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Domingo, 6 de julio de 2008
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Productores y la industria yerbatera

Más regulación

En Cash se desarrolló un interesante debate sobre la producción de yerba mate porque expone la necesidad de un Estado activo para proteger a los más débiles de las cadenas agroindustriales. Otro aporte a esa polémica.

Por Javier Gortari *
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Uno de los problemas del sector es la sobreproducción generada por la recuperación de los precios.

La economía nunca es libre, o la controla el Estado en beneficio del pueblo o la controlan las grandes corporaciones en perjuicio de éste. J. D. Perón

Quiero referirme al artículo “La industria yerbatera exprime a productores” (Cash, 29/6/08), en el que se pone en tela de juicio lo sostenido en la nota “La argentinidad al palo” (Cash, 22/6/08). En esta última se afirma –citando un trabajo mío publicado por Realidad Económica– que con la creación del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) en el 2002 se habría revertido la debacle socioeconómica regional provocada por el decenio (1991/2001) de desregulación en la actividad yerbatera. Ni tanto ni tan poco.

Es cierto que en la argentinidad de los palos, la historia se repite como tragedia. La yerba mate tiene muchos palos en su haber: desde sus orígenes, que se pierden en los años de la conquista sufridos por los guaraníes esclavizados en la extracción de la yerba, pasando por los mensúes exterminados en los yerbales del Alto Paraná durante la “acumulación originaria” del capitalismo capanga, hasta los inmigrantes que colonizaron el territorio de Misiones y fueron una y otra vez reprimidos, encarcelados, desaparecidos y asesinados por reclamar justicia en la distribución de la riqueza yerbatera.

En el artículo de Realidad Económica (nov./dic. ’07) apuntamos a rescatar el impacto inicial positivo del INYM. Y destacar además el papel clave que le cabe al poder público como regulador de disputa de intereses, cuando los actores en pugna detentan poderes económicos absolutamente dispares. Pero advertíamos sobre varios temas pendientes de resolución. Entre ellos: la incipiente tendencia a la sobreproducción generada por la recuperación de los precios.

En trabajos posteriores insistimos sobre la necesidad de que el INYM profundice su esquema regulatorio, so pena de convertirse en un sello inocuo del folklore burocrático regional. Si se pretende que la producción y la tarefa de yerba mate sean actividades laboralmente dignas, es necesario hacer que la oferta se adecue a la demanda real. La propia ley del INYM prevé entre sus facultades la posibilidad de limitar la plantación y cupificar la cosecha. Sólo tomando medidas en ese sentido es que podrá funcionar el mercado consignatario como un mecanismo de precio de referencia garantizado desde el Estado.

Desde mediados de 2007, la Asociación de Productores Agropecuarios de Misiones viene reclamando que los industriales burlan la ley y no respetan los precios que fija el INYM. Para “hacerse ver y oír” ocuparon con sus tractores la plaza central de Posadas durante la segunda mitad de aquel año y promovieron en el Congreso Nacional la creación de un mercado concentrador que garantice el cumplimiento de los precios.

El proyecto tuvo media sanción unánime en la Cámara de Diputados y se atascó –por el lobby industrial– en la de Senadores. Allí estuvieron en abril explicando su propuesta los representantes de la Asociación. Ese mismo mes los recibió el gobernador de Misiones Maurice Closs y entregaron el proyecto a la presidenta de la Nación, Cristina Fernández, en oportunidad de su viaje a la provincia. En junio los atendió en la Casa Rosada el vicepresidente, Julio Cobos. En el ínterin realizaron paros de cosecha, cortaron el paso en las rutas a camiones con yerba mate y tomaron la sede del INYM por varios días.

Nada de eso fue noticia para los medios de comunicación obnubilados por la fiebre de la soja. Tampoco las organizaciones agropecuarias que integran ese matrimonio de conveniencia que es la Mesa de Enlace se hicieron eco de estos reclamos que afectan a 20 mil productores de yerba y a otros tantos peones rurales.

Junto a sus familias, esta gente de campo y de trabajo representa el 30 por ciento del millón de habitantes que puebla Misiones. Una provincia en la que el 25 por ciento de la superficie agropecuaria censada (2.200.000 hectáreas) está concentrada en 19 explotaciones con superficies promedios del orden de las 30 mil hectáreas. En tanto que de las 28.000 explotaciones registradas por el Censo Nacional Agropecuario 2002, el 96 por ciento son chacras de menos de 40 hectáreas promedio que no alcanzan a sumar entre todas ni siquiera la mitad (46 por ciento) del total de la superficie censada.

* Economista, decano de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, Univiversidad Nacional de Misiones.

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