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Sociedad|Jueves, 17 de mayo de 2007
EL TESTIMONIO DE LA VICTIMA

“Ni podía llorar”

Soledad G. fue detenida junto a su ex pareja el 4 de mayo de 2004, al presentarse ante una citación de los Tribunales de San Martín. Hacía tres meses había dejado a la hija de ambos, con visibles marcas de malos tratos, en la Fundación Felices los Niños para protegerla. “Quedan detenidos, nos dicen. Yo de los nervios ni podía llorar mucho, pero Claudio sí que lloraba. Yo tenía miedo. Lo veía sentado con las esposas puestas y pensaba, al fin se terminó. ¿A quién mierda le vas a pegar ahora. Ahora te van a pegar a vos. Y él mientras tanto me decía, no llores, vos vas a salir.” El testimonio de Soledad G. fue recogido por el Comité contra la Tortura de la Comisión por la Memoria. Aquí, partes de su relato.

- “El golpeaba a M. y me golpeaba a mí, cuando fui al hogar con M. estaba ella muy golpeada y yo también, pero dije que yo le pegué a la nena y que yo me peleé con una vecina porque también tenía marcas de golpes de Claudio. Los golpes nos los daba él. Yo estaba embarazada de seis meses. Tenía miedo, pienso que él era capaz de matarme.”

- “Yo trabaja en la escuela de Ishii” (en la localidad de José C. Paz), tenía un plan de 150 pesos, él hacía changas a veces, no buscaba trabajo, ni pedía ayuda a su familia, yo pagaba el alquiler (50 pesos). “

- “La primera vez que me pegó fue una de las veces que me dijo que vaya a pedirle plata a su madre que vivía a cuatro cuadras (...). Fui, me crucé con un conocido del barrio, un remisero, Damián, que me preguntó cómo estaba, charlamos de cualquier cosa, me dijo... ‘te llevo’... me subí al auto y me llevó a casa. Cuando llegué, él me estaba esperando... Me dijo: ‘¿Ya llegaste?’ Le conté, me empezó a insultar: ‘Puta... puta de mierda, igual que tu madre, soy un cornudo’. Yo trataba de explicarle lo que había pasado, él no me escuchaba, me insultaba y me empezó a pegar... yo lloraba... después me lavó la cara, me eligió la ropa y nos fuimos a Devoto (donde él tenía que hacer una changa). Tenía que acompañarlo sí o sí.”

- “Para el cumpleaños de él, en la casa de sus padres se enfureció porque, según él, no le presté atención o le contesté mal a su cuñada. Yo estaba mirando un librito de cosméticos. El empezó a decir que era una tarada, que no prestaba atención, que tenía que respetar a su familia. (...) La mamá de él estaba presente. Me insultaba y me pegó con el puño en la cara. Su mamá dijo: ‘Dejala, no la molestés más...’ y él le dijo: ‘Es mi mujer y voy a hacer lo que quiera. Y vos... vamos para casa’. Yo no quería pero nadie dijo nada más.”

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