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Domingo, 4 de febrero de 2007
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ASIMETRIAS PRODUCTIVAS, INTEGRACION Y DESAFIOS DEL BLOQUE REGIONAL

“Factor de expansión comercial”

En un accidentado proceso de avances y retrocesos desde su creación, el Mercosur se ha consolidado como un espacio potencial de desarrollo para sus países miembros.

Por Natalia Aruguete

Desde Grenoble, Francia

Durante la XXXI Cumbre de Mercosur surgieron proyectos promisorios para la región, aunque también críticas sobre la efectiva integración del bloque. En este marco, Cash dialogó con Celia Himelfarb, profesora del Instituto de Estudios Políticos de Grenoble, sobre los avances y retrocesos en el proceso de integración del Mercosur desde su creación. La especialista en economía internacional señaló que aún perduran asimetrías no resueltas entre los países miembros y que hay un “déficit decisional en términos de convergencia”.

Los presidentes de los países del Mercosur, junto a otros mandatarios de Sudamérica. (Foto: Télam)

¿Cómo evalúa el rol del Mercosur durante la década del ’90?

–Durante la crisis mexicana, el Mercosur ayudó a los países frente a los choques externos. Pero durante la crisis de Brasil, en 1999, y de Argentina, en 2001, la situación de la región era completamente distinta. En estos dos casos, el Mercosur mostró déficits considerables desde el punto de vista monetario, institucional y político.

¿Qué características tuvo ese déficit?

–Primero, no hubo concertación en la política de tasa de cambio, ni cuando Brasil devaluó su moneda ni cuando Argentina decidió mantener la convertibilidad. Hubo una doble estrategia de los países del Mercosur en términos monetarios. Segundo, en materia de endeudamiento internacional y gestión de la deuda, el Mercosur no tenía prerrogativas institucionales para negociar en nombre de los países miembros con los organismos financieros internacionales. Por ejemplo, Brasil no entró en default y eligió pagar su deuda en detrimento de las políticas públicas y Argentina se pronunció en default con los acreedores privados y negoció una reducción importante de la deuda. Mientras que, según la filosofía política de creación del Mercosur, en 1985, los gobiernos de Brasil y Argentina compartían un proyecto común de inserción en la economía mundial y una negociación común.

¿Y desde el punto de vista financiero?

–Las estructuras institucionales y económicas del Mercosur no protegieron la región ni de la vulnerabilidad externa de los capitales ni de la volatilidad interna de los capitales locales y los fondos de pensión locales hacia el exterior. Tampoco se creó ninguna reserva de divisas a nivel del Mercosur para ayudar de forma interregional a los países miembros.

¿Cuáles son las causas del déficit institucional?

–Hay un déficit decisional en términos de convergencia de políticas de tasa de cambio, monetarias y financieras, a pesar de las proposiciones de Montevideo de construir un espacio de convergencia. En 2000, se quiso crear un pequeño Maastrich y una alternativa al Consenso de Washington. Estas divergencias se explican por las asimetrías en las estrategias nacionales que datan de la gestión de Martínez de Hoz durante la dictadura, con la consecuente desindustrialización argentina, y de la gestión de Delfim Neto, donde se dio el milagro brasileño de industrialización.

¿El Mercosur es un proyecto de integración regional?

–Es interesante analizar si el proceso de integración regional constituye o no un factor de relanzamiento y expansión comercial. La respuesta es sí. A nivel institucional, la construcción regional avanza con la creación del Foro consultivo de la sociedad civil. Además, hay consenso para crear un Parlamento común con un sistema de elección de sufragio universal. En 2003, surgió la idea de elaborar un modelo alternativo al Consenso de Washington, donde el Mercosur tuviera un rol mayor de representatividad en negociaciones institucionales y pueda tomar medidas hacia el establecimiento de un modelo de coordinación macroeconómica.

¿Cómo sería ese modelo?

–Se trata de establecer una regulación y control al movimiento de los capitales que permitiría hacer frente, en forma parcial, a la volatilidad y vulnerabilidad financiera interna e institucional. La experiencia de la región sugiere que el Mercosur puede ser un factor de relanzamiento económico y de armonización y coordinación frente a la globalización, a través de la intensificación del comercio exterior.

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