los satélites de gravimetría, aunque los detalles de la evolución de glaciares concretos o de zonas costeras específicas se miden mejor mediante radar y con altímetros que por gravimetría, puntualizan los científicos.

Según el último informe de evaluación científica del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), de Naciones Unidas, la contribución de la capa de hielo de la Antártida a la subida del nivel del mar en el último siglo fue de unos 0,2 milímetros al año. Esta contribución depende del equilibrio entre los cambios de masa helada registrados en el interior del continente y los de las regiones costeras.

* De El País, de Madrid. Especial para Página/12.

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