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Domingo, 14 de septiembre de 2008
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Finanzas > La crisis internacional y su impacto en la plaza local

Tensión en los mercados

La profundización de la debacle del sistema financiero de los EE.UU. y de las potencias europeas pone a la defensiva a los inversores. En el mercado local, la crisis del Indec sumó otro factor de incertidumbre.

Por Pablo Simián
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El dólar alcanzó un máximo de 3,12 pesos durante la semana. El BCRA intervino para tranquilizar la plaza.

El dólar volvió esta semana a los niveles registrados a fines de mayo y llegó a cotizar hasta 3,12 pesos por unidad en el mercado minorista y 3,10 en el mayorista. Esos valores fueron empujados por factores internos y externos: la inflación de agosto anunciada por el Indec (0,5 por ciento) y la crisis de proporciones de los países centrales. Ambos factores provocaron un nuevo traspaso de cartera de los inversores, que abandonaron posiciones de bonos locales para refugiarse en la moneda estadounidense.

El primer tramo de la suba del tipo de cambio contó con el visto bueno del Banco Central, que decidió alinearse con las presiones que el dólar ejerció sobre la mayoría de las monedas mundiales en los últimos días. “No pasa nada, está bien que aumente”, deslizaron informalmente desde el BC. Aunque, de acuerdo a la intervención que tuvo esa entidad en la rueda cambiaria, podría entreverse un tope de 3,11 pesos para el billete verde durante las próximas jornadas. Los operadores de Martín Redrado no salieron al mercado hasta que el billete se ubicó 12 centavos por encima de los tres pesos en los principales bancos y casas de cambio del microcentro. Recién en ese escalón, el Central vendió unos 90 millones de dólares al contado para inducir el retroceso del tipo de cambio, en consonancia con la estrategia seguida por la entidad en los mercados de futuros, donde se colocaron contratos por hasta 450 millones de dólares diarios a un tipo de cambio de 3,118 pesos para fines de diciembre.

Entre las tensiones locales que reactivaron la demanda de dólares de empresas, bancos y grandes inversores pueden incluirse las idas y vueltas por el pago de la deuda con el Club de París y la intransigente intervención del Gobierno en el instituto de estadísticas oficiales. El dato de inflación de agosto profundizó la liquidación de inversiones en títulos públicos ajustables por CER, cuyo producido –en opinión de los expertos– se destina a la compra de dólares. Así, la expectativa de una cotización en alza demoró la liquidación de divisas de los exportadores y generó más presión sobre el tipo de cambio que, al igual que durante el lockout agrario, se descomprimió de acuerdo a la voluntad del Banco Central.

Más allá de las contradicciones domésticas, en los últimos días el dólar siguió un recorrido alcista en todo el mundo: el euro marcó mínimos anuales en relación con la moneda hegemónica y bajó hasta 1,3882 por unidad, nivel al que cotizaba en septiembre de 2007, lo que representó una pérdida semanal de más del 3 por ciento. En Brasil, por su parte, el dólar saltó de los 1,60 reales por unidad que valía a fines de agosto a casi 1,80 el viernes último.

La depreciación de las monedas de la región fue provocada por una huida de capitales de los países emergentes, debido a la profundización de la crisis de las hipotecas de baja calidad –subprime– y las dudas que ello arroja sobre la economía de los Estados Unidos y de los países de la eurozona. Según varios analistas, la extensión de la crisis está afectando también al segmento de créditos comerciales, lo que agudiza la iliquidez mundial y la aversión al riesgo a los pasivos emitidos por los países en desarrollo. En este sentido, en junio pasado el Banco Internacional de Pagos alertaba en su Informe Anual 2008 sobre la creciente incertidumbre de las perspectivas económicas.

En la city, la peor crisis financiera mundial desde la Gran Depresión no pasa inadvertida: el Instituto Argentino de Mercado de Capitales informó que el financiamiento de las empresas en ese ámbito cayó más del 44 por ciento en los primeros ochos meses de 2008 respecto del mismo período del año anterior, y precisó que la caída más pronunciada se registró en las Obligaciones Negociables, que retrocedieron 90 por ciento en términos interanuales.

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