El Presupuesto 2008 plantea en general la continuidad de la pol铆tica econ贸mica, cuya esencia es intentar sostener el profundo cambio en los precios relativos producido por la devaluaci贸n. No anuncia novedades ni en la pol铆tica tributaria ni en los profusos y crecientes subsidios a los sectores dominantes. Esto implica que no hay intenciones de transformar el mero crecimiento en desarrollo, ni siquiera en el de permear los frutos del crecimiento a elevadas tasas en una mejora distributiva.
La 鈥渃ompetitividad cambiaria鈥, una de las pol铆ticas centrales, posibilit贸 la reversi贸n del prolongado per铆odo de creciente exclusi贸n social. La desocupaci贸n y la pobreza bajaron a los niveles de mediados de los noventa y la indigencia tambi茅n muestra una importante disminuci贸n, aunque a煤n supera el nivel predevaluatorio. Pero la distribuci贸n del ingreso se congel贸 en el inequitativo punto alcanzado en lo peor de la crisis, no dando se帽al de mejora alguna para el 30 por ciento m谩s pobre.
Este modelo de crecimiento tiene como contracara que requiere mantener los bajos niveles salariales. La declamada prioridad del 鈥渃onsistente conjunto de pol铆ticas de ingreso鈥 no es la redistribuci贸n sino arbitrar en el conflicto distributivo, de manera de moderar las expectativas inflacionarias. Esto se traduce en los profusos subsidios al capital dominante para sostener precios y tarifas, el monitoreo y la fijaci贸n de estrictas pautas a los acuerdos salariales del sector privado, en la profundizaci贸n de la pol铆tica de ajuste a las provincias, inviabilizando la recomposici贸n de la m谩s postergada de las categor铆as laborales: los trabajadores p煤blicos que en sus tres cuartas partes son empleados provinciales, y en las escasas recuperaciones de las remuneraciones de los empleados del Estado nacional.
鈥淟os servicios de la deuda crecen hasta el 2,2 por ciento del PIB鈥, apunta Castro Pueyrred贸n.M谩s sintom谩tico a煤n es la directa omisi贸n del problema del empleo no registrado. La subsistencia de niveles de pobreza en un 23 por ciento seg煤n el Indec (que se elevar铆a al 28 por ciento de medirse correctamente los precios) con una desocupaci贸n del 9 por ciento s贸lo se explica porque el salario medio de los trabajadores no registrados es inferior a la l铆nea de la pobreza. El Presupuesto 2008 nada prev茅 al respecto.
El otro punto b谩sico de las pol铆ticas para 2008 es la 鈥渁dministraci贸n fiscal prudente鈥, que prev茅 un super谩vit primario del 3,15 por ciento del PIB. Pese al elevado super谩vit primario, del 3,2 por ciento del PIB promedio en la gesti贸n, luego de la reestructuraci贸n el endeudamiento continu贸 creciendo. Los servicios insumen una creciente porci贸n de este super谩vit, aumentan del 1,9 por ciento del PIB en 2006 al 2,2 por ciento en la subestimada previsi贸n oficial para 2008, pese a capitalizarse una importante parte de los intereses. Esto llevar谩 inexorablemente a pol铆ticas de ajuste que eleven el super谩vit fiscal primario, diagn贸stico que parece ser compartido por los defensores del gran capital, que cuestionan el super谩vit por 鈥渆scaso鈥 y reclaman por lo 鈥渆levado鈥 del gasto p煤blico.
Las pol铆ticas en curso, y que no se prev茅n cambiar, son inconsistentes en el largo plazo. Para sostener un desarrollo que conjugue crecimiento, inclusi贸n social y disminuci贸n de la desigualdad es necesario encarar pol铆ticas que promuevan un cambio cualitativo en la estructura socioecon贸mica en general y en nuestras relaciones de intercambio internacional en particular, no meramente una ampliaci贸n cuantitativa como el crecimiento actual.
La continua prioridad al gasto en la educaci贸n superior, y particularmente en el aparato cient铆fico tecnol贸gico, son una buena se帽al en ese camino. Pero se carece de pol铆ticas para transformar esa inversi贸n en una producci贸n con mayor valor agregado. El Presupuesto 2008 reitera las marcadas subestimaciones en los ingresos, en la no inclusi贸n del ajuste a las jubilaciones (un aumento del 10 por ciento acorde con la pauta inflacionaria implicar铆a unos 5783 millones de pesos), en el costo de la pol铆tica de subsidios a la energ铆a, el transporte y al sector agroalimentario, as铆 como en los servicios de la deuda.
* Economista especializado en finanzas p煤blicas.
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