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Domingo, 10 de agosto de 2014
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Planificaci贸n urbana, inversi贸n en infraestructura y viviendas

Derecho a la ciudad

El suelo urbano y la vivienda deben ser preservados y regulados de tal forma que se impida la especulaci贸n. Si los mercados definen la organizaci贸n de la ciudad se profundizar谩 la fragmentaci贸n urbana.

Por Roxana Mazzola y Cecilia Larivera *
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鈥淟a fragmentaci贸n socioterritorial se profundiza con el incipiente desarrollo inmobiliario.鈥

El acceso justo al h谩bitat es algo m谩s complejo que la construcci贸n masiva y estandarizada de viviendas y parte de un recurso primario que es el suelo. Una familia necesita suelo urbanizado, una parcela con agua y cloaca en la cual levantar su vivienda. Se han implementado varias pol铆ticas que inciden en la problem谩tica habitacional, pero 茅stas se vieron acompa帽adas de fuertes especulaciones en el precio del suelo y alzas en los materiales de la construcci贸n por los monopolios existentes. Si el suelo es una mercanc铆a en la cadena productiva de la ciudad, la desigualdad social se acent煤a. El Estado tiene que actuar r谩pidamente, con un bagaje de instrumentos que acompa帽en una toma de decisi贸n pol铆tica donde primen los derechos ciudadanos por sobre los intereses de los mercados.

Uno de los ganadores de la desigualdad parte de la desigualdad patrimonial. Esta se remonta al pasado colonial y al predominio de las familias terratenientes de fines del siglo XVIII, que aspiraban a la riqueza proveniente del trabajo de la tierra y su acumulaci贸n para el arriendo. Su vinculaci贸n con la inserci贸n agroexportadora del pa铆s es directa y ha sentado los cimientos de un modelo territorial nacional excluyente.

Con la desindustrializaci贸n y especulaci贸n financiera impulsada por la dictadura de 1976 se apuntal贸 tambi茅n un proceso de mercantilizaci贸n del suelo. Indujeron su despliegue los par谩metros establecidos por los c贸digos de uso de suelo y los sucesivos c贸digos de edificaci贸n que modificaron el car谩cter de su valorizaci贸n al cambiar su uso, densidad y ocupaci贸n. A fin de cuentas, una valorizaci贸n selecta en el acceso a los beneficios de la ciudad que excluy贸 a los m谩s d茅biles. La expulsi贸n de la poblaci贸n de la Capital Federal al conurbano fue una de las tantas medidas desplegadas.

En los noventa la fragmentaci贸n socioterritorial se profundiza con el incipiente desarrollo inmobiliario, acrecentado en el crecimiento de la periferia. El modelo de urbanizaci贸n instalado ha sido el de los barrios cerrados, especialmente en el corredor noroeste de la Regi贸n Metropolitana de Buenos Aires, fomentado en gran medida por la inversi贸n en la extensi贸n y ampliaci贸n de vialidades, los par谩metros especulativos de densidades y tama帽os de lotes que se posibilitaron a partir del decreto-ley 8912/77 de la provincia de Buenos Aires. De esta forma quienes no pod铆an acceder a la oferta del mercado se vieron limitados en el acceso a una vivienda digna, por ende acudieron a soluciones alternativas en zonas vulnerables, donde los beneficios de la ciudad no siempre se hicieron presentes.

Otra medida que se despleg贸 fue la privatizaci贸n de los servicios de infraestructura b谩sica, sumado a una desinversi贸n en la extensi贸n de servicios p煤blicos, por ejemplo de empresas como Aguas Argentinas, que dejaron de invertir aduciendo escaso recupero.

As铆 el slogan 鈥渕erecer la ciudad鈥 se fue consolidando especialmente en las grandes ciudades, en desmedro de los derechos colectivos. S贸lo en el interior es posible ver una mayor integraci贸n urbana, aunque no en todos los casos 鈥揾ay excepciones, como Comodoro Rivadavia, la ciudad m谩s cara del pa铆s鈥.

Cuando el Estado volvi贸 a tomar protagonismo a inicios del nuevo milenio, y recuper贸 empresas como AySA se genera un plan de extensi贸n de redes de agua y saneamiento y se desarrollan otras pol铆ticas que empiezan a incidir sobre este sendero de desigualdad.

Derechos

A inicios del siglo XXI el desaf铆o es a煤n mayor. Las ciudades reflejan la desigualdad social y en su crecimiento contribuyen a reproducirla o incluso la refuerzan y profundizan. M谩s del 90 por ciento de la poblaci贸n del pa铆s vive en zonas urbanas y el 39 por ciento se concentra entre la CABA y el conurbano bonaerense. Las elites se localizan en conos de alta renta, y los pobres en la periferia sin servicios o en zonas devaluadas. Modificarlo es complejo. Nadie cede el poder gratuitamente.

Pol铆ticas p煤blicas como el Procrear y la sanci贸n de la reciente Ley 14.449 de Acceso Justo al H谩bitat en la Provincia de Buenos Aires favorecen condiciones diferenciales para el acceso al techo propio y a la ciudad en sus dimensiones m谩s amplias.

