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A pocas semanas del inicio de las transmisiones de Televisión Digital Terrestre (TDT), el director del Ministerio de Comunicaciones de Japón, Yasushi Furukawa, visitó el país para colaborar con el proceso de implementación de esta nueva tecnología. En diálogo con Cash, Furukawa detalló en qué aspectos están colaborando, explicó por qué lo hacen y analizó las posibilidades de desarrollo que tiene la TDT.
¿Qué aportes tienen previsto realizar como parte de la cooperación con la Argentina para el de-sarrollo de la TDT?
–Lo más importante, luego de la adopción de la norma ISDB-T, es que la implementación de la TDT se concrete de forma firme y segura en todo el país. Para ello donamos un juego completo de equipamiento de transmisión digital y enviamos expertos de la emisora pública japonesa NHK, como parte de un convenio con JICA, la agencia de cooperación internacional de Japón. Además organizamos seminarios de capacitación para técnicos y expertos argentinos en el Japón y hemos dado exenciones sobre los derechos de patentes correspondientes al equipamiento necesario para poner en funcionamiento la norma japonesa, sin un plazo determinado.
¿Qué gana Japón al realizar todas esas concesiones?
–Deseamos difundir nuestra tecnología porque la consideramos la mejor del mundo. La señal emitida por la norma ISDB-T tiene mayor robustez y por lo tanto tiene mejor recepción. Además se puede captar tanto en televisores como en notebooks y celulares.
¿Qué ganan ustedes? Porque es difícil explicar el aporte de una planta transmisora y la exención en el pago de royalties como parte de una conducta filantrópica.
–Las empresas privadas de Japón son las que inventaron estos equipos y la adopción de la norma ISDB-T por parte de casi todos los países latinoamericanos les permitirá vender sus productos. Además se abren grandes posibilidades para la comercialización de otras tecnologías de comunicaciones. Por el momento no vemos los resultados, pero en el futuro se prevé la extensión hacia otras áreas conexas.
Cuando Brasil eligió la norma ISDB-T, Japón se comprometió a colaborar para desarrollar la industria de semiconductores en Brasil. ¿Qué avances hubo y qué posibilidades hay de asumir un compromiso similar en la Argentina?
–En Brasil, la cooperación en materia de semiconductores está avanzando. En el caso argentino, la industria electrónica está radicada en Tierra del Fuego y tengo entendido que hay algunas empresas japonesas produciendo en esa isla; seguramente ellos van a empezar a fabricar pronto tecnología para la televisión digital.
¿También semiconductores? ¿O eso no conviene por la escala del mercado argentino?
–Esa es una cuestión que atañe a las empresas privadas, que van a sopesar costos y beneficios. Por ejemplo, las empresas que decidan fabricar los set-top box van a analizar la conveniencia de fabricar cada una de las partes en la Argentina o comprar insumos en otros lugares.
En la Argentina, la televisión por cable llega al 60 por ciento de los hogares. ¿Eso puede conspirar contra la expansión de la TDT?
–No pienso así. La norma japonesa permite transmitir señales con el mismo equipo no sólo a receptores fijos sino también a celulares sin costo adicional alguno. Eso no lo puede ofrecer la televisión por cable y va a ser un incentivo muy fuerte para el desarrollo de la TDT.
Pero muchos usuarios que hoy tienen cable tal vez no se vean tentados a comprar el conversor para ver la TDT en sus hogares.
–Quizás en las ciudades muchos no opten por cambiar y se queden en la televisión por cable, pero los hogares que hoy no tienen esa opción se van a ver beneficiados con el nuevo sistema, sobre todo los que viven afuera de las grandes ciudades. Una vez que se instalen las torres de transmisión, el área de cobertura va a ser muy amplia. La Argentina tiene una población cercana a los 40 millones de habitantes. Estamos hablando de un mercado importante
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