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Domingo, 10 de mayo de 2009
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situacion de los trabajadores extranjeros

Precariedad laboral

Los inmigrantes trabajan con mayor intensidad horaria y en m谩s amplios marcos informales con relaci贸n a los nativos.

Por Diego Rubinzal
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La condici贸n de ilegalidad de muchos inmigrantes deriva en que empleadores se aprovechen.

La Argentina se constituy贸 como una naci贸n de puertas abiertas. A fines del siglo XIX, el arribo masivo de inmigrantes conform贸 鈥渓a Argentina aluvional鈥, como la denomin贸 el historiador Jos茅 Luis Romero. El pa铆s se convirti贸 en el mayor receptor de inmigrantes de Am茅rica latina. En 1895, el censo nacional revel贸 que m谩s de la mitad de los habitantes de la ciudad de Buenos Aires eran inmigrantes, con amplia mayor铆a de italianos y espa帽oles. En la segunda ola inmigratoria 鈥揺ntre 1895 y 1914鈥 ingresaron al pa铆s casi 4 millones de personas. En 1914, un 30 por ciento de la poblaci贸n total residente era inmigrante. A pesar de todas las complejidades de ese proceso hist贸rico (en la que no faltaron reacciones xen贸fobas), los inmigrantes se integraron a la sociedad y al mercado laboral. Con la crisis del 鈥30 y con el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial, la corriente inmigratoria se detuvo, reanud谩ndose a mediados del siglo XX, aunque con menor dinamismo que en d茅cadas precedentes. A partir de ese momento, el mayor aporte inmigratorio fue de pa铆ses lim铆trofes. En el 煤ltimo cuarto del siglo pasado, la Argentina se transform贸 en un expulsor neto de flujos migratorios, especialmente de mano de obra calificada.

En su trabajo Migraciones internacionales en la Argentina: un an谩lisis de sus determinantes y de su relaci贸n con el mercado de trabajo, la investigadora Roxana Maurizio sostiene que 鈥渓a reversi贸n de estos flujos estuvo asociada al menor dinamismo econ贸mico que experiment贸 la Argentina luego de la Segunda Guerra Mundial y que implic贸 para el pa铆s un retraso respecto de otras econom铆as con mejor desempleo econ贸mico, juntamente con una fuerte inestabilidad pol铆tica a lo largo de su historia鈥. Ese reflujo tuvo un breve par茅ntesis durante los primeros a帽os de la convertibilidad. La sobrevaluaci贸n de la moneda nacional (que elev贸 los niveles salariales relativos en d贸lares) y el inicio de un ciclo econ贸mico ascendente sedujo a algunos habitantes de los pa铆ses vecinos.

El 煤ltimo censo de poblaci贸n del a帽o 2001 relev贸 la presencia de 1.531.940 extranjeros residiendo en el pa铆s, que representa apenas el 4 por ciento de la poblaci贸n total. El 60 por ciento proviene de los pa铆ses lim铆trofes. De ese total, el 33 por ciento son paraguayos, el 23 por ciento bolivianos y el 21 por ciento chilenos. Un caso especial es el de la comunidad peruana, que viene registrando desde la d茅cada del 鈥80 un importante crecimiento, representando en la actualidad casi un 10 por ciento del total. Contabilizando todo el universo, los inmigrantes m谩s numerosos son los paraguayos (21%), bolivianos (15%), chilenos (14%) e italianos (14%). A su vez, el 60 por ciento se radica en el Area Metropolitana de Buenos Aires.

Con respecto a su nivel educativo, poseen menores credenciales que la poblaci贸n nativa: el 70 por ciento no termin贸 la escuela secundaria. Maurizio aclara que 鈥渆sta situaci贸n encubre diferencias muy importantes seg煤n la nacionalidad. En particular, los oriundos de Paraguay presentan los menores niveles de educaci贸n, seguido por Chile y Bolivia. Por el contrario, los uruguayos y, fundamentalmente, los peruanos presentan niveles de escolarizaci贸n que, incluso, superan a los promedios alcanzados por la poblaci贸n nativa鈥.

En general, los inmigrantes se dedican a tareas de la construcci贸n, reparaciones, comercio al por menor, servicio dom茅stico y algunas actividades industriales (textil). Esos trabajadores tienen un mayor grado de precariedad laboral tanto en lo referente a la intensidad horaria como en lo que respecta a su registraci贸n formal que los trabajadores nativos. Adicionalmente, el porcentaje de hogares pobres 鈥揺ncabezados por jefes no nativos鈥 es un 10 por ciento superior al registrado en aquellos hogares con jefes nativos. Esa brecha no es explicada por diferencias en la tasa de ocupaci贸n. Al contrario, la tasa de empleo de los trabajadores no nativos es notoriamente superior a la de los nativos, lo cual resulta l贸gico debido a que la causa principal de esas migraciones es la b煤squeda de oportunidades laborales. Por eso, Maurizio sostiene que 鈥減arecen ser los ingresos reducidos que perciben los integrantes de estos hogares m谩s que la falta de trabajo lo que determina que las familias con jefe migrante no logren cubrir sus necesidades b谩sicas, alimentarias y no alimentarias. Ello se debe, asimismo, a la mayor precariedad que exhiben los puestos de trabajo a los que ellos acceden, mediados en general por episodios de segregaci贸n y discriminaci贸n, fen贸menos que afectan a煤n con mayor intensidad a las mujeres鈥.

Debido a la situaci贸n de ilegalidad en la que se encuentran muchos inmigrantes, algunos empleadores se aprovechan. Para atemperar esas injusticias, el gobierno nacional impuls贸 una legislaci贸n que facilita la regularizaci贸n migratoria. Al amparo de esa norma, 700 mil personas solicitaron su radicaci贸n en la Argentina: encabezaron el listado los paraguayos (320 mil), les siguieron los bolivianos (240 mil) y los peruanos (138 mil).

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