Por un lado, el Procrear permite acceder a cr茅ditos hipotecarios a bajas tasas, garantizando transparencia y confiabilidad en la elegibilidad de los beneficiarios por su adjudicaci贸n a partir de sorteos realizados por Loter铆a Nacional, adem谩s incrementa la generaci贸n de empleo en la construcci贸n, en proveedores de nuevos servicios urbanos, y ampl铆a la actividad del mercado de la construcci贸n, sumado al significativo hecho de concretar el sue帽o de la casa propia. Actualmente, a lo largo y ancho del pa铆s, se encuentran en marcha 113.327 viviendas, de las cuales 79.333 corresponden a l铆neas tradicionales de cr茅dito hipotecario y otras 33.994 se enmarcan en la construcci贸n de 104 desarrollos urban铆sticos. La inversi贸n total estimada es de m谩s de 40.000 millones de pesos.

Por otra parte, la Ley de Acceso Justo al H谩bitat de la Provincia de Buenos Aires, que resulta de una conquista social de lucha sostenida por a帽os por parte de organizaciones sociales y especialistas, establece lineamientos para el fortalecimiento de la regulaci贸n p煤blica sobre el suelo urbano ocioso con la finalidad de desalentar pr谩cticas especulativas, utilizando instrumentos de recuperaci贸n y redistribuci贸n social en la valorizaci贸n de los inmuebles. Tambi茅n impulsa la generaci贸n de un banco de tierra fiscal para futuros desarrollos urban铆sticos e incorpora una l贸gica de desarrollo integral que no s贸lo contempla las viviendas, sino la integraci贸n sociourbana de esas unidades en un loteo que incluye jerarqu铆a vial, dotaci贸n de espacio p煤blico y ejecuci贸n de equipamiento sociocomunitario, entre otros puntos. A ello se agregan la pluralidad en la oferta de soluciones habitacionales, la promoci贸n de la participaci贸n de la poblaci贸n beneficiaria en los procesos de re-urbanizaci贸n, as铆 como la producci贸n social del h谩bitat a trav茅s de procesos que cuenten con modalidades de autogesti贸n y/o autoconstrucci贸n individual o colectiva y la integraci贸n sociourbana de villas y asentamientos precarios.

Muchos han sido los avances en materia habitacional, pero a煤n persisten grandes deudas sociales y se siguen generando nuevos desaf铆os. En el caso del Procrear, uno de ellos ha sido el aumento especulativo de valores del suelo, de las viviendas a estrenar y materiales de construcci贸n. El control de precios, el control del monopolio en algunos insumos y disponibilidad de stock de productos, y la oferta de oficios especializados se han convertido as铆 en desaf铆os centrales. Para contrarrestar algunos de estos obst谩culos, se lanz贸 el registro de comercializadores y empresas que permite nuclear la oferta de inmuebles, se trabaja con los diversos niveles de gobierno para agilizar circuitos administrativos, as铆 como con el programa Precios Cuidados. En el caso de la ley de h谩bitat se esperan grandes retos, tras su reciente reglamentaci贸n.

Desaf铆o urbano

El barrio donde se vive no s贸lo significa pertenencia sino tambi茅n oportunidades para progresar. Desde la planificaci贸n urbana, se deben orientar los par谩metros de crecimiento de las ciudades, y consolidar nuevos polos de desarrollo e inversi贸n, donde el Estado debe ser el gran conductor y regulador del proceso. Esto es vital en la reducci贸n de la desigualdad social, que sin dudas tiene un anclaje territorial.

Actualmente no se juzga la escasez de suelo, por el contrario, falta sostener una pol铆tica de inversi贸n en redes de infraestructura, y una mayor definici贸n en los par谩metros de crecimiento de la urbanizaci贸n, que no s贸lo atiendan la expansi贸n sin l铆mites sino la densificaci贸n de suelo creado. En este contexto, la selecci贸n de predios deber铆a estar orientada a sitios pr贸ximos a los centros y subcentros urbanos para el mayor aprovechamiento racional de las inversiones en equipamientos y redes de servicios. Tambi茅n es necesario atacar con medidas correctivas el suelo ocioso y generar una nueva modalidad de lotes con servicios (agua y cloacas, pavimento, drenajes urbanos, espacio p煤blico, transporte, equipamiento sociocomunitario) a valores subsidiados que complementen la unidad habitacional.

Una nueva pr谩ctica urban铆stica redistributiva se constituye en un 谩ngulo estrat茅gico en la soluci贸n de la desigualdad. Al igual que otros recursos estrat茅gicos como el agua y el petr贸leo, el suelo y la vivienda deben ser preservados y regulados de tal forma que se impida la especulaci贸n con ellos. Si son los mercados de suelo los que definen la organizaci贸n de la ciudad, sin dudas la fragmentaci贸n urbana avanzar谩.

* Especialistas en Pol铆tica Social y en Desarrollo Urbano y Territorial. Cedep.

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