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Domingo, 25 de abril de 2010
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R茅plica a la respuesta de Gustavo Grobocopatel

M谩s debate por la soja

La entrevista a Gustavo Grobocopatel publicada en Cash provoc贸 la reacci贸n de los investigadores Teubal y Giarracca. Luego, el empresario agropecuario les respondi贸, y ahora esos especialistas nuevamente salieron al cruce de sus afirmaciones.

Por Norma Giarracca y Miguel Teubal

Si bien no es nuestro estilo discutir con agentes econ贸micos a quienes solemos entrevistar e incorporar en nuestras investigaciones, en este caso fuimos nosotros quienes iniciamos el debate y trataremos de responder a Gustavo Grobocopatel. Simplemente haremos expl铆citos los datos estad铆sticos que respaldan nuestros dichos e interpretaciones y finalmente realizaremos dos peque帽os comentarios.

Cuando Grobocopatel dice que el modelo agropecuario 鈥渉izo que Argentina produzca tres veces m谩s en 20 a帽os鈥, inferimos que se refiere a la producci贸n granaria, que aument贸 de 38,2 millones de toneladas en 1990/91 a 93,1 millones de toneladas en la campa帽a 2007/8. Este crecimiento se bas贸 en gran medida en la producci贸n sojera, mientras que para los dem谩s cereales y oleaginosos la producci贸n aument贸 mucho menos, se estanc贸 o se redujo. En este mismo per铆odo la producci贸n sojera aument贸 de 10,8 millones de toneladas en 1990/91 a 35 millones en 2002/2003 y a 47 millones en 2008/2009. Estimaciones corrientes establecen una producci贸n sojera record para el corriente a帽o de 53 millones de toneladas (Cash, 18/4/2010). La soja representaba 10,6 por ciento de la producci贸n granaria total en 1980/81, pas贸 a representar el 28,4 por ciento en diez a帽os despu茅s y al 50 por ciento en el 2007/2008. Igual tendencia ocurri贸 con la superficie destinada a la producci贸n sojera, que en la actualidad, con 16,6 millones de hect谩reas de soja, representa el 53 por ciento del total. Entre 1990/91 y 2007/8, 60 por ciento del aumento de la producci贸n granaria total correspondi贸 a la soja.

La soja es un producto de exportaci贸n; no es un producto de consumo masivo y en el proceso de estos 煤ltimos a帽os result贸 un sustituto de otros productos alimentarios y de consumo popular. Por eso el gran aumento de la producci贸n agropecuaria no se tradujo en una mayor disponibilidad de alimentos para la mayor铆a de la poblaci贸n. No s贸lo se produce menos trigo per c谩pita, un alimento de consumo masivo, sino que la producci贸n de carne en 2008 es igual a la de 1980: el stock ganadero de 51 millones de cabezas se redujo en un 17 por ciento con relaci贸n a 1977. Tambi茅n la producci贸n de l谩cteos es igual a 15 a帽os atr谩s, cuando en el pa铆s hab铆a el doble de la cantidad de tambos que existen en la actualidad y la poblaci贸n ha crecido en ese per铆odo.

Tambi茅n se ha expandido la soja hacia el interior del pa铆s, sustituyendo al algod贸n en el Chaco y a otros cultivos industriales y producciones alimentarias locales en otras regiones. Asimismo avanza sobre la yunga, y el bosque nativo en Salta, Santiago del Estero y Formosa, donde con violencia se desplazan a campesinos y comunidades ind铆genas. En Santiago del Estero se deforestaron en el per铆odo 2002/2006 m谩s de 515 mil hect谩reas; en Salta, 477 mil; y en Santa Fe, 3.553.290 hect谩reas.

Tampoco es cierto que esta expansi贸n agropecuaria basada en el modelo sojero haya reducido los costos de los alimentos y facilitado el acceso a la alimentaci贸n. Todo lo contrario. No ha habido una ca铆da en los precios de los alimentos. Y en la coyuntura inflacionaria actual los alimentos lideran los aumentos de precios en general como lo vinieron haciendo en la d茅cada de los noventa, incidiendo significativamente sobre el presupuesto familiar de los sectores de m谩s bajos ingresos.

