Domingo, 5 de diciembre de 2004
Las claves de la renegociaci贸n con Edelap
Y se hizo la media luz
El Gobierno defini贸 un acuerdo con la distribuidora el茅ctrica Edelap, con el objetivo de que fuera imitado con Edesur y Edenor. Especialistas debaten los aspectos principales de ese convenio.
Por Natalia Aruguete

El acuerdo con Edelap fija reglas de prestaci贸n para el 鈥減er铆odo de transici贸n鈥, en 2005.
Despu茅s de tres a帽os de tensi贸n, el Gobierno acaba de dar el primer paso en la renegociaci贸n del sector energ茅tico: firm贸 una carta de entendimiento con la distribuidora el茅ctrica Edelap, que establece las reglas de la prestaci贸n del servicio para el 鈥減er铆odo de transici贸n鈥, en 2005. Resignando parte de sus reclamos, Edelap accedi贸 a negociar con el Gobierno nuevas cl谩usulas contractuales. En la Unidad Renegociadora de los contratos (Uniren), lo consideran un hecho clave para avanzar en un acuerdo con las otras dos distribuidoras: Edesur, que ya se acerc贸 a dialogar con el Gobierno, y Edenor, cuya continuidad en el pa铆s es incierta.
El acuerdo provisorio con Edelap supone beneficios para la firma y resguardos para los usuarios. Sin embargo, algunos especialistas no ven avances sustanciales. Por caso, Jorge Lape帽a, ex secretario de Energ铆a durante del gobierno radical, sostuvo que existe una 鈥渋nadmisible demora (en la renegociaci贸n) que puede ser peligrosa para la sustentabilidad del servicio鈥.
Seg煤n la carta de entendimiento, los usuarios comerciales e industriales y las reparticiones p煤blicas afrontar谩n un aumento tarifario promedio del 13 por ciento, a partir de febrero de 2005, que implicar谩 un crecimiento en las retribuciones de la firma del 23 por ciento. Adem谩s, Edelap tendr谩 un sobrante de caja para pagar sus deudas refinanciadas y se beneficiar谩 con un sistema de premios si mantiene la calidad del servicio dentro del rango establecido en el acuerdo. Otra ventaja es que podr谩 pagar las multas adeudadas a los usuarios (15 millones de pesos) en cuotas semestrales y el Estado le condonar谩 una parte de las sanciones que le corresponde cobrar (en total, 10 millones de pesos), en el momento en que la operadora renuncie a los reclamos internacionales. Por 煤ltimo, se fijar谩 un sistema para considerar eventuales aumentos en el costo del servicio, que se traducir谩n en subas tarifarias si el ente de control (ENRE) lo autoriza.
El investigador de la Fundaci贸n Arturo Illia Ricardo De Dicco fue cr铆tico con el aspecto tarifario: 鈥淟a dolarizaci贸n e indexaci贸n de las tarifas violaron el marco regulatorio el茅ctrico y la ley de Convertibilidad. Y permitieron a las empresas tener ganancias extraordinarias, que no fueron invertidas sino remitidas al exterior鈥. Por su parte, Hilda Dubrovsky, de la Fundaci贸n Bariloche, explic贸 a Cash que 鈥渓as tarifas beneficiaron a los grandes clientes y alentaron el consumo, dejando fuera del debate los aspectos sociales y el uso racional de la energ铆a鈥.
Como correlato de estos beneficios, la concesionaria controlada por AES Corporation se comprometi贸 a no girar dividendos durante la transici贸n, renunciar al juicio contra el Estado por 200 millones de d贸lares y ejecutar un plan de inversiones por 15 millones de pesos, que ser谩 controlado mensualmente por el ENRE. A esto se suma un plan financiero de costos m铆nimos que busca 鈥渢ransparentar los n煤meros y los compromisos de la empresa鈥, aseguraron funcionarios cercanos a la renegociaci贸n.
El acuerdo se logr贸 despu茅s de que las distribuidoras exigieran un incremento tarifario del 130 por ciento y su mantenimiento a valor del d贸lar durante los pr贸ximos diez a帽os; un seguro de cambio para pagar sus deudas externas; la suspensi贸n de atender todo pedido de servicio; una indemnizaci贸n por la pesificaci贸n; la realizaci贸n de obras a cargo del Estado; la disminuci贸n de impuestos y la aplicaci贸n de una tarifa social para evitar la morosidad.
Para Gustavo Calleja, del Grupo Moreno, 鈥渆l Gobierno est谩 emparchando un sistema que no invierte. Una reestructuraci贸n del sector implicar铆a que las actividades fundamentales est茅n en manos del Estado y que las tarifas respondan a un proyecto nacional de desarrollo鈥. En el mismo sentido, De Dicco opin贸 que 鈥渓as reiteradas violaciones a la legislaci贸n nacional y las pr谩cticas extorsivas de las prestatarias hacen necesario evaluar el grado de cumplimiento de cada contrato鈥. La Uniren no s贸lo se neg贸 taxativamente a aceptar los reclamos privados, sino que emiti贸 un informe donde cuestiona el nivel de endeudamiento de las empresas y el destino de esos fondos, usados en parte para pagar dividendos y no para realizar inversiones. El texto hace una fuerte cr铆tica al ente de control por la falta de informaci贸n sobre los costos de operaci贸n y mantenimiento de las concesionarias. A su vez, en un reciente informe de la Auditor铆a General de la Naci贸n se afirma que 鈥渆l ENRE no estableci贸 un procedimiento que redujera los perjuicios al Estado鈥.
La Fundaci贸n Bariloche tambi茅n cuestion贸 el desempe帽o del ENRE. 鈥淟a pol铆tica del Estado estableci贸 que el ENRE no corrigiera los errores de la normativa espec铆fica, aunque ten铆a herramientas para hacerlo. Los usuarios financiaron las inversiones, sin que hubiera certezas sobre el grado de concreci贸n y nivel de las mismas鈥, concluy贸 Dubrovsky.
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