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Domingo, 10 de febrero de 2013
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El tipo de crecimiento de la econom铆a brasile帽a

Ahorro externo

Por Esteban Actis *

La pol铆tica econ贸mica implementada por la coalici贸n de gobierno que lidera el PT en Brasil desde el 2003 ha sido objeto de profundos debates. Desde algunos sectores se resaltan las rupturas con la estrategia de desarrollo de sus predecesores (Collor de Mello, Itamar Franco y Fernando Henrique Cardoso) producto de un involucramiento mayor del Estado en la econom铆a. La visi贸n neodesarrollista se sustenta en la aplicaci贸n de ciertas pol铆ticas industriales (Programa de Aceleraci贸n al Crecimiento I y II, Plan Brasil Mayor) y en la transferencia de renta a los sectores m谩s vulnerables (Plan Bolsa Familia). Desde el otro lado de la vereda, se argumenta que no ha habido una modificaci贸n sustancial en el proyecto econ贸mico dada la continuaci贸n de una pol铆tica macroecon贸mica ortodoxa (altas tasas de inter茅s, tipo de cambio revaluado por ejemplo).

En el caso de Brasil ambos argumentos no son excluyentes. Desde el 2003 la estrategia adoptada por el gigante sudamericano tiene caracter铆sticas h铆bridas y puede definirse como 鈥渘eodesarrollista heterodoxa鈥. Neodesarrollista en su concepci贸n de que el rol del Estado es vital para lograr una transformaci贸n productiva m谩s all谩 del ritmo natural del mercado, y heterodoxa en el sentido de que abandona las nuevas (de ah铆 鈥渘eo鈥) premisas del desarrollismo en tener una pol铆tica macroecon贸mica funcional a la competitividad de los sectores productivos. Ahora bien, si bien los resultados de dicha estrategia son controvertidos, desde el 2006 se viene profundizando un efecto insoslayable de la aplicaci贸n de la estrategia en cuesti贸n: crecimiento econ贸mico con ahorro externo. El funcionamiento de la balanza de pagos muestra que la econom铆a brasile帽a apuesta a un crecimiento (magro en los 煤ltimos a帽os) ex贸geno a partir del constante arribo de capitales extranjeros que cubren holgadamente el creciente d茅ficit de la cuenta corriente. Veamos algunos n煤meros: si bien Brasil conserva a煤n un super谩vit comercial, el mismo se ha ido achicando. De un ingreso de divisas comercial de 46.457 millones de d贸lares en 2006 a 19.431 millones en 2012. Los datos de enero del presente a帽o no son alentadores. De acuerdo a los recientes datos publicados por el Minist茅rio do Desenvolvimento, Ind煤stria e Com茅rcio Exterior el d茅ficit comercial de ese mes fue de 4035 millones de d贸lares, el peor resultado mensual de la serie hist贸rica que elabora Brasil. No obstante, la balanza comercial no revela el d茅ficit de 54.346 millones de d贸lares de la cuenta corriente. El rubro 鈥淩entas鈥 explica gran parte del d茅ficit debido al egreso de m谩s de 35.000 millones de d贸lares en 2012.

Brasil se ha convertido desde 2008 en una de las plazas preferidas por los inversionistas extranjeros que buscan rentabilidad en el mundo en desarrollo. La Cuenta Capital y Financiera pas贸 de ser deficitaria por 9464 millones de d贸lares en 2006 a superavitaria en 112.380 millones de d贸lares en 2011. El a帽o pasado el super谩vit se achic贸 un poco pero continu贸 en montos elevados: 74.639 millones. La masiva entrada de capitales explica el comportamiento de la cuenta 鈥淩entas鈥, el lucro corriente de los inversionistas extranjeros que se va de Brasil. Empero, un dato parece alentador. En el interregno 2009-2012 se observa una ca铆da del ingreso de inversiones en cartera (de 50.000 a 8200 millones de d贸lares) y un fuerte incremento de Inversi贸n Extranjera Directa (de 26.000 a 65.000 millones de d贸lares). Distintas medidas del gobierno han cambiado los incentivos de la inversi贸n, dejando de lado los capitales especulativos que buscan activos financieros para dar paso a la atracci贸n de inversi贸n productiva con efecto positivo para la econom铆a. Hoy Brasil se encuentra entre los cinco principales destinos de IED del mundo.

A pesar de este 煤ltimo dato, el caso argentino durante los noventa (sin pretender comparar ambos procesos) evidenci贸 que sustentar el crecimiento de la econom铆a con el ahorro externo tiene sus riesgos. A pesar de que Brasil es un actor con mayor peso en el sistema internacional, la globalizaci贸n imperante ha mostrado que incluso las principales potencias no influyen en la toma de decisi贸n del capital global, siendo vulnerables a cambios de la econom铆a internacional. La m谩xima del pensamiento estructuralista de 鈥渧ivir con lo nuestro鈥 parece inviable, no obstante la excesiva apuesta al ahorro externo tampoco parece un camino aconsejable

* Licenciado en Relaciones Internacionales. Becario doctoral del Conicet. Docente de la UNR.

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