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Domingo, 27 de diciembre de 2009
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Los top...

Por Cristian Carrillo
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Apenas diez bancos dominan el mercado local. Concentran casi el 77 por ciento de los dep贸sitos y los pr茅stamos, y representan cerca del 60 por ciento del patrimonio neto del total del sistema. Son las entidades que definen el rumbo de las tasas, la mayor o menor presi贸n sobre la cotizaci贸n del d贸lar, y la orientaci贸n del financiamiento al sector productivo, al consumo y a las l铆neas hipotecarias. La crisis de 2001 agudiz贸 el proceso de concentraci贸n, tendencia que se arrastraba de las 煤ltimas dos d茅cadas. Pero el corralito aceler贸 fusiones y preferencias de ahorristas hacia las grandes entidades. La actual estructura revela que el control y las exigencias para mejorar el servicio de esas entidades por parte del Banco Central podr铆an ser m谩s efectivas puesto que el universo a monitorear es reducido. As铆 lo refleja la radiograf铆a bancaria que presenta a continuaci贸n Cash.

Las campa帽as publicitarias de los bancos para ofrecer sus tarjetas de cr茅dito se contraponen con las escasas promocionadas l铆neas de pr茅stamos para pymes. Ese desigual tratamiento brinda una aproximaci贸n de c贸mo est谩 estructurado el sistema dom茅stico. Desde la 煤ltima crisis de 2001 y el consiguiente corralito, el negocio de los bancos se volc贸 decididamente a operaciones transaccionales y menos a la tradicional intermediaci贸n financiera. Los dep贸sitos retornaron lentamente al sistema mientras las entidades se las ingeniaron para sacar provecho del nuevo escenario. A trav茅s de una estrategia comercial m谩s conservadora, manteniendo altos niveles de liquidez, obtuvieron fuertes ganancias desde el 2003. Tambi茅n se consolid贸 el mapa bancario, aumentado la concentraci贸n. Los que m谩s se vieron favorecidos fueron los p煤blicos, como el Naci贸n y el Provincia de Buenos Aires, que mantuvieron el liderazgo pero m谩s fortalecidos. Entre los privados se destac贸 el Santander R铆o, mientras que el Credicoop fue el m谩s din谩mico y logr贸 posicionarse entre los diez mejores del ranking elaborado por el Banco Central.

Las medidas implementadas para salvar al sistema luego del crac de 2001 permitieron sortear ahora la crisis internacional. Las regulaciones de la autoridad monetaria se enfocaron en disminuir el excesivo apalancamiento 鈥搈onto colocado por sobre el capital total de la entidad鈥 y el descalce de monedas. Ambos desv铆os condujeron a la crisis de 2001. Tras diez a帽os de convertibilidad, el mercado se encontraba fuertemente dolarizado. A partir de marzo de ese a帽o se inici贸 una fuerte sangr铆a de dep贸sitos, que a noviembre alcanz贸 los 13.579 millones de pesos. Las entidades comenzaron a mostrar serios problemas de liquidez. Antes de la corrida, los dep贸sitos del sistema ascend铆an a 86.506 millones de pesos y los pr茅stamos, a 64.464 millones. Finalmente, se reprogramaron los vencimientos de 55.000 millones de pesos en plazos fijos, luego de ser pesificados a 1,40 por d贸lar.

Dado que se trat贸 de una crisis sist茅mica, el Central debi贸 asistir a 40 entidades financieras. La deuda de los bancos con el organismo alcanz贸 un m谩ximo de 20.065 millones de pesos a septiembre de 2002. En 2003, cuando comenz贸 un proceso de estabilizaci贸n, se ofreci贸 un r茅gimen de financiamiento de esa deuda para las 24 entidades, p煤blicas y privadas, que al momento no hab铆an cancelado sus obligaciones. El programa se extendi贸 hasta 70 cuotas y reci茅n el mes pasado, el Provincia, uno de los que m谩s fondos recibieron, cancel贸 el 煤ltimo vencimiento de 112,2 millones de pesos.

A nueve a帽os del corralito, el sector bancario emerge como uno de los grandes ganadores. Las seis entidades que cotizan en Bolsa arrojaron durante el trimestre anterior fuertes incrementos en las ganancias netas. De acuerdo con los informes enviados por las entidades a la Bolsa de Comercio, el Hipotecario contabiliz贸 una utilidad de 35,5 millones de pesos; el Macro, 190,9 millones; Patagonia, 133,9 millones; Santander R铆o, 495,1 millones; Franc茅s, 309,5 millones; y Galicia, 51,3 millones de pesos. Por su parte, hay bancos de menor envergadura que admiten que 鈥渘unca hicimos tanta plata como en este a帽o鈥, como se帽al贸 un representante de ese sector.