El consumo per c谩pita anual de la leche pasteurizada ha pasado de 3,37 litros/c谩pita en 1999 a 2,87 litros/c谩pita en el 2006. El consumo anual de la yerba mate pas贸 de 8,20 kg/per c谩pita en 1999 a 6,01 kg/per c谩pita en 2006. Y la harina de trigo baj贸 su consumo de 84,5 kg/per c谩pita en 1999 a 83,7 kg/per c谩pita en 2006. En cambio, el consumo de aceite de soja aument贸 de 3,71 litros por a帽o per c谩pita a 12,81 litros por a帽o, sustituy茅ndose el consumo del aceite de girasol (se redujo de 12 litros en 2000 a 9,6 litros en 2006).

Los consumos per c谩pita de la poblaci贸n o en el consumo aparente no registran aumentos, y menos a煤n con relaci贸n a los incrementos de productividad, que en muchos casos no fueron tan significativos como se pregonan. En s铆ntesis, cuando planteamos reflexionar sobre los cambios agrarios y sus efectos en la alimentaci贸n 鈥搈ostremos o no los datos鈥, la informaci贸n confiable est谩 sustentando nuestras palabras as铆 como una larga experiencia de 鈥渃ampo鈥 recorriendo distintas realidades nacionales.

En segundo lugar, Grobocopatel insiste en el argumento de que la siembra directa es una medida ambientalista y que el glifosato no es el peor agroqu铆mico que existe, o bien es inocuo. Durante 2009, la superficie implantada con soja recibi贸 m谩s de 200 millones de litros de glifosato, un aumento de m谩s del 1400 por ciento de lo aplicado en 1996 (14 millones de litros). A este herbicida, parte indispensable de la siembra directa y del paquete tecnol贸gico que involucra al modelo sojero, se suman las aplicaciones de 2-4D, atrazina y endosulf谩n, los cuales sumar谩n entre 32 y 37 millones de litros. Son m煤ltiples las consecuencias de la fumigaci贸n masiva de la soja con estos productos: se han afectado pobladores y existen s贸lidas denuncias basadas en registros de m茅dicos hospitalarios de las regiones fumigadas que as铆 lo establecen.

Por 煤ltimo, Grobocopatel tiene raz贸n cuando dice que no est谩 clara nuestra opci贸n de desarrollo pues, en efecto, formamos parte de un grupo grande de especialistas e intelectuales de todo el mundo que se ocupa justamente de generar cr铆ticas activas al 鈥渄esarrollo鈥 y en particular al que hoy denominamos 鈥渆xtractivista鈥. Intelectuales y especialistas de todo el mundo, as铆 como un interesante grupo de argentinos, emprendimos esta importante tarea de desactivar la narrativa que eternamente promete progreso, trabajo, bienestar como un futuro al que nunca se alcanza. Fuimos y seremos 鈥減ueblos sin desarrollo鈥 por 鈥渁lgo鈥 que siempre nos falta (y nos faltar谩). Pero tambi茅n estamos atentos a otras voces que proponen mediante pr谩cticas concretas otros modos de reproducci贸n material de la vida, de relaci贸n con la naturaleza, de respeto entre los hombres, de equidad social, de justicia, libertad. Son propuestas que recorren la Am茅rica latina y un mundo horrorizado por el futuro de cambio y hostilidad clim谩tica as铆 como la imparable hostilidad geol贸gica. Son propuestas que recuperan otros epistemas (otro modo de conocer/nos) que ya la Canciller铆a de Bolivia plasm贸 en un libro y que muchos pa铆ses discuten para dotarlas de sentido de acuerdo a sus propias culturas.

Por 煤ltimo, Gino Germani se sentir铆a muy orgulloso de todo el conocimiento, debate e intervenciones que producen muchos investigadores de todas las generaciones del Instituto que lleva su nombre en la Universidad de Buenos Aires. Ya lo dijo Pierre Bourdieu, la sociolog铆a (y muchas otras disciplinas) es 鈥渦na ciencia que incomoda鈥. Son disciplinas que aun guardando todas las reglas de la generaci贸n de conocimiento no son neutrales. No se puede ser neutral frente al sufrimiento social, y por lo tanto son portadores de las 鈥渕alas noticias鈥 en los momentos en que las narrativas del orden (鈥渄esarrollo extractivo鈥, en este caso) necesitan consenso social y vuelven a prometer lo que no pueden cumplir

* Soci贸loga, titular de Sociolog铆a Rural e Investigadora en el Instituto Gino Gemani (IIGG) - UBA.

** Economista, doctor en Econom铆a Agraria. Investigador superior en el IIGG.

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