El 鈥渏uicio del siglo鈥, la disputa entre Argentina y los fondos buitre, parec铆a haber llegado a su fin con la sentencia del juez Griesa y la negativa de las Cortes superiores de atender las apelaciones de la Argentina. Lejos de ello, apenas hemos terminado la introducci贸n para pasar al nudo de esta historia.
El incomprensible fallo que obliga a la Argentina a pagar a los buitres un monto que representa un 1600 por ciento de la inversi贸n inicial (a s贸lo 6 a帽os de realizada) ha causado un impresionante revuelo en los 谩mbitos econ贸mico-financieros del mundo. 驴C贸mo resulta admisible que para cumplir con la cl谩usula de pari passu, que se traducir铆a en 鈥渋gualdad de condiciones鈥, un juez sostenga que mientras el 92 por ciento de los bonistas cobra con quitas del orden del 70 por ciento y en sucesivas cuotas, un 1 por ciento de los mismos cobre sin quita y todo en efectivo? Es claro por qu茅 esta noci贸n de justicia llama la atenci贸n.
Considerado de manera realista, la Justicia ha sido puesta a un lado para dar lugar a las represalias. Represalias a un pa铆s perif茅rico que se ha animado a desafiar las reglas t谩citas de un orden jur铆dico y financiero que privilegia a una min煤scula parte de la humanidad en detrimento de la grand铆sima mayor铆a. Para colmo, el pa铆s del sur ha tenido 茅xito: Argentina ha vivido el per铆odo de crecimiento e inclusi贸n m谩s importante de su historia, contrariando las posturas m谩s difundidas por el pensamiento econ贸mico hegem贸nico, mientras lobbistas for谩neos y nacionales se han cansado de pronosticar la ca铆da del modelo. Parece que como el modelo no se cay贸, ahora le quieren meter la traba.
No faltar谩n quienes digan que 茅sta es una mirada conspirativa de la realidad, que los argentinos nos queremos hacer las v铆ctimas para no reconocer errores. Pero lo que est谩 en juego excede absolutamente a la Argentina. Se discuten las facultades y l铆mites que tienen los mercados financieros de inmiscuirse en las decisiones p煤blicas (pol铆ticas) en todo el mundo. Se discute el poder: si quienes determinan las reglas del juego son gobiernos e instituciones multilaterales m谩s o menos democr谩ticas o un peque帽o porcentaje de los m谩s ricos del mundo que especula sobre la estabilidad de los pa铆ses para ver crecer su riqueza e influencia a帽o a a帽o. Pasa con los buitres, pas贸 con las hipotecas en Estados Unidos, perjudicando a la clase media y media-baja americana, y con el creciente desempleo europeo derivado de la crisis financiera. Mientras crece el n煤mero de millonarios, m谩s de mil millones de personas viven en la pobreza extrema.
Dependiendo del desenlace de esta historia, nuestro pa铆s oscilar谩 entre ser un ejemplo internacional de c贸mo generar una estrategia aut贸noma de crecimiento econ贸mico (incluso aquellos organismos que critican la pol铆tica econ贸mica han debido admitir que el crecimiento de la clase media en el pa铆s ha sido el m谩s importante de la regi贸n, que la cobertura social a jubilados, ni帽os y desocupados es la m谩s extensa del continente y que la Argentina pertenece al club de los pa铆ses con alto 铆ndice de desarrollo humano) o una paria del sistema financiero internacional, un deudor recalcitrante que no comprende las cuestiones m谩s b谩sicas de funcionamiento capitalista en un mundo globalizado.
En el interior de los Estados Unidos, lejos de haber unanimidad contra Argentina, el Partido Dem贸crata que ostenta el Poder Ejecutivo se ha pronunciado a favor de un tratamiento distinto del caso, aunque con diferencias internas, mientras que los republicanos resultan ser de lo m谩s virulentos en sus declaraciones.
El partido de Obama ha intentado instaurar pol铆ticas de corte keynesiano para fomentar la producci贸n y disminuir el desempleo de los Estados Unidos, intentando apuntalar a la clase media que fue estafada durante la crisis de las hipotecas por el mismo sector financiero que hoy intenta expoliar al pa铆s. Las trabas que encontr贸 por parte de los republicanos para modificar el sistema de salud y para limitar el gasto p煤blico muestran las visiones enfrentadas.
Los fondos buitre tienen una activa participaci贸n en la vida pol铆tica estadounidense. Han aportado fondos para ambos partidos, resultando ser actualmente los mayores aportantes de los republicanos. En su web personal (http://billclinton dailydiary.blogspot.com.ar/2005/02/kennethdartcitizenshipandtax.html), el ex presidente Clinton se refiri贸 al buitre Kenneth Dart. Recuerda que para festejar la elecci贸n de un dirigente dem贸crata fue invitado a la casa de los Dart, importantes donantes de su partido. Clinton se ausent贸 y dio sus razones: el buitre renunci贸 a su ciudadan铆a americana por la de Belice para eludir impuestos. Luego busc贸 crear un consulado belice帽o en Florida, para ser 茅l el c贸nsul.
Esto no genera pruritos en el partido de los Bush. Los buitres resultan funcionales a su estrategia hegem贸nica. Los dem贸cratas tambi茅n la tienen, pero resulta ser menos evidente.
Hasta en Estados Unidos la opini贸n est谩 dividida a favor y en contra de Argentina, y la discusi贸n de fondo excede al juicio en s铆. No se sabe c贸mo termina esta historia.
Por eso, genera bronca que se hable de 鈥渕alvinizaci贸n鈥 del conflicto, de que el Gobierno quiere exacerbar el nacionalismo para obtener m谩s apoyo, aun a costa de comprometer el futuro. El Gobierno est谩 encarnando (y no s贸lo vociferando) una posici贸n que es coherente con lo que ha sido su pol铆tica econ贸mica y externa en la 煤ltima d茅cada, donde el tema Malvinas fue una constante. Lo ha hecho siempre mediante el di谩logo y la diplomacia y no agitando posiciones belicistas.
El pa铆s est谩 actuando seg煤n lo que declama la mayor铆a del mundo pero pocos hacen: que hay que poner un freno al sistema que siempre beneficia a los financistas, que el colonialismo en el siglo XXI resulta inaceptable, que se debe ir hacia una econom铆a global con mayor cooperaci贸n y pluralismo en la toma de decisiones, con foco en la producci贸n y el empleo.
Culpar de 鈥渕alvinizaci贸n鈥 al Gobierno es mala fe. En todo caso, la violencia proviene de afuera. No puede pasar desapercibida la frase del Nobel de Econom铆a Joseph Stiglitz sobre el fallo Griesa: 鈥淗emos tenido muchas bombas alrededor del mundo, y 茅sta es una que Estados Unidos le est谩 tirando a todo el sistema econ贸mico global鈥
* Economista UNLP.
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