La mejora en los indicadores de solvencia, liquidez y calidad en cartera se reflejaron tambi茅n en el ranking de bancos que elabora el Central. En dep贸sitos, los cuatro primeros bancos de la lista son el Naci贸n, Provincia, Franc茅s y Santander R铆o, que en los 煤ltimos a帽os conservaron su lugar. La incorporaci贸n m谩s importante en el top ten fue el Macro, luego de que adquiriera el Banco Suqu铆a. En cuanto a pr茅stamos, el Santander y el Franc茅s avanzaron en el 煤ltimo ranking dos posiciones para ser escoltas del Naci贸n, a expensas del Galicia y Provincia. Por su parte, el Macro se traslad贸 del puesto doce al sexto en ese segmento, favorecido por esa fusi贸n. A nivel regional, la Argentina coloc贸 a tres bancos entre los cincuenta mejores, seg煤n el relevamiento de la Federaci贸n Latinoamericana de Bancos: se trata de dos p煤blicos, el Naci贸n (puesto 20) y Provincia (44), y uno privado, Santander (50).

Las razones que explicaron los problemas de la banca son ahora los que permiten entender que 2009 fuera un buen a帽o para el sector. A pesar del lockout de las corporaciones agropecuarias y de la crisis financiera mundial, el conjunto de entidades registr贸 una ca铆da de dep贸sitos de unos 40 mil millones de pesos. Pese a esa sangr铆a, los bancos pudieron atender esa fuga sin reclamar asistencia directa del Central. Esto fue as铆 porque el alejamiento de los mercados internacionales de cr茅dito oblig贸 al sistema a operar con vol煤menes reducidos de capital y en moneda local 鈥搖na gran diferencia con el escenario de los 鈥90鈥, que terminaron convirti茅ndose en un resguardo contra shocks externos. Tras varias crisis financieras, los reguladores locales impusieron normas m谩s estrictas para tiempos adversos. Los organismos exigieron a las entidades financieras que clasificaran sus cr茅ditos seg煤n su riesgo: mientras m谩s riesgosos, deb铆an tener m谩s capital inmovilizado para respaldarlos.

Los bancos locales sobrecumplieron esas limitaciones. La liquidez del sistema se ubic贸 en sus niveles m谩s altos en d茅cadas. Seg煤n el 煤ltimo Informe de Bancos del BCRA, este porcentaje alcanza a 29 por ciento. Para el caso de dep贸sitos totales en pesos, la liquidez representa el 20,1 por ciento. Este exceso de fondos inmovilizado responde tambi茅n a la orientaci贸n de los negocios del sector. Los bancos privilegiaron las cuentas sueldo, consideradas m谩s seguras porque los clientes se encuentran atados a los convenios firmados con las empresas que los contratan. Esa liquidez est谩 asociada, a su vez, al dinero pl谩stico. 鈥淗ay una dura competencia por atraer este tipo de colocaciones, que se refleja en una multiplicidad de opciones y ofertas de tarjetas de cr茅dito con descuentos en negocios y bonificaciones鈥, se帽al贸 a Cash el economista jefe del Banco Ciudad, Luciano Laspina.

A partir de la recuperaci贸n de los indicadores econ贸micos, los bancos se focalizaron en esos cr茅ditos al consumo, dejando de lado los pr茅stamos al sector productivo. Los pr茅stamos personales absorben el 30 por ciento del total otorgado por los bancos, seguido por operaciones de descuento, con el 24 por ciento. Estos pr茅stamos duplican la participaci贸n que ten铆an al inicio de la crisis de 2001. La competencia para imponer sus tarjetas de cr茅dito gener贸 agresivas campa帽as de captaci贸n.

Detr谩s de este negocio existe otro. Al ofrecer estas herramientas de fidelizaci贸n de clientes, la apuesta es la refinanciaci贸n de los cr茅ditos. De acuerdo con un informe del Central, la tasa de inter茅s que aplican las entidades por la financiaci贸n de los saldos luego del pago m铆nimo promedi贸 en septiembre el 36,5 por ciento anual. Existen entidades que llegaron a financiar ese saldo a un exorbitante 85,2 por ciento anual. A pesar de esas tasas y costos en el sistema, circulan 16,2 millones de usuarios con tarjetas y apenas 1,3 millones con plazos fijos, seg煤n la Asociaci贸n de Bancos P煤blicos y Privados de la Rep煤blica Argentina.

Al momento de explicar sus estrategias, los responsables de las entidades consultadas por este suplemento aseguran que el problema estructural radica en que la participaci贸n actual de los dep贸sitos a la vista se encuentra en el 50 por ciento del total. Sin embargo, la extensi贸n de los plazos no es el 煤nico inconveniente. Los instrumentos que ofrece el Central a los bancos para colocar su exceso de liquidez juegan en contra del cr茅dito productivo. Mientras que el titular del Banco Central, Mart铆n Redrado, insiste en la necesidad de redireccionar los pr茅stamos a actividades productivas, contin煤a ofreciendo alternativas rentables para colocar esos recursos, como Letras y Notas que licita semanalmente. A la vez, las l铆neas de liquidez que ofrece a los bancos ampl铆an todav铆a m谩s la brecha. 鈥淓l beneficio del fondeo barato que impulsa el Central no est谩 llegando a la gente sino al bolsillo de los bancos鈥, reconoci贸 un banquero.

