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Domingo, 18 de junio de 2006
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LA PELEA DE MONSANTO POR LAS REGALIAS Y LA REACCION DEL ESTADO

Puja por el reparto de la renta agraria

Por Susana D铆az
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S贸lo 30 mil d贸lares le bastaron a la firma Monsanto para que su nombre quede asociado al Conicet. El camino, iniciado en el 2004, fue el financiamiento de una beca de investigaci贸n, con el mencionado premio en moneda dura, bajo la consigna Animarse a emprender. La asociaci贸n ad hoc del organismo p煤blico y la multinacional semillera recibi贸 no pocos reparos de algunos investigadores. Entre ellos 鈥搉o precisamente los dedicados a la biotecnolog铆a鈥 todav铆a persiste la imagen de que la multinacional es 鈥渕ala鈥 porque atenta contra el medio ambiente, criterio basado en el conocido discurso proteccionista europeo contra los transg茅nicos. La asociaci贸n motiv贸 incluso el temprano rechazo del Comit茅 Nacional de Etica en la Ciencia y la Tecnolog铆a que funciona en el 谩mbito del Ministerio de Educaci贸n.

Pero esta semana las autoridades del Conicet recibieron una nueva recriminaci贸n, esta vez proveniente de legisladores oficialistas. Desde las comisiones de Salud y de Ciencia y Tecnolog铆a de la C谩mara baja se acus贸 al Conicet de haberse asociado con una empresa 鈥渆nemiga鈥 de la Argentina. El argumento no es m谩s consistente que el 鈥渆cologista鈥, pero permite aproximarse al conflicto real.

No cabe duda de que las denuncias de Monsanto en tribunales europeos en el contexto de la disputa por las regal铆as del gen que permite el desarrollo de la gama de productos 鈥淩R鈥 (Roundup Ready) significan una jugada fuerte. Sin embargo, no se trata de un camino muy diferente de la estrategia de, por ejemplo, las privatizadas locales con sus denuncias ante el Ciadi. Como muchos funcionarios de la actual administraci贸n conocen, es posible que se est茅 frente a una estrategia de 鈥渟ubir la apuesta鈥 durante la negociaci贸n. Apenas una ola m谩s entre los escarceos de superficie de la multimillonaria puja que, antes o despu茅s, concluir谩n las partes. El final tambi茅n es previsible. Cualquiera sea el mecanismo a trav茅s del cual se terminen canalizando, los productores primarios deber谩n pagar 2 o 3 d贸lares por tonelada de granos u oleaginosas producidas con semillas mejoradas, una cifra considerable cuando se multiplica por decenas de millones de toneladas. Vale recordar que al menos el 95 por ciento del 谩rea sembrada de oleaginosas y el 60 por ciento de las de ma铆z se implanta con semillas transg茅nicas, no s贸lo las desarrolladas por Monsanto. De aqu铆 la discusi贸n en curso para disminuir el llamado 鈥渦so propio鈥.

Para los meros observadores del conflicto, en tanto, la suba de apuestas es m谩s que interesante. El enfrentamiento gener贸 que el aparato de Estado se aboque a producir informaci贸n sobre los negocios de las multinacionales semilleras, datos que de no mediar conflicto ser铆an de acceso m谩s complicado. Y lo mejor: la informaci贸n se publica en el sitio web de la Secretar铆a de Agricultura. El lector atento encontrar谩 all铆 material para entretenerse. En el cap铆tulo de 鈥渋mpacto econ贸mico鈥 podr谩 seguir en detalle la reconversi贸n sojera del agro local y el considerable salto producido a partir de 1997/98 en concomitancia con la aparici贸n de la soja RR. Tambi茅n se enterar谩 de c贸mo Monsanto decidi贸 inicialmente no preocuparse por las regal铆as ya que su negocio era la venta del producto asociado al nuevo paquete tecnol贸gico, el Roundup, por entonces su marca del herbicida glifosato al que el gen RR resiste. Agricultura tambi茅n recopila que Monsanto ya realiz贸 denuncias contra exportaciones desde la Argentina por violaci贸n de patentes en cuatro pa铆ses europeos: en Dinamarca y Holanda en el 2005, y en Espa帽a y Gran Breta帽a a principios del 2006. Las denuncias se tradujeron en demoras y embargos sobre los embarques de harina de soja que afectaron a firmas como Cargill, Dreyfus y Bunge, quienes no tardaron en quejarse a Agricultura. Enfocar el conflicto como un enfrentamiento entre Monsanto y la Argentina seg煤n reza el discurso oficial puede ser un error. Quiz谩 se acerque m谩s a la realidad entenderlo como una disputa entre grandes empresas por el reparto de una tajada de larenta agraria, realidad que no inhibe la posibilidad de que los costos de las futuras regal铆as sean cargados principalmente a los productores primarios que no participan del negocio exportador, pero 茅sta es otra cuesti贸n.

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