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Domingo, 20 de enero de 2008
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ASISTENCIA, TECNOLOGIA Y CAPACITACION A PYMES

Cambio de paradigma

Enrique Martínez explica que el INTI busca transferir tecnología de apropiación colectiva y se ocupa de trabajar con la exclusión productiva.

Por Natalia Aruguete

El Instituto Nacional de Tecnología Industrial acaba de festejar su 50º aniversario. La actual gestión del INTI hizo el siguiente análisis cuando asumió hace cinco años: “Si el 30 por ciento de la población está fuera del mercado, tenemos la obligación de reorientar las actividades del INTI y dirigirlas hacia proyectos de apropiación colectiva que contemplen la exclusión productiva”, explicó Enrique Martínez, presidente de ese organismo, en diálogo con Cash.

“La Cancillería nos invitó a trabajar con Ecuador y Perú”, destacó Enrique Martínez, del INTI. Foto: D’Angelo

¿Cuáles son las principales deficiencias que encontró?

–El INTI tenía organizada la prestación de servicios en función de una demanda capaz de pagar. No se atendía de manera relevante a organizaciones sociales, ni a muchas pymes. Se lo llevó incrementar su autofinanciación en base a la prestación de servicios a título oneroso.

¿Y cómo definiría esa orientación?

–Neoprivatista: una organización pública que funcionaba como una empresa privada, fijándose metas de ingresos y cobertura de sus necesidades presupuestarias en base a la prestación de servicios privados.

¿Qué modificaciones se requirieron en el financiamiento en el nuevo escenario?

–Algunos recursos aparecieron del presupuesto anterior y otros surgieron de acuerdos importantes con los ministerios de Desarrollo Social y de Trabajo, además de una serie de actividades propias. Hoy, el INTI financia el “Programa de Extensión” que busca transferir tecnología de apropiación colectiva y se ocupa de trabajar con la exclusión productiva, sin importar si el demandante es solvente o no. Y si no tenemos financiación, la buscamos juntos en el ámbito público o privado.

¿Cuáles son las principales actividades en ese sector?

–Empezamos brindando asistencia en el programa “Manos a la Obra”, que estaba fundado pobremente desde el punto de vista técnico. Luego definimos el concepto de “unidad productiva tipo”, que son programas productivos a escala muy pequeña, donde aportamos la tecnología y la capacitación. Ahora estamos en una etapa superior: las “unidades demostrativas”. Acabamos de firmar un acuerdo con el Ministerio de Trabajo para instalar en varios lugares del país unidades más grandes, de 20 y hasta 50 personas, que tienen dos obligaciones: financiarse con su producción y ser de puertas abiertas, es decir, transferir la tecnología a quien la quiera tomar. Tenemos una planta piloto de panificados, de indumentaria y de productos de limpieza.

¿Cómo surgió la capacitación tecnológica con el Movimiento Campesino de Santiago del Estero?

–Es una de las capacitaciones más llamativas. Son organismos que, en muchos casos, tuvieron conflictos con el sector público. Tienen un lindo proyecto de aprovechamiento de la producción de cabra, en el área lechera. Mejoraron mucho la práctica de manufactura y la calidad del producto.

¿Qué proyecta el INTI en la asistencia a la red de laboratorios de producción pública de medicamentos?

–Son alrededor de cuarenta laboratorios, de los cuales unos veinte se han configurado en la red después de mucho esfuerzo. No tuvieron mucho apoyo público; ahora lo va a tener. El INTI busca desde el comienzo darles apoyo en control de calidad y aseguramiento en los requisitos del sistema de salud pública. No por ser público el laboratorio es bueno, y por lo tanto es importante que no se frustre el proyecto a consecuencia de que se produzcan bienes cuya calidad sea dudosa. Pero está todo por hacer. Nuestro componente es tecnológico, el componente de políticas públicas de medicamentos corresponde al área de salud y esperamos que acompañen acorde con este esfuerzo.

A partir del contrato binacional con Venezuela, ¿se está trabajando con otros países?

–La Cancillería nos invitó a trabajar con Ecuador y Perú. Hemos firmado los convenios de cooperación con los respectivos ministerios de Industria, pero estamos avanzando lentamente porque queremos consolidar nuestro trabajo con Venezuela, pues estamos firmando un nuevo convenio para fortalecer el sistema de centros de formación profesional de ese país. Tienen más de 140 centros con equipamiento importante que no lo han utilizado de manera intensa y adecuada, y estamos conviniendo para que el INTI se haga cargo de revisar el sistema y proponer algún esquema de actualización. Además hicimos un acuerdo con el área de empresas de propiedad social de Pdvsa, que tiene mucho interés en intercambiar experiencias.

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