Casi siempre sucedió en cada una de las elecciones, y más aún si son para elegir Presidente: los inversores, grandes o pequeños, adoptan posiciones conservadoras para aguardar los resultados de los comicios. Este proceso, que podrÃa ser previsible en otros mercados, se potencia en la Argentina por las sucesión de pasadas crisis económicas. Sin embargo, los antecedentes más cercanos demuestra que se equivocaron los inversores que se apartaron del mercado accionario por temor a “lo que vendráâ€. Desde la primera elección ganada por Carlos Menem hasta la conquistada por Néstor Kirchner, el Ãndice MerVal registró fuertes alzas en las semanas posteriores a las respectivas consagraciones. La experiencia indica que los operadores toman como señal de largada para comprar papeles la finalización del escrutinio, sin aguardar el dÃa de la asunción del nuevo gobierno.
Ni siquiera el enigmático Menem de 1989 ahuyentó a los operadores. Una vez que terminó la elección del 14 de mayo, las cotizaciones empezaron a subir. No las frenó ni la hÃper ni la propagada incertidumbre sobre el gobierno menemista. Contra una inflación que durante el primer mes después de las elecciones se ubicó en un exorbitante 114 por ciento, las acciones lÃderes subieron nada menos que un 380 por ciento. Y si se observa lo sucedido durante el trimestre posterior al acto eleccionario, mientras la inflación acumuló un 410 por ciento, el MerVal ascendió cuatro veces más: un 1611 por ciento.
En el ‘95 volvió a repetirse la historia aunque no con las abultadas cifras de seis años atrás. En mayo de aquel año, el paÃs sufrÃa el golpe del Efecto Tequila, pero, otra vez, el mercado accionario se convertÃa en un buen refugio de la especulación. Justo antes de las elecciones, el MerVal se encontraba en 393 puntos. Sesenta dÃas más tarde, el 14 de julio, habÃa subido el 21,1 por ciento hasta los 476 puntos.
Menos entusiasta fue la reacción de los corredores tras el triunfo de la Alianza en 1999. En la última sesión antes de las elecciones de aquel 24 de octubre, el MerVal estaba en 523 puntos. Cuando Fernando de la Rúa juró en el Salón Blanco habÃa trepado un 6,5 por ciento (557 puntos). En enero de 2000, cuando habÃan pasado tres meses de las elecciones, el alza acumulada era del 10,9 por ciento.
En las últimas elecciones presidenciales también hubo un envión en las jornadas posteriores. A pesar de que el triunfo no correspondió a ninguno de los candidatos preferidos por la city, hubo un salto en las cotizaciones. Durante el mes transcurrido entre la consagración de Kirchner y su asunción, el panel lÃder de la Bolsa subió 9 por ciento. El actual jefe de Estado asumió con un MerVal en 662 puntos. Durante los 30 dÃas iniciales de la gestión, el Ãndice escaló 32,4 por ciento. Durante la era Kirchner, los principales papeles empresarios se revalorizaron tres veces y media en promedio.
¿Qué ocurrirá esta vez? ¿Volverán a subir las acciones después de conocerse el resultado de las elecciones, o se romperá la regla de las últimas dos décadas? En la city creen que los precios de las acciones lucen retrasadas con respecto a los valores que muestran compañÃas del mismo sector en Brasil. Y también en relación a los balances que presentan las propias empresas. En ese sentido, los operadores indican que los bancos, que muestran los mejores indicadores de la última década, deberÃan ser los más favorecidos de un eventual rally alcista.
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