Con la salida del uno a uno, el Central debi贸 esterilizar los pesos que volcaba al sistema por la compra de los d贸lares que liquidaban los exportadores. Para ello comenz贸 a licitar t铆tulos que se convirtieron en una colocaci贸n segura y rentable para los bancos. En la 煤ltima licitaci贸n, las entidades entregaron 1564 millones de pesos a diferentes vencimientos, todos menores a un a帽o, y tasas de entre 12,75 y 15 por ciento, para el caso de las Letras, y en Notas a un rendimiento promedio de tasas mayoristas (Badlar) m谩s dos puntos y medio adicionales. En cambio, el 煤ltimo llamado de subasta de tasa de inter茅s fija por variable de tres a cinco a帽os volvi贸 a ser declarada desierta por la autoridad monetaria.

Con este tipo de instrumentos disminuyen las chances de reducci贸n de la diferencia entre la tasa activa (que cobran los bancos por sus pr茅stamos) y la pasiva (que pagan por las colocaciones). Por el lado del descalce de monedas, el Central est谩 trabajando para extender el permiso de las entidades para que puedan prestar parte de sus colocaciones en d贸lares. Hasta el momento los 煤nicos sujetos de cr茅dito en moneda extranjera son los exportadores.

No todos los bancos tienen la misma estrategia de negocio. Hubo algunos que en los 煤ltimos a帽os se mostraron proactivos y se ganaron un lugar en el ranking. Uno de los que m谩s puestos avanzaron fue el Credicoop en los rubros pr茅stamos y dep贸sitos. 鈥淣osotros partimos de otra noci贸n de capital: rentabilidad necesaria鈥, explic贸 a Cash Alfredo Garc铆a, economista jefe del Credicoop. El banco cooperativo logr贸 un incremento de 509 por ciento en sus dep贸sitos en los 煤ltimos nueve a帽os, mientras que para el promedio del sistema creci贸 189 por ciento. En cuanto a pr茅stamos, la relaci贸n es de 278 por ciento de mejora para el Credicoop y de 99 por ciento para la media de entidades. En ese sentido, Garc铆a explica que desde 2004 los bancos duplicaron las comisiones que cobran, mientras que el Credicoop las ajust贸 13,7 por ciento.

Los pr茅stamos a peque帽as y medianas empresas requirieron ayuda oficial. El grueso de los pr茅stamos al sector productivo se otorg贸 gracias a subsidios de la Subsecretar铆a Pyme y de la Anses. El Naci贸n otorg贸 el a帽o pasado 25.109 pr茅stamos de inversi贸n por un monto de 4207 millones de pesos, de un total proyectado de 5000 millones. 鈥淒esde el 煤ltimo a帽o representa el 76 por ciento del aumento de la cartera Pyme en todo el sistema鈥, se帽al贸 a Cash un destacado funcionario del Naci贸n. M谩s de la mitad de los cr茅ditos tuvo como destino el sector agropecuario y agroindustrial.

Pese a las quejas de los representantes de la Mesa de Enlace, el sector rural fue privilegiado. A partir de los subsidios del Ministerio de Asuntos Agrarios bonaerense, el Provincia prest贸 este a帽o 1370 millones de pesos, un 42 por ciento por encima de 2008, a tasas de un d铆gito. Los cr茅ditos durante este a帽o fueron en su mayor铆a para los tamberos, la siembra de trigo, la compra de vacunos y la producci贸n de forraje. El titular del Bapro, Guillermo Francos, asegur贸 que su grupo lider贸 durante el 2009 la captaci贸n y colocaci贸n de fondos licitados por la Anses, con 330 millones de pesos. Para 2010 prev茅 que su entidad alcanzar谩 los 7800 millones pesos, un 15 por ciento m谩s que este a帽o, en l铆neas de financiamiento para empresas y familias.

No son muchos los bancos que controlan el sistema dom茅stico: tres son p煤blicos, tres son de capital nacional 鈥搖no de ellos, cooperativo鈥 y los cuatro restantes son extranjeros. Son los que concentran gran parte de las sucursales que se distribuyen a lo largo y ancho del pa铆s, pero s贸lo los p煤blicos se ocupan de peque帽os pueblos y ciudades. El resto, con excepci贸n del Credicoop, se dedican a operar en los grandes centros urbanos y 谩reas de influencia. Son los diez grandes bancos que dominan el sistema.

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