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El exponencial crecimiento que durante los últimos años experimentaron en la Argentina los negocios en base a franquicias no sólo exhibe el cambio de paradigma de muchos comerciantes sino que también es la prueba del fuerte aumento del consumo interno, como así también de la tendencia a la concentración del capital. Actualmente, de acuerdo con la Asociación Argentina de Marcas y Franquicias (AAMF), la facturación de este modelo de negocios representa el 2 por ciento del PBI, al canalizar el 22 por ciento de las ventas minoristas mediante 612 cadenas que ofrecen sus productos y servicios a través de 27.500 puntos de venta, lo cual genera además cerca de 200.000 empleos directos. Mucho tiene que ver en este presente lo sucedido entre 2009 y 2012, cuando según la AAMF la base total de locales franquiciados se incrementó en un 38 por ciento. Pero más allá de este lapso, el crecimiento se muestra sostenido desde principios de los noventa, años en que sólo 30 empresas ofrecían franquicias, empleando a un total de 4000 personas.
Según afirma a Cash Ricardo González, gerente de la AAMF, entre los principales motivos de este auge se encuentra “el trabajo de difusión por parte de la Asociación, así como las mayores líneas de crédito públicas y privadas que se dieron durante los últimos años”. Asimismo, resalta el dato de que “mientras que la tasa de mortalidad de los franquiciados es de un diez por ciento en los cinco primero años, en los demás comercios minoristas trepa al setenta por ciento durante los primeros tres años”.
El denominado “franchising”, que en 2012 facturó cerca de 40.000 millones de pesos, no sólo crece de forma exponencial, sino que además lo hace desde un sentido nacional. Pese a la percepción de que estas cadenas son en su mayor parte de origen extranjero, desde la consultora América Económica y otras fuentes del mercado se sostiene que casi el 90 por ciento de las franquicias son de marcas argentinas, sobre las cuales, además, aproximadamente el 20 por ciento también exporta su modelo de negocios. Según la ministra de Industria Débora Giorgi, la Argentina es el país que más franquicias exporta a toda la región, lo cual se traduce en entradas de divisas para el país.
Entre las marcas franquiciadas más importantes se encuentran, dentro del rubro gastronómico, las Heladerías Grido, Havanna, The Coffe, Bonafide, Freddo, Café Martínez, Delicity, Sandwicherías La Fábrica y El Noble; en indumentaria, Pampero, Cardón, Cheeky, Mimo & Co., Lacoste, Kevingston y La Martina; y en limpieza, Pronto Wash y Lave Rap.
Estos primeros dos rubros son los que acaparan el grueso de las franquicias, al reunir casi el 70 por ciento del total. Gastronomía cuenta con alrededor del 40 por ciento, mientras que indumentaria, el 30, y luego le siguen Cosmética y Belleza, Capacitación, Turismo, y Jugueterías.
El “boom” parece estar lejos de detenerse. Según una investigación realizada por la AAMF en febrero de este año, el 87 por ciento de los franquiciados se mostraba “optimista” con el desarrollo de su negocio, y planeaba expandirse geográficamente. El auge tiene su contracara en la concentración económica que genera, pues mientras que los otorgadores de franquicias se benefician con cada local que abre con su marca, muchos comercios minoristas tradicionales deben resignarse a convertirse en franquiciados dependientes, y otros deben directamente cerrar sus puertas frente a esta competencia. Entre las principales dificultades, se cuentan la necesidad de competir con negocios que operan con menores costos debido a la producción a escala, mayores volúmenes de facturación, y el apoyo que reciben en marketing y publicidad. Según la consultora Centro Franchising, mientras que sólo el 26 por ciento de los negocios tradicionales subsisten una década, en el caso de las franquicias, la proporción se eleva al 95 por ciento.
González prefiere destacar la oportunidad que este sistema otorga a los pequeños comerciantes: “Gracias a las franquicias, muchas familias han logrado emprender negocios con los beneficios de la economía a escala y la protección que se brinda. Muchas de ellas, tampoco habrían logrado llevar adelante su comercio sin contar con la experiencia de trabajo que otorga una franquicia”
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