El empleo femenino remunerado se concentra en los servicios y, en menor medida, en el comercio. En cambio, las tasas de feminizaci贸n son reducidas en el rubro manufacturero. Ese mapa sectorial del empleo femenino 鈥渢iene implicancias en la din谩mica del empleo. Las ramas de actividad que concentran en mayor medida el empleo femenino explican su mayor estabilidad en relaci贸n con el ciclo econ贸mico, ya que se trata de actividades que tienen una menor elasticidad del empleo frente a la evoluci贸n del Producto, como son la salud y la educaci贸n, actividades que duplican la tasa de feminidad del conjunto de la econom铆a鈥, explican Ana Sof铆a Rojo y Luc铆a Tumini en Patrones de segregaci贸n de g茅nero en los sectores del empleo.
Los principales indicadores revelan la existencia de profundas inequidades de g茅nero en el mercado laboral argentino. Las mujeres ostentan mayores niveles de desocupaci贸n e informalidad 鈥搚 perciben menores remuneraciones鈥 que los trabajadores varones. A su vez, las divergentes tasas de actividad tambi茅n dan cuenta de la desigualdad reinante. En ese sentido, las reducidas tasas femeninas revelan una doble cuesti贸n:
1. La existencia de mayores dificultades de acceso al mercado de trabajo remunerado, y
2. las tareas del cuidado de ni帽os, ancianos y del hogar en general recaen mayoritariamente sobre el universo femenino.
El tiempo dedicado por las mujeres de la ciudad de Buenos Aires a las tareas de cuidado y limpieza triplicaba al destinado por los hombres, de acuerdo con datos brindados por Valeria Esquivel en 鈥淯so del tiempo en la ciudad de Buenos Aires鈥. Por su parte, una investigaci贸n de la Universidad Nacional de San Mart铆n revel贸 que el 88 por ciento de las mujeres contra apenas el 10,6 por ciento de los hombres se ocupan del cuidado de los ni帽os menores de cinco a帽os.
En el documento La econom铆a de cuidado en la agenda para el desarrollo, las economistas Cynthia de Paz y Luc铆a Cirmi Ob贸n sostienen que 鈥渓a invisibilidad de la econom铆a del cuidado y la consecuente persistencia de las desigualdades en la distribuci贸n de cuidado han derivado en la pr谩ctica en una legislaci贸n laboral diferenciada seg煤n el sexo, que se construy贸 entendiendo que son las mujeres quienes deben conciliar ambas actividades. Por ejemplo, el apartado sobre licencias de la Ley de Contrato de Trabajo 20.744 otorga noventa d铆as a las trabajadoras embarazadas y s贸lo dos d铆as a los trabajadores del sexo opuesto鈥. Por el contrario, las leyes de los pa铆ses escandinavos tienden a remover esos obst谩culos que dificultan la inserci贸n femenina en el mundo laboral remunerado.
En Francia tambi茅n existe legislaci贸n en el mismo sentido. Por ejemplo, el programa PAJE (prestaci贸n de acogida al reci茅n nacido) ofrece a las familias un extendido sistema de guarder铆as p煤blicas o, en su defecto, la concurrencia al domicilio particular de personal calificado durante los primeros a帽os de vida del ni帽o. Ese servicio es gratuito para el caso de aquellas familias de menores ingresos. Adem谩s, 鈥渓os padres tambi茅n pueden optar por tomar una licencia extensa de trabajo, remunerada por el Estado, en la que ellos mismos se convierten en los cuidadores鈥, detallan Cirmi Ob贸n y De Paz.
En Latinoam茅rica, la legislaci贸n chilena prev茅 una licencia por maternidad extendida (42 d铆as preparto y 84 d铆as posparto) y un permiso posnatal de 12 semanas cobrando un ciento por ciento de subsidio o media jornada durante 18 semanas percibiendo un 50 por ciento de subsidio. El padre puede utilizar las 煤ltimas seis semanas de la licencia posnatal en reemplazo de la madre. En Brasil, la legislaci贸n 鈥搗igente desde 1998鈥 garantiza la provisi贸n de cuidados infantiles durante el per铆odo de lactancia.
鈥淎rgentina puede hoy encarar la visibilizaci贸n del trabajo de cuidado como una transformaci贸n que elimine la desigualdad de oportunidades entre los sexos鈥, concluyen De Paz y Cirmi Ob贸n.
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