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Domingo, 10 de noviembre de 2013
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Oligopolios, pymes, productividad y trabajadores

Puja distributiva e inflaci贸n

La distribuci贸n del ingreso dentro de los sectores del capital muestra fuertes asimetr铆as y refleja un aspecto importante de la puja distributiva.

Por Emilio Katz *
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En diez a帽os, el PBI industrial se duplic贸, creci贸 la ocupaci贸n laboral, la productividad y mejor贸 el salario real.

En el suplemento Cash se han publicado varios art铆culos sobre oligopolios e inflaci贸n. Uno de ellos, partiendo de un trabajo del Estudio Bein sobre la evoluci贸n del salario real de los trabajadores y de los 鈥渕谩rgenes unitarios鈥 de los productos del sector industrial para los 煤ltimos diez a帽os, arriesga algunas conclusiones sobre qui茅nes resultaron los verdaderos ganadores en la puja distributiva y adem谩s considera que la inflaci贸n no puede ser atribuida a la acci贸n remarcadora de los oligopolios o monopolios, sino que 茅stos perdieron en la puja distributiva; aunque no todos hayan perdido por igual. Frente a postulados de tal magnitud, intentar茅 volcar algunas reflexiones con el 谩nimo de aportar al debate sobre cuestiones que hoy ocupan un lugar importante en la confrontaci贸n ideol贸gica.

La puja distributiva nace con el modo de producci贸n capitalista, en cuyo contexto (y en distinto grado seg煤n la correlaci贸n de fuerzas de cada etapa) obreros y patrones disputan las proporciones en que habr谩 de distribuirse la riqueza generada en el proceso productivo. El desarrollo y consolidaci贸n del capitalismo fue evidenciando un proceso de concentraci贸n de la riqueza cada vez m谩s acentuado, en el que oligopolios y/o monopolios pasaron a controlar el poder econ贸mico y el poder pol铆tico de los Estados. Si se analiza el caso de Am茅rica latina, se observan dos situaciones diferentes. Por un lado, pa铆ses como Chile y Colombia, donde obviamente hay puja distributiva y sin embargo los 铆ndices de inflaci贸n son relativamente bajos. Por el otro, los casos de Argentina y Venezuela, donde los 铆ndices son m谩s altos. Es posible suponer que en los dos primeros es porque sus gobiernos tienen mayor afinidad ideol贸gica con el poder econ贸mico, por no decir que representan sus intereses. En cambio, en Argentina y Venezuela, sus gobiernos, elegidos ambos por m谩s del 50 por ciento del voto popular, son fuertemente resistidos por los grupos m谩s concentrados de la econom铆a y levantan el tema de la inflaci贸n (de la cual son los primeros responsables) como uno de los elementos centrales de sus reclamos.

Los aumentos salariales que se acuerdan en paritarias por sector repercuten en las estructuras de costos de las empresas de distinta manera:

- En las mipymes, donde se genera el 70 por ciento del empleo de mano de obra y el 40 por ciento del PBI y cuyo proceso productivo es de mano de obra intensivo, todo aumento salarial afecta la estructura de costos en un 25 por ciento aproximadamente.

- Por el contrario, en las grandes empresas monop贸licas u oligop贸licas, que producen con capital fijo intensivo y altos niveles de robotizaci贸n, el aumento salarial repercute en un 5 por ciento en la estructura de costos. Este grupo de empresas tiene la capacidad de fijar precios a su arbitrio. Cada vez que estas empresas trasladan el aumento salarial a los precios por encima del 5 por ciento, obtienen una ganancia extraordinaria y es causal de inflaci贸n.

Es bueno recordar que cuando se dispuso la Asignaci贸n Universal por Hijo, la industria alimentaria, altamente concentrada, remarc贸 precios al instante sin ninguna modificaci贸n en su estructura de costos, capturando, as铆, una parte importante del subsidio. Veamos los indicadores 鈥渁proximados鈥 que surgen de ese informe. Los 鈥渕谩rgenes unitarios鈥 de los productos del sector industrial descendieron un 10 por ciento desde 2002 a 2012. Con diciembre de 2001 como base 100, los salarios del sector privado registrado se encontraban en 2012 en 141,5 y los del sector privado informal en 123.

Estos indicadores, por s铆 solos, son insuficientes para sacar conclusiones. No es correcto asimilar un indicador de todo el sector industrial a una reducida cantidad de oligopolios y/o monopolios generadores de precios. No se toma en cuenta el fuerte incremento en la productividad de la mano de obra, que incide en una ca铆da del salario por unidad, muy superior a la del 鈥渕argen unitario鈥. Esa diferencia, que es apropiada por los sectores m谩s concentrados, constituye una ganancia extraordinaria y es parte integrante de la puja distributiva.

La distribuci贸n del ingreso dentro de los sectores del capital muestra fuertes asimetr铆as y refleja un aspecto importante de la puja distributiva. Las empresas concentradas, fijadoras de precios, les imponen a las mipymes, v铆a precios de insumos, fuertes condicionamientos que disminuyen su rentabilidad.

En resumen, al cabo de diez a帽os el PBI industrial se duplic贸, creci贸 el nivel de ocupaci贸n laboral, aument贸 la productividad, mejor贸 el salario real. Al mismo tiempo, el proceso de concentraci贸n de la econom铆a continu贸 profundiz谩ndose y un grupo peque帽o de empresas, con el poder suficiente para fijar precios a su arbitrio, se fue quedando con parte de la riqueza generada en los diferentes eslabones de la cadena de valor, como tambi茅n con parte del aumento a los jubilados y del subsidio universal por hijo por la v铆a de la remarcaci贸n lisa y llana de precios de aquellos productos que integran la canasta familiar, y con parte del valor resultante de la mayor productividad de la mano de obra.

La mejora en el salario real no les fue extra铆da a los oligopolios, sino que fue resultante de una mayor creaci贸n de valor, se volc贸 al consumo y actu贸 como dinamizador del mercado interno y por ende, de toda la actividad econ贸mica

* Economista, dirigente de Apyme y directivo de Caibyn.

emiliokatz@hotmail.com

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