Los pa铆ses se conectan entre s铆 intercambiando productos y factores productivos. Esos movimientos no se agotan en el mero traslado de determinados bienes, pero se extienden al contagio de sus estados de expansi贸n o contracci贸n econ贸mica, en que los pa铆ses grandes transmiten su propia coyuntura a los pa铆ses m谩s peque帽os. Este fen贸meno se conoce como 鈥渢ransmisi贸n internacional del ciclo econ贸mico鈥. En un pa铆s B, por caso, cae la actividad econ贸mica, y en consecuencia las unidades productivas reducen su escala de producci贸n, y con ello reducen su personal y sus compras de materias primas (algunas de las cuales se compran al pa铆s A). Una parte mayor o menor de la poblaci贸n de B se ve, de pronto, privada de ingresos y, por lo tanto, de capacidad de comprar, no s贸lo productos de B sino tambi茅n, acaso, productos provenientes de A, con lo que A sufre un doble impacto negativo: la reducci贸n de su exportaci贸n de productos intermedios a B, y la reducci贸n de sus productos terminados a B. Las unidades productivas de A, que exportan parte de su producci贸n a B, se ven forzadas a adquirir menos materias primas y a despedir parte de su personal, de un modo exactamente igual al ocurrido anteriormente en B, con lo que se consuma la transmisi贸n a A de la recesi贸n econ贸mica en B. El cuadro se hace m谩s real, pero m谩s complejo, con la consideraci贸n de los movimientos de capital. Este an谩lisis, en el curso de la ciencia econ贸mica, comenz贸 con David Hume, a mediados del siglo XVIII, y sigui贸 en 1933 con el multiplicador del comercio internacional, de Roy Harrod. Tuvo su manifestaci贸n entre nosotros con los estudios sobre ciclos econ贸micos de Ra煤l Prebisch. En 1938, como gerente general del Banco Central, escribi贸: 鈥淐omo pa铆s agrario y campo de inversi贸n de capitales extranjeros, en el desarrollo de nuestros movimientos ondulatorios prevalecen, por un lado, las variaciones del volumen f铆sico de la producci贸n del suelo, sus precios y el grado de absorci贸n de los productos en el mercado internacional y, por otro, la mayor o menor afluencia de estos capitales extranjeros. Aparte de las alternativas de la producci贸n rural, sujetas desde luego a las contingencias meteorol贸gicas, los otros elementos que acabamos de se帽alar mantienen estrecha relaci贸n con los fen贸menos c铆clicos exteriores que as铆 se reflejan sobre el ciclo econ贸mico argentino鈥. (BCRA, Memoria. Ejercicio 1938, p谩g. 5.)
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