Domingo, 25 de enero de 2004
LA ESTRATEGIA ARGENTINA, LOS ACREEDORES, EE.UU. Y EL FMI
Un juego de poker
Cada uno de los participantes de la negociaci贸n por la deuda est谩 subiendo la apuesta. El Gobierno puede sumar a organizaciones sociales para respaldar su audaz propuesta de reestructuraci贸n.
Por Leonardo Bleger *
El mundo sigue con atenci贸n el proceso de reestructuraci贸n de la deuda externa argentina. Se trata del mayor default de la historia financiera mundial 鈥損or su monto鈥 y de una extrema complejidad, dada la cantidad de bonos, monedas y jurisdicciones involucradas. Como escribi贸 recientemente el ministro Roberto Lavagna esta reestructuraci贸n se est谩 llevando a cabo sin una 鈥渃arta de navegaci贸n鈥 que permita guiar el rumbo del proceso.
Tras la asunci贸n del gobierno republicano de Bush, se modific贸 la pol铆tica de salvatajes a los acreedores privados, realizados con recursos de los organismos financieros internacionales. Seg煤n el nuevo enfoque, para evitar el denominado 鈥渞iesgo moral鈥, los tenedores de t铆tulos deben afrontar las p茅rdidas derivadas de sus arriesgadas apuestas o errores de juicio. Sin embargo, esta posici贸n no se tradujo en un nuevo conjunto de reglas. La iniciativa de Anne Krueger, subdirectora gerente del FMI, de crear un r茅gimen de quiebras para pa铆ses insolventes, fue descartada por los propios Estados Unidos, que desistieron de apoyar cualquier actividad posterior en la materia.
En el documento final de la Conferencia Internacional de Naciones Unidas sobre la Financiaci贸n del Desarrollo (Monterrey, 2002) se dice que 鈥渁 fin de promover una distribuci贸n equitativa de la carga y reducir al m铆nimo los riesgos morales, acoger铆amos complacidos el examen, por todas las partes interesadas, de un mecanismo internacional de renegociaci贸n de la deuda en los foros apropiados, que permitiera que los deudores y los acreedores se reunieran para reestructurar las deudas insostenibles, oportunamente y en forma eficiente鈥. Sin embargo, la recomendaci贸n no se ha concretado en iniciativas concretas.
El mencionado cambio en la posici贸n de Estados Unidos, ahora contraria a los salvatajes, no se explica por el af谩n de construir un sistema financiero internacional m谩s justo. Responde a la mayor influencia en los c铆rculos de gobierno de la fracci贸n de corporaciones vinculadas al complejo militar industrial, a la producci贸n y los servicios y a una cierta declinaci贸n 鈥搑elativa鈥 del peso de los intereses financieros de Wall Street. En l铆nea con este rebalanceo de intereses, las prioridades de la agenda estadounidense para Latinoamericana pasan por los acuerdos comerciales bilaterales (como el firmado recientemente con Chile) o multilaterales, como el ALCA.
El tratamiento de la deuda externa por parte del gobierno argentino podemos resumirla en los siguientes puntos:
n La fijaci贸n de un l铆mite al pago de intereses de la deuda p煤blica, equivalente al 3 por ciento del Producto. De ese 鈥渂olsillo 煤nico鈥 debe salir la totalidad de los pagos a los distintos tipos de acreedores. Este monto equivale a tres veces la partida anual del Programa Jefas y Jefes de Hogares. El crecimiento de la base de c谩lculo 鈥揺l PBI鈥 abrir铆a la posibilidad de aumentar el monto de los pagos en el futuro.
n El reconocimiento del status de acreedor privilegiado a los organismos financieros multilaterales. Esas instituciones no s贸lo no sufren quitas de capital, sino que redujeron su exposici贸n y cobran la totalidad de los intereses con las condiciones originales.
n Se pagaran en los t茅rminos previstos las deudas emitidas (Boden) luego de la crisis.
n Una propuesta a los acreedores privados con una quita de valor nominal del 75 por ciento, muy superior a los antecedentes en la materia (por casos, Rusia y Ecuador). Para ponderar exactamente la magnitud de la quita y el consiguiente esfuerzo de pago, la oferta a los acreedores requiere de precisiones mayores, tales como la tasa de inter茅s de los bonos 鈥搒e han definido rangos鈥 y la confirmaci贸n de que no se reconocer谩n los intereses atrasados y de que no habr谩 pagos adelantados.
Mientras tanto, los acreedores est谩n escalando su respuesta. Avanzaron en su coordinaci贸n conformando un Comit茅 Global (esa coordinaci贸n quenunca pudo concretarse en el caso de los pa铆ses deudores), redoblan las presiones sobre sus gobiernos para que 茅stos las trasladen al FMI, al tiempo que despliegan acciones judiciales.
El gobierno de Estados Unidos y el Fondo, 鈥渟ensibilizados鈥 por esas presiones, estar铆an aconsejando reducir el monto de la quita nominal. Es decir, aumentar el esfuerzo nacional para engordar el 鈥渂olsillo 煤nico鈥. Seguramente, con motivo de la renegociaci贸n de las metas del stand by para los a帽os 2005 y 2006, redoblar谩n sus exigencias. El juez Thomas Griesa se ha lanzado a relevar activos del gobierno argentino en el exterior, susceptibles de ser embargados. La tarea no resulta f谩cil, menguando el poder de sanci贸n de los acreedores.
Todo hace prever que la reestructuraci贸n ser谩 un proceso conflictivo y complejo. Barry Herman, un funcionario de Naciones Unidas, ha escrito en la 煤ltima edici贸n de la revista de Cepal: 鈥淐omo la reestructuraci贸n de la deuda soberana es en verdad un proceso pol铆tico, deber铆a dar lugar a que todos los interesados lleven a cabo el m谩s amplio debate posible sobre las condiciones en que se efect煤an鈥. Es decir, una mayor participaci贸n de la sociedad a trav茅s de sus organizaciones representativas fortalecer铆a la capacidad de negociaci贸n en defensa del inter茅s nacional.
*Economista Banco Credicoop Coop.
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