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Domingo, 14 de noviembre de 2010
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Conservadurismo, progresismo y consistencia econ贸mica

Cuatro cuadrantes

La ley del 82 por ciento m贸vil para las jubilaciones, finalmente vetada por el Poder Ejecutivo, convoca a un interesante ejercicio de an谩lisis sobre la posici贸n que asumieron diferentes fuerzas pol铆ticas.

Por Alejandro Vanoli *
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La ley del 82 por ciento dispon铆a erogaciones sin su fuente de financiamiento.

El an谩lisis de la articulaci贸n del concepto de progresismo y consistencia econ贸mica es un interesante ejercicio para arrojar cierta luz sobre la discusi贸n desatada en los 煤ltimos meses alrededor de la ley del 82 por ciento m贸vil. Ley que finalmente fuera vetada por el PE nacional, decisi贸n apoyada en la racionalidad econ贸mica y la equidad distributiva.

Entre los cuestionamientos a la ley vetada, puede se帽alarse que dispon铆a erogaciones sin indicar su fuente de financiamiento, en una clara violaci贸n del art铆culo 38 de la Ley de Administraci贸n Financiera, a la vez que estipulaba l铆mites al Fondo de Garant铆a de Sustentabilidad (FGS), combinaci贸n de factores que implicaba malvender activos, generando una p茅rdida estimada 鈥揺n forma conservadora鈥 del 20 por ciento.

Es necesario tener presente cu谩l es la raz贸n de ser de un sistema previsional solidario y de la figura del FGS. Su existencia tiene por objeto garantizar a los jubilados y pensionados actuales y futuros una remuneraci贸n acorde, sujeta a la sustentabilidad del sistema en el mediano y largo plazo. M谩s a煤n, el mismo debiera ser entendido como un fondo que act煤a en forma contrac铆clica, ahorrando en los momentos alcistas del ciclo econ贸mico para poder hacer frente a los bajistas, cuando, teniendo en cuenta la estructura de la pir谩mide poblacional, las obligaciones en relaci贸n con las contribuciones se incrementen.

El veto es adem谩s justificado en aras de la equidad social, ya que implicaba aplicar el 82 por ciento m贸vil para todos los haberes previsionales, sin seguir ning煤n criterio de redistribuci贸n progresiva que mejore el nivel de vida de los sectores m谩s necesitados.

En t茅rminos anal铆ticos, se podr铆a trazar dos ejes delimitando cuatro cuadrantes en donde se ubiquen la ideolog铆a y la racionalidad de las medidas que han tomado diferentes gobiernos a lo largo del tiempo.

1. Conservadurismo Consistente.

Comenzando cronol贸gicamente con los a帽os 鈥30, se podr铆a catalogar la D茅cada Infame como un conservadurismo econ贸mico consistente, debido a que si bien el gobierno mantuvo un inadmisible statu quo en materia social, recurriendo sistem谩ticamente al 鈥渇raude patri贸tico鈥 y signado por los esc谩ndalos de corrupci贸n, fue consistente en la recuperaci贸n de los equilibrios macro y cre贸 instituciones valiosas como las Juntas Reguladoras y el Banco Central.

2. Conservadurismo Inconsistente.

Por su parte, y manteni茅ndonos en el cuadrante del conservadurismo pol铆tico y el liberalismo econ贸mico, podemos encontrar en la dictadura iniciada en 1976 y en la d茅cada de los 鈥90 un conservadurismo inconsistente. En ambos casos se asisti贸 a un modelo de apertura irrestricta, extranjerizaci贸n de la econom铆a, desindustrializaci贸n, desempleo, ajuste y endeudamiento que desemboc贸 en ambos casos en grav铆simas crisis fiscales, externas y financieras. Tanto la gesti贸n econ贸mica de Mart铆nez de Hoz como la de Cavallo en los noventa fallaron en establecer un modelo econ贸mico consistente en el tiempo, favoreciendo a un reducido y concentrado sector econ贸mico de la sociedad.

3. Progresismo Nacional y Popular Consistente.

En el cuadrante opuesto, es decir en el del progresismo consistente, se encuentra la gesti贸n iniciada en 2003 hasta el presente. La Argentina se recuper贸 de la peor crisis de su historia econ贸mica con progresismo y racionalidad. Se experiment贸 un fuerte incremento en los niveles de actividad y de empleo, la inversi贸n social pas贸 a ser una prioridad indiscutida, se consigui贸 la autonom铆a econ贸mica con una firme negociaci贸n con los acreedores, se promovi贸 un tipo de cambio competitivo y se prioriz贸 el desarrollo de un modelo de crecimiento end贸geno. A diferencia del crecimiento espurio de los noventa, basado en el endeudamiento y el consumo suntuoso, el crecimiento de esta d茅cada fue sustentable, basado en la producci贸n y el consumo popular, en el desendeudamiento, en la acumulaci贸n de reservas y en el mantenimiento de super谩vits gemelos. En ese marco fue posible sextuplicar las jubilaciones y pensiones m铆nimas congeladas en 150 pesos desde la convertibilidad.

4. Progresismo Inconsistente (o seudoprogresismo).

Existen diferentes procesos econ贸micos-sociales en Am茅rica latina y en Argentina que tuvieron una intencionalidad progresista pero descuidaron la consistencia econ贸mica o no pudieron lograr relaciones de fuerza que permitieran impedir la desestabilizaci贸n de los sectores econ贸micos concentrados. Bajo este marco, hay quienes de buena fe sostienen deseables consignas y quienes de mala fe s贸lo pretenden manipular las leg铆timas aspiraciones de los sectores pasivos. En este sentido, y en relaci贸n con la iniciativa del 82 por ciento m贸vil, se aprecia una convergencia de facto entre los sectores seudoprogresistas y los conservadores inconsistentes.

Muchos conservadores irracionales del cuadrante 2 y seudoprogresistas del 4 contrastan el 鈥減rogresismo racional鈥 de Chile, Uruguay o Brasil, pa铆ses en donde a ning煤n legislador progresista o racional se le ocurrir铆a proponer una ley inconsistente. Seguramente muchos conservadores 鈥渞acionales鈥 y los mismos conservadores irracionales y seudoprogresistas, adem谩s de ciertos sectores de prensa que siempre aplaudieron los ajustes, hubiesen aplaudido a rabiar, seg煤n el caso, un eventual veto de Lula, Bachelet, Pi帽era, V谩zquez o Mujica ante un escenario similar.

Algunos de estos sectores congelaron y hasta recortaron las jubilaciones un 13 por ciento, posteriormente se opusieron a la gesti贸n p煤blica de la seguridad social y ahora buscan dinamitar los m谩rgenes fiscales del actual gobierno, no percibiendo el flaco favor que le hacen a las generaciones actuales y venideras en su conjunto.

Por ende, para obtener logros sustentables de progreso econ贸mico y social, junto a reformas que permitan un cambio estructural, propiciando una redistribuci贸n m谩s justa de la riqueza, es preciso avanzar sobre acciones que no sean promesas tanto vanas como ef铆meras. Lo expuesto requiere evitar los 鈥搈uchas veces tentadores鈥 atajos y llevar adelante pol铆ticas que concilien mejoras sociales con las condiciones econ贸micas que las hagan profundas y duraderas

* Presidente de la Comisi贸n Nacional de Valores y miembro del Plan F茅nix.

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