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Domingo, 27 de diciembre de 2009
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BALANCE 2009 DE LAS INVERSIONES FINANCIERAS. EL DOLAR, LA PEOR OPCION

Acciones, la vedette

Si los pronósticos sobre la evolución de las variables macroeconómicas son esquivos para los economistas de la city, se espera que en su especialidad no repitan groseros errores. En 2009 no fue así.

Por Cristian Carrillo
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La cotización promedio de las empresas líderes se duplicó este año, convirtiéndose en la mejor inversión.

Un cierre positivo en materia bursátil no estaba en las expectativas de los gurúes de la city a principio de este año. Menos aún que algunos papeles locales pudieran reportar una ganancia en muchos casos superior al ciento por ciento. Sin embargo, la Bolsa porteña permitió duplicar el capital respecto de enero y posicionarse como una de las mejores alternativas entre los emergentes. La fuerte recuperación de los activos locales desplazó nuevamente al dólar, que, como viene sucediendo en los últimos años, se convirtió en la peor opción de 2009 para resguardar los ahorros. Ni siquiera llegó a ofrecer una diferencia por encima de un plazo fijo. A pesar del balance positivo, fue un año financiero difícil en el mundo.

Mientras que 2008 es recordado por el derrumbe de los mercados, este año lo será por su volatilidad y por las sorpresas. Tras la asunción de Barack Obama a la presidencia de Estados Unidos, el 20 de enero, y los primeros resultados positivos de su política de estímulo a los bancos pasaron tres meses. En ese lapso las bolsas mundiales continuaron con su desplome ubicándose en sus mínimos en varias décadas. El panel de acciones líderes Merval llegó a un mínimo de 930 puntos. A partir de la reunión del G-20 en Londres se vivió una ola de optimismo que permitió recuperar parte del terreno a los activos bursátiles. Sin embargo, recién a mediados de julio comenzó el despegue. Los datos de producción estadounidense y los informes de la Reserva Federal comenzaban a dar indicios del fin de la recesión.

En el plano local, la incertidumbre provino del sector político y no de la economía. Las elecciones legislativas del 28 de junio detuvieron el primer rally alcista. Pero no tardaron en llegar los guiños del Gobierno al mercado. A partir de la confirmación de que se reabriría el canje de deuda en cesación de pagos con los bonistas que quedaron afuera en 2005, el riesgo país (que mide el diferencial de tasas entre un bono del Tesoro estadounidense y su equivalente local) se ubicó por debajo de los 700 puntos básicos. Finalmente, el envío al Congreso del proyecto de ley para suspender la ley cerrojo impulsó al Merval a sus máximos históricos, al ubicarse en 2309 puntos.

El sube y baja de las cotizaciones dejó muchos heridos en la plaza, pero quienes mantuvieron sus inversiones hasta el final obtuvieron abultadas ganancias. En el caso del Merval, hasta ahora el resultado fue un alza de 106 por ciento respecto de enero y de 141 por ciento en relación con su mínimo en marzo. Los pagos anticipados de vencimientos y los anuncios de reestructuración de deuda impulsaron a los títulos públicos. El bono Descuento en pesos, que se entregó con el canje de 2005, ofreció una ganancia de 89 por ciento. El Par, que surgió de la misma operación, se destacó con un aumento de 176 por ciento. Más modesto fue el desempeño del cupón del PIB, que avanzó 28 por ciento. Los nominados en dólares se vieron favorecidos además por los rumores de que se haría una recompra de estas emisiones. El Boden 2012 tuvo un alza interanual de 66 por ciento y la serie 2013, de 62 por ciento.

En tanto, el dólar finalizó el año con una leve apreciación ante el peso. A pesar de los rumores de una megadevaluación luego de las elecciones y de la minicorrida de depósitos de principios de año, la divisa avanzó apenas 8,5 por ciento.

La última señal que envió el Gobierno al mercado fue la creación de un fondo de 6569 millones de dólares, conformado con parte de las reservas excedentes del Banco Central, para garantizar el pago de deuda del año que viene. Los mercados celebraron la medida y argumentaron que nunca estuvo en duda la capacidad de pago del país. No obstante, desde la Secretaría de Finanzas objetaron esos dichos. “Cuando todo anda bien aseguran que no hay riesgo, pero basta cualquier perturbación externa para adjudicarle a la Argentina riesgo de default”, señaló a Cash un estrecho colaborador de Amado Boudou como justificación para la creación de ese fondo.

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