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Domingo, 23 de septiembre de 2007
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Nota de tapa

Los dueños...

Por Fernando Krakowiak

El capital extranjero se está quedando con la crema del negocio de la carne. En apenas tres años, las empresas brasileñas JBS-Friboi y Marfrig compraron siete frigoríficos exportadores, a los que sumarán Quickfood y Best Beef. Las estadounidenses Cargill y Tyson Foods desembarcaron en otras tres plantas. En conjunto concentran el 15 por ciento de la faena y el 40 por ciento de la Cuota Hilton, que representa los mayores ingresos por tonelada exportada. En un sector altamente atomizado esos porcentajes son suficientes para dominar el mercado. Además, están negociando la compra de Gorina, Rioplatense y Arre Beef. Si las operaciones se concretan, los inversores extranjeros sumarán más del 20 por ciento de la faena y el 55 por ciento de la Hilton, y quedarán sólo el Grupo Mattievich y Coto como jugadores nacionales con peso propio. La puja para ganar posiciones demuestra que, más allá de los reiterados lamentos de los empresarios de la cadena, la carne sigue siendo un excelente negocio.

Por qué invierten

Ni las restricciones a las exportaciones ni el control de precios desalentaron a las firmas brasileñas y estadounidenses. La aparición del “mal de la vaca loca” en Canadá y Estados Unidos, los límites en la capacidad productiva de Australia y Nueva Zelanda y la baja producción de la Unión Europea, que a partir de 2004 comenzó a ser importadora neta de carne, posicionaron al Mercosur como una de las regiones con mayores posibilidades de desarrollo para abastecer una demanda internacional creciente.

Las empresas brasileñas JBS-Friboi y Marfrig supieron ver la oportunidad y empezaron a crecer con créditos blandos del Banco Nacional de Desarrollo (Bndes) y la venta de acciones en el mercado de capitales. Hace diez años, Brasil tenía 120 millones de cabezas y ahora suma 200 millones, que le sirvieron para convertirse en el principal exportador mundial de carne. El desembarco en la Argentina es parte de esa estrategia tendiente a consolidar al Mercosur como plataforma de lanzamiento, a la que también se suman multinacionales de origen estadounidense, como Cargill y Tyson Foods.

Diez frigoríficos pertenecientes a las cuatro firmas extranjeras que operan en el sector tienen asignadas 9830 toneladas de carne correspondiente a la Cuota Hilton, que se venden a la Unión Europea a 13 mil dólares cada una, lo que representa un ingreso superior a los 125 millones de dólares anuales. El año próximo habrá que sumar las toneladas que se les asignen a Pontevedra y Venado Tuerto, dos plantas de JBS que en 2007 no recibieron cuota. Además, estas firmas exportan productos termoprocesados destinados a la industria alimentaria de decenas de países, comercializan carne congelada a mercados de fuerte demanda como Rusia e Israel y abastecen un mercado interno que consume casi 70 kilos per capita por año. El negocio podría ser mayor si las exportaciones se liberaran completamente, pero igual ganan fortunas.

AFP

Quiénes invierten

El riesgo

Los productores y los frigoríficos nacionales que se resisten a vender están preocupados por el avance de los inversores extranjeros. Los primeros temen que la industria intente comprar de manera cartelizada para imponer precios más bajos y los segundos saben que será difícil competir con empresas con capacidad financiera para aplicar prácticas predatorias y así ampliar su participación en los mercados de los cortes más relevantes. “Si el proceso de extranjerización continúa el pato de la boda lo pagarán los ganaderos, a quienes le pagarán lo que quieran por su producción”, advirtió Marcelo Rossi, ex titular de la Oncca. Los antecedentes de los inversores alientan esa especulación. En Brasil, los frigoríficos están siendo investigados por operar de manera cartelizada. Tyson Foods tiene denuncias similares en Estados Unidos y además la firma fue acusada a mediados de los ‘90 por hacerle regalos y financiar viajes del entonces secretario de Agricultura, Mike Espy, para retrasar la implementación de normas que la perjudicaban. La conducta cartelizada de Cargill en el mercado de los cereales alienta esa perspectiva.

Más allá de las especulaciones, lo cierto es que los capitales extranjeros están ganando participación rápidamente en un mercado que ofrece ganancias millonarias, aunque los protagonistas públicos de la cadena de la carne no dejan de quejarse.

(*) A la cuota de 752 toneladas se le suman 398 toneladas descontadas por medida cautelar, pero que la firma volverá a cobrar a partir del año próximo. Nota: En el cuadro sólo figuran diez frigoríficos porque las plantas Pontevedra y Venado Tuerto no recibieron cuota. Fuente: Secretaría de Agricultura.

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