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Domingo, 25 de agosto de 2002
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LA HETERODOXIA NORTEAMERICANA

“Pueden salir sin el FMI”

Codirector del Center for Economic and Policy Research de Washington, Mark Weisbrot critica la política del Fondo y advierte sobre Brasil.

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Mark Weisbrot: “Lo fundamental es proponer un plan que reactive la producción”, aconseja.
Por Fernando Krakowiak

Mark Weisbrot es economista y codirector del Center for Economic and Policy Research de Washington. Desde hace varios meses, viene polemizando desde una perspectiva heterodoxa con sus pares neoliberales sobre las causas de la crisis argentina y las alternativas para alcanzar la reactivación. Al ser consultado por Cash, aseguró que “Argentina puede salir adelante sin acordar con el Fondo Monetario porque tiene superávit comercial y un déficit presupuestario pequeño”. Según su visión, “lo fundamental es proponer un plan que reactive la producción a través de la demanda y permita que las exportaciones crezcan sin problemas”.
¿Qué opina del argumento que identifica las causas de la crisis argentina con la corrupción de sus gobernantes y el nivel del gasto público?
–Ese argumento es insostenible. La corrupción es un problema en todos los países, tal como lo demuestran los escándalos contables de las corporaciones norteamericanas, pero no puede ser señalado como la causa de una depresión económica. El gasto público tampoco es el motivo, pues en Argentina no ha sido para nada excesivo. Actualmente, el déficit está cercano al 1 por ciento del Producto Bruto Interno. Es pequeño en el medio de una gran depresión. Los déficit provinciales no han sido mucho más grandes. Para comparar podemos señalar el déficit de los Estados Unidos, que es del 1,5 por ciento del PBI y llegó a estar por encima del 4 por ciento cuando el país se recuperó de la depresión de 1990.
¿Cuáles son entonces las causas de la crisis?
–La crisis argentina fue causada por un conjunto de políticas inviables entre las que se destacaron el tipo de cambio fijo y la completa apertura a los flujos de capitales. El déficit público tuvo poco que ver con el nivel de gastos. Vale la pena resaltar que casi todo el déficit del presupuesto nacional en 2001 fue una consecuencia de la caída de los ingresos provocada por la privatización del sistema jubilatorio, promovida por el Banco Mundial, y el pago de los intereses de la deuda externa.
¿La crisis puede poner fin a las recetas neoliberales?
–Sin duda, lo que ocurre en Argentina ha desacreditado el neoliberalismo y los problemas de Brasil van a aportar más a ese descrédito. Las causas de la crisis brasileña son muy similares, aunque se desarrollan en dos etapas. En enero de 1999 tuvieron la devaluación y ahora están yendo hacia el default de su deuda externa. La combinación de tasas de interés altas, impactos externos provocados por los mercados financieros internacionales y crecimiento insostenible de la deuda es mortal. Si analizamos el largo plazo vemos, que el fracaso del neoliberalismo es muy claro. El ingreso per cápita en la región creció un 75 por ciento entre las décadas de 1960 y 1980, y apenas un 7 por ciento durante el experimento neoliberal desarrollado entre 1980 y 2000.
¿Se puede lograr la reactivación económica sin acordar con el FMI?
–Sí, vale recordar que el FMI no está ofreciendo ningún nuevo recurso neto, solamente dinero para pagar la deuda existente. Además, la austeridad monetaria y presupuestaria que exige el organismo hace que sea imposible reactivar la economía. Argentina tiene superávit comercial y un déficit presupuestario pequeño, lo cual significa que no necesariamente depende del financiamiento externo para salir adelante. Esto la diferencia de la mayoría de los países que piden prestado al FMI, los cuales generalmente tienen déficit comercial o de cuenta corriente.
¿Qué medidas se deberían implementar para lograr la reactivación?
–Lo fundamental es proponer un plan que reactive la producción a través de la demanda de los consumidores y permita que las exportaciones crezcan sin problemas. El Gobierno puede usar planes de obra pública para crear trabajo y otorgar un subsidio a los desempleados para satisfacer cuanto antes las necesidades básicas de los más pobres. El Banco Central puede ayudar otorgando créditos a las exportaciones si es necesario. Argentina no puede esperar la inversión privada, tanto local como extranjera, para recuperar la economía. Si el Gobierno es capaz de hacer crecer laeconomía, luego las inversiones privadas retornarán. Si la economía no comienza a crecer, ni siquiera un arreglo con el FMI restaurará la confianza de los inversores.
¿Si la crisis no se resuelve, el gobierno norteamericano podría llegar a alentar la instalación de una dictadura militar en Argentina?
–Si a Washington no le gusta el gobierno elegido, siempre puede ser capaz de apoyar un golpe militar. Hace apenas cuatro meses la administración encabezada por Bush apoyó el golpe frustrado en Venezuela, luego de financiar a grupos que estaban tratando de derrocar a Chávez. No he visto ninguna evidencia de que estén haciendo lo mismo en Argentina, y aunque lo hicieran dichos esfuerzos podrían fallar, como ocurrió hasta el momento en Venezuela. Sería muy difícil para los Estados Unidos apoyar abiertamente un golpe militar en Argentina, porque otros países podrían condenar esa acción. Pero la posibilidad de que el gobierno norteamericano apoye encubiertamente un golpe es muy real